Laura Rodríguez: sumisa, ¡jamás!
- Rosalina Orocú Mojica
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Siempre vetó el 'Status quo'. Su libro 'Corazón sin edad", cuya gala será en su natal México en junio, pone de relieve su despertar como mujer frente a modelos económicos y sociales injustos.
![Laura Rodríguez. No se dejó empantanar. Con dos hijos y tres trabajos estudiaba una carrera a nivel técnico. Rosalina Orocú Mojica.](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/laura-_rodriguez-_foto-_rosalina_-orocu_-mojica-.jpg)
Laura Rodríguez. No se dejó empantanar. Con dos hijos y tres trabajos estudiaba una carrera a nivel técnico. Rosalina Orocú Mojica.
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A Laura Rodríguez la conocimos durante el estreno de "La flor de la vida", una película de corte familiar, sobre adultos mayores y su rosario de dudas, quejas, sinsabores y también sueños mustios, que se proyectó el pasado abril como parte del VIII Festival Internacional de Cine de Panamá.
Estaba acompañada de su esposo, Serapio. Al concluir la cinta y después del cine foro nos comentó que esta tenía bastante en común con un libro suyo, "Corazón sin edad" y acordamos una entrevista.
Su obra es una invitación a repensar los roles de la mujer en la sociedad. Al rompimiento de un paradigma en el que la mujer de 50 años o más es castrada por la sociedad en muchas latitudes porque ha sido condicionada a creer que a partir de esa edad lo que sigue es el declive: "que tiene que ser mesurada, menguada, vestir falda larga, muy austera".
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Si hacemos una mirada retrospectiva, analizó y afirmó: "Es una cuestión cultural donde la mujer estaba sometida, limitada", dice y explica que aunque fue en 2014 cuando empezó a escribir su libro, "toda la vida pelié con la posición privilegiada, de preferencia, de mi hermano".
Laura es la segunda de cinco hijos. El mayor es un varón.
"Me parece recordar la consigna de mi padre: "¡Cuida a tus hermanas!".
Añade: "Me molestaba que mi hermano aceptaba el mandato y lo tomaba muy en serio". Era muy estricto con ellas.
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"También recuerdo la frase aberrante de los padres a las hijas: '¿Para qué vas a estudiar, si te vas a casar?' O sea, todo terminaba en el matrimonio".
Explica que esa mentalidad limitante y desafortunada llevaba a las mujeres al conformismo, a centrarse en buscar el mejor partido para poder llevar una vida cómoda, ya que iban a depender del marido. Esas actitudes de los hombres durante su infancia y adolescencia la llevaron a cuestionar muchísimas cosas.
"Fui combatiente. Fue como punta de lanza. Esto se fue extrapolando en muchas partes de la República y de Latinoamérica". El libro lo refleja.
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