Las cinco regiones del Brasil
Publicado 1999/10/19 23:00:00
- REDACCION
Casi la totalidad de esta región se encuentra ubicada dentro de la cuenca del Amazonas y está cubierta mayormente por bosques tropicales frondosos. El río Amazonas atraviesa la parte media de la región del oeste a este antes de desembocar en el océano Atlántico. Hay además otro gran número número de ríos en la región.
Las dos ciudades principales del Amazonas son Manaus, capital del estado de Amazonas, y Belén, capital del estado de Pará.
En las décadas del sesenta y del setenta, hubo un renovado interés por la riqueza mineral del Amazonas y por su potencial agrícola.
Los esfuerzos del gobierno por incentivar el cultivo en el Amazonas trajeron como resultado que la región se viera cada vez más amenazada por problemas ambientales. Durante las décadas del setenta y del ochenta, los proyectos de desarrollo y los movimientos migratorios locales llevaron a la deforestación de 328.700 km2 en la región.
En consecuencia, el gobierno brasileño puso en marcha una serie de gestiones para controlar el desarrollo. Se suspendieron los incentivos financieros y los créditos oficiales para los proyectos de agricultura y ganadería en la región.
En la actualidad, la protección del Amazonas se monitorea vía satélite y la comunidad internacional ha intensificado los esfuerzos locales a través del Programa Piloto para la Protección de los Bosques tropicales brasileños, patrocinado por la Comunidad Europea, los Estados Unidos y varios otros países.
Formada por los estados de Maranhao, Piauí, Ceará, Rio Grande do Norte, Paraíba, Pernambuco, Bahía, Alagoas y Sergipe.
Grandes sectores de esta región, que contiene el 30% de la población brasileña, están sometidos a la sequía crónica. Sin embargo, esta región tiene importantes posibilidades económicas, que incluyen grandes yacimientos petrolíferos, la exportación de productos tropicales y la promoción del turismo.
Pernambuco y Bahía fueron los primeros centros más importantes del Brasil colonial y aún hoy ejercen una fuerte influencia sobre la cultura brasileña. Muchas de las cosas típicamente brasileñas en el campo de la música, el folclore, la cocina y las costumbres sociales se originaron en esta región. Las dos ciudades más grandes del noroeste son Recife y Salvador.
Formado por los estados de Río de Janeiro, Sao Paulo, Minas Gerais y Espíritu Santo.
El centro económico del Brasil está formado por las ciudades altamente industrializada que se encuentran en los alrededores de Sao Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte. La mayor parte de la población del país se concentra en esta región.
La zona es rica en minerales y su agricultura es la más avanzada del Brasil, con una producción de café y cereales para exportación, así como una variedad de alimentos frescos y procesados, leche y carne para el consumo local.
Formada por los estados de Paraná, Santa Catarina y Río Grande so Sul.
Esta región también presenta un alto nivel de desarrollo, con un buen equilibrio entre el sector rural y el industrial. Hacia el sur, la meseta se transforma en las enormes llanuras que reciben nombre de pampas, donde las tradicionales actividades de pastura dieron origen al gaucho, el equivalente brasileño del vaquero de esta región.
En el oeste, ubicadas en el límite entre Brasil y Argentina, se encuentran las Cataratas del Iguazú, una de las más hermosas maravillas naturales del mundo. La mayor ciudad de la región es Porto Alegre, capital de Río Grande do sul, el estado más al sur del Brasil.
Formada por los estados de Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, y Goias y el Distrito Federal.
Esta región, cubierta por extensas sabanas y prados tropicales, se encuentra todavía escasamente poblada. A pesar de haber sido alguna vez una de las regiones más desiertas del país ha tenido una creciente expansión de su producción rural y establecido nuevas industrias. En esta región se encuentra Brasilia, la capital del país, fundada en 1960.
El gobierno federal ha destinado extensas áreas en la región centro-oeste para que sirvan como reservaciones de las tribus de indios nativos que vivieron originariamente en este lugar. También en esta región se encuentra el pantano del Mato Grosso (Pantanal Mato-grossense), una reserva valiosa de la vida silvestre brasileña.
Brasil comparte 15.719km con diez países vecinos. Su conformación territorial se produjo básicamente durante el período colonial. Así, al contrario de los Estados Unidos, que lograron su expansión después de conquistar la independencia, Brasil nació, como nación soberana, con una configuración muy cercana a la que tiene en la actualidad, con las notables excepciones de la entonces provincia Cisplatina y del actual estado de Acre.
La institución monárquica brasileña aseguró, en el siglo XIX, la unidad de la antigua América portuguesa, y se dedicó a la tarea de dirimir las múltiples dudas de límites con los nuevos vecinos, sobre la base de los tratados acordados entre las potencias coloniales, y el principio de uti possidetis.
El tratado de Madrid de 1750 representó el reconocimiento, por parte de las dos coronas ibéricas, de nuevas realidades; se trocó el derecho español a los territorios de Mato Grosso, de Goiás, del Continente de San Pedro, en la actualidad Rio Grande do Sul, de la Amazonia, al este de la línea de Tordesillas, por los derechos portugueses sobre las islas Filipinas, ya en aquel entonces ocupados por los españoles.
De 1750 a 1820 varios tratados se sucedieron conforme a las vicisitudes de las alianzas en Europa, pero la configuración del actual territorio brasileño ya era básicamente la misma.
A lo largo del siglo XIX los países de América del Sur consolidan sus nacionalidades. Ecuador, Colombia y Venezuela surgen como entidades distintas, nacidas de la extraordinaria experiencia bolivariana de la Gran Colombia. Las provincias del Río de la Plata se integran en la pujante República Argentina, Bolivia, Chile, Uruguay, Paraguay y Perú avanzan en la construcción de los respectivos Estados nacionales, Brasil, ya sobre el fin de siglo, abandona la experiencia unitaria, aunque flexible, del Imperio y adopta el régimen republicano federativo.
Las Guyanas continuaban bajo domino europeo. Con el cambio de siglo se buscó dar forma definitiva a las fronteras y a partir de la importante obra de los diplomáticos del Imperio -como el barón de Río Branco, Joaquín Nabuco- se pudo llevar adelante la negociación de los territorios pendientes con Francia, Inglaterra y Argentina, valiéndose del instrumento del arbitraje.
El episodio de Acre, por entonces territorio indiscutido de Bolivia, fue resuelto de un modo pacífico, con satisfacción para ambas partes.
Las dos ciudades principales del Amazonas son Manaus, capital del estado de Amazonas, y Belén, capital del estado de Pará.
En las décadas del sesenta y del setenta, hubo un renovado interés por la riqueza mineral del Amazonas y por su potencial agrícola.
Los esfuerzos del gobierno por incentivar el cultivo en el Amazonas trajeron como resultado que la región se viera cada vez más amenazada por problemas ambientales. Durante las décadas del setenta y del ochenta, los proyectos de desarrollo y los movimientos migratorios locales llevaron a la deforestación de 328.700 km2 en la región.
En consecuencia, el gobierno brasileño puso en marcha una serie de gestiones para controlar el desarrollo. Se suspendieron los incentivos financieros y los créditos oficiales para los proyectos de agricultura y ganadería en la región.
En la actualidad, la protección del Amazonas se monitorea vía satélite y la comunidad internacional ha intensificado los esfuerzos locales a través del Programa Piloto para la Protección de los Bosques tropicales brasileños, patrocinado por la Comunidad Europea, los Estados Unidos y varios otros países.
Formada por los estados de Maranhao, Piauí, Ceará, Rio Grande do Norte, Paraíba, Pernambuco, Bahía, Alagoas y Sergipe.
Grandes sectores de esta región, que contiene el 30% de la población brasileña, están sometidos a la sequía crónica. Sin embargo, esta región tiene importantes posibilidades económicas, que incluyen grandes yacimientos petrolíferos, la exportación de productos tropicales y la promoción del turismo.
Pernambuco y Bahía fueron los primeros centros más importantes del Brasil colonial y aún hoy ejercen una fuerte influencia sobre la cultura brasileña. Muchas de las cosas típicamente brasileñas en el campo de la música, el folclore, la cocina y las costumbres sociales se originaron en esta región. Las dos ciudades más grandes del noroeste son Recife y Salvador.
Formado por los estados de Río de Janeiro, Sao Paulo, Minas Gerais y Espíritu Santo.
El centro económico del Brasil está formado por las ciudades altamente industrializada que se encuentran en los alrededores de Sao Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte. La mayor parte de la población del país se concentra en esta región.
La zona es rica en minerales y su agricultura es la más avanzada del Brasil, con una producción de café y cereales para exportación, así como una variedad de alimentos frescos y procesados, leche y carne para el consumo local.
Formada por los estados de Paraná, Santa Catarina y Río Grande so Sul.
Esta región también presenta un alto nivel de desarrollo, con un buen equilibrio entre el sector rural y el industrial. Hacia el sur, la meseta se transforma en las enormes llanuras que reciben nombre de pampas, donde las tradicionales actividades de pastura dieron origen al gaucho, el equivalente brasileño del vaquero de esta región.
En el oeste, ubicadas en el límite entre Brasil y Argentina, se encuentran las Cataratas del Iguazú, una de las más hermosas maravillas naturales del mundo. La mayor ciudad de la región es Porto Alegre, capital de Río Grande do sul, el estado más al sur del Brasil.
Formada por los estados de Mato Grosso, Mato Grosso do Sul, y Goias y el Distrito Federal.
Esta región, cubierta por extensas sabanas y prados tropicales, se encuentra todavía escasamente poblada. A pesar de haber sido alguna vez una de las regiones más desiertas del país ha tenido una creciente expansión de su producción rural y establecido nuevas industrias. En esta región se encuentra Brasilia, la capital del país, fundada en 1960.
El gobierno federal ha destinado extensas áreas en la región centro-oeste para que sirvan como reservaciones de las tribus de indios nativos que vivieron originariamente en este lugar. También en esta región se encuentra el pantano del Mato Grosso (Pantanal Mato-grossense), una reserva valiosa de la vida silvestre brasileña.
Brasil comparte 15.719km con diez países vecinos. Su conformación territorial se produjo básicamente durante el período colonial. Así, al contrario de los Estados Unidos, que lograron su expansión después de conquistar la independencia, Brasil nació, como nación soberana, con una configuración muy cercana a la que tiene en la actualidad, con las notables excepciones de la entonces provincia Cisplatina y del actual estado de Acre.
La institución monárquica brasileña aseguró, en el siglo XIX, la unidad de la antigua América portuguesa, y se dedicó a la tarea de dirimir las múltiples dudas de límites con los nuevos vecinos, sobre la base de los tratados acordados entre las potencias coloniales, y el principio de uti possidetis.
El tratado de Madrid de 1750 representó el reconocimiento, por parte de las dos coronas ibéricas, de nuevas realidades; se trocó el derecho español a los territorios de Mato Grosso, de Goiás, del Continente de San Pedro, en la actualidad Rio Grande do Sul, de la Amazonia, al este de la línea de Tordesillas, por los derechos portugueses sobre las islas Filipinas, ya en aquel entonces ocupados por los españoles.
De 1750 a 1820 varios tratados se sucedieron conforme a las vicisitudes de las alianzas en Europa, pero la configuración del actual territorio brasileño ya era básicamente la misma.
A lo largo del siglo XIX los países de América del Sur consolidan sus nacionalidades. Ecuador, Colombia y Venezuela surgen como entidades distintas, nacidas de la extraordinaria experiencia bolivariana de la Gran Colombia. Las provincias del Río de la Plata se integran en la pujante República Argentina, Bolivia, Chile, Uruguay, Paraguay y Perú avanzan en la construcción de los respectivos Estados nacionales, Brasil, ya sobre el fin de siglo, abandona la experiencia unitaria, aunque flexible, del Imperio y adopta el régimen republicano federativo.
Las Guyanas continuaban bajo domino europeo. Con el cambio de siglo se buscó dar forma definitiva a las fronteras y a partir de la importante obra de los diplomáticos del Imperio -como el barón de Río Branco, Joaquín Nabuco- se pudo llevar adelante la negociación de los territorios pendientes con Francia, Inglaterra y Argentina, valiéndose del instrumento del arbitraje.
El episodio de Acre, por entonces territorio indiscutido de Bolivia, fue resuelto de un modo pacífico, con satisfacción para ambas partes.
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