Panamá
La pandemia exacerbó la pobreza menstrual
- Belys Toribio
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Un 51% de niñas y mujeres jóvenes manifestó que durante la pandemia tenían menos dinero para adquirir productos de gestión menstrual.
Panamá
Un 51% de niñas y mujeres jóvenes manifestó que durante la pandemia tenían menos dinero para adquirir productos de gestión menstrual.
El acceso a condiciones dignas para menstruar tiene un impacto sustancial en el futuro de millones de niñas, adolescentes y mujeres, pero, durante la pandemia de la covid-19 el problema de la pobreza menstrual se agravó.
La pobreza menstrual no es más que el limitado o nulo acceso a productos para la gestión menstrual e infraestructura (baños, productos de limpieza y acceso a agua potable), una realidad que experimentaban muchas mujeres en el mundo y que la pandemia exacerbó, explica Marcela Reyes, coordinadora de investigación de Period. The Menstrual Movement, capítulo Guatemala.
En el marco del lanzamiento de la campaña #ChicaAyudaChica, Paula Villaseñor, directora de comunicación corporativa de P&G para Centroamérica y el Caribe, compartió datos alarmantes sobre el impacto de la covid-19 en la gestión menstrual.
Durante el periodo de confinamiento máximo, en 2020, la Asociación Mundial de Guías Scouts (AMGS) junto a WASH United encuestó a 3,910 niñas y mujeres jóvenes de 10 países para medir el impacto de la covid-19 en la higiene y el manejo menstrual.
Una de cada cuatro de las encuestadas manifestó que a raíz de la pandemia les resultaba más difícil la gestión menstrual, un 47% tuvo mayor dificultad a la hora de conseguir productos menstruales y un 51% informó tener menos dinero para adquirirlos.
Al no contar con productos y condiciones dignas para menstruar algunas recurren a métodos pocos seguros para gestionar el sangrado como trozos de tela, papel higiénico, medias, periódico y otros, lo cual puede desencadenar problemas de salud como irritaciones, alergias y en el peor de los casos infecciones vaginales.
Las repercusiones de la pobreza menstrual se pueden analizar desde diferentes perspectivas, no solo desde el punto de vista sanitario, ya que este problema no permite que las niñas, adolescentes y mujeres desarrollen al máximo su potencial.
Una de cada 10 niñas latinoamericanas ha dejado de ir a la escuela debido a la pobreza menstrual, según Always, lo que representa un rezago en su educación garantizando que se mantengan en un círculo de pobreza, reflexionó Villaseñor.
Con el retorno a las aulas de clases muchas niñas y adolescentes no asistirán porque no cuentan con los productos para gestionar el sangrado o no se sienten cómodas con ir a la escuela durante su menstruación.
Con la iniciativa #ChicaAyudaChica, que se realiza por cuarto año, se pone de manifiesto la necesidad de condiciones dignas para menstruar y se invita a la sociedad a iniciar conversaciones sobre el tema y a tomar medidas para erradicar la pobreza menstrual.
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