Las palmeras: exóticas y bellas
Publicado 2007/02/25 00:00:00
- REDACCION
Las palmeras son unas plantas excepcionales. Disfruta conociendo sus formas, su elegancia, su gran riqueza en especies, cada una con detalles propios, sus lugares de origen -zonas tropicales y subtropicales del planeta-, los múltiples usos que hacen de ellas los distintos pueblos, el aire exótico que dan a nuestros jardines, patios, terrazas o interiores.
Las palmeras se clasifican en dos grupos, según la hoja: Las que tienen hojas de tipo palmado, en abanico, y las de hojas pinnadas, tipo plumas de pájaro. Las palmeras se encuentran, en estado natural, en climas tropicales y subtropicales.
Al tener que pasar varios años a nivel del suelo, donde la yema de crecimiento, vital para el árbol, es muy vulnerable, muchas palmeras han desarrollado sistemas de defensa en forma de agudas espinas, con excepción de aquellas que viven en la zona del Índico, donde no existen animales que puedan suponer un peligro para su delicado órgano vital.
Las raíces de estas plantas son de tipo fibrosos, delgadas y muy numerosas, lo que hace su trasplante, aun en edad adulta, bastante fácil. Las flores se sitúan en penachos separados por sexos y dan como resultado frutos tipo baya, como los conocidos dátiles, en un enorme surtido de formas y tamaños.
La situación soleada se hace indispensable para el cultivo de cualquier especie de palmera. Necesitan una temperatura cálida durante todo el año que no baje de unos 20º C de media. Esto tiene sus excepciones, pero salvo muy pocos casos, ninguna palmera soporta heladas por debajo de unos pocos grados bajo cero.
En términos generales, se puede decir que las palmeras necesitan vivir en terrenos sueltos y ligeros que no retengan en exceso la humedad. Precisan de un mínimo nivel de agua, aunque ésta se encuentre en las capas bajas del suelo. El clásico "oasis" es un buen ejemplo de cuáles son los límites de adaptación a la escasez de agua de muchas de estas plantas.
Casi todas las palmeras admiten el cultivo en recipientes, por lo que se pueden utilizar para la decoración de terrazas, porches, paseos, etc.
Las palmeras se clasifican en dos grupos, según la hoja: Las que tienen hojas de tipo palmado, en abanico, y las de hojas pinnadas, tipo plumas de pájaro. Las palmeras se encuentran, en estado natural, en climas tropicales y subtropicales.
Al tener que pasar varios años a nivel del suelo, donde la yema de crecimiento, vital para el árbol, es muy vulnerable, muchas palmeras han desarrollado sistemas de defensa en forma de agudas espinas, con excepción de aquellas que viven en la zona del Índico, donde no existen animales que puedan suponer un peligro para su delicado órgano vital.
Las raíces de estas plantas son de tipo fibrosos, delgadas y muy numerosas, lo que hace su trasplante, aun en edad adulta, bastante fácil. Las flores se sitúan en penachos separados por sexos y dan como resultado frutos tipo baya, como los conocidos dátiles, en un enorme surtido de formas y tamaños.
La situación soleada se hace indispensable para el cultivo de cualquier especie de palmera. Necesitan una temperatura cálida durante todo el año que no baje de unos 20º C de media. Esto tiene sus excepciones, pero salvo muy pocos casos, ninguna palmera soporta heladas por debajo de unos pocos grados bajo cero.
En términos generales, se puede decir que las palmeras necesitan vivir en terrenos sueltos y ligeros que no retengan en exceso la humedad. Precisan de un mínimo nivel de agua, aunque ésta se encuentre en las capas bajas del suelo. El clásico "oasis" es un buen ejemplo de cuáles son los límites de adaptación a la escasez de agua de muchas de estas plantas.
Casi todas las palmeras admiten el cultivo en recipientes, por lo que se pueden utilizar para la decoración de terrazas, porches, paseos, etc.
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