La magia de la equinoterapia
- Lissette Zorrilla C.
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Muchos niños a los que no les gustaba el contacto con las personas, terminan besando al caballo, gracias al trabajo en equipo de las fisioterapeutas, los padres y cabestreadores.
Un viaje de largas horas, desde La Chorrera hasta Chilibre, era lo que semana tras semana debía atravesar Doralys Ramos junto a su esposo para que su hijo, Alonso Soto, con diagnóstico de parálisis cerebral espástica, formara parte del programa de equinoterapia del Centro Agropecuario Jorge A. Carles, del Instituto Panameño de Habilitación Especial (IPHE).
En las tres primeras sesiones vieron la misma reacción de parte del pequeño de tres años: llanto y rechazo hacia el animal. Pero, a partir de la cuarta sesión, empezaron a ver los cambios. "Él estaba bien erguido, contento, aplaudía, hacía el sonido del caballo. Yo como madre siento que mi hijo avanzó mucho en la postura y lo he visto a la hora de sentarse en mi casa, sostiene más la cabeza... Él no gatea, pero anoche le vi dar tres impulsos hacia adelante", recuerda emocionada su madre.
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Esta es una de las tantas historias que en más de 10 años se han vivido en este centro.
Antes de implementar este tipo de terapia en Panamá, se hizo un estudio para ver qué tan factible era hacerla con un tipo de población en específico. La investigación estuvo a cargo de Maricela López de Pinzón junto a otros profesionales.
Hasta el momento hay tres centros ubicados en Chilibre, Antón y Chiriquí.
Equinoterapia
La equinoterapia es la rehabilitación física, emocional y conductual que se realiza sobre un caballo, explica la licenciada Glorisel Gálvez, fisioterapeuta y especialista en hipoterapia del centro.
Este servicio es brindado de forma gratuita a niños que pertenecen a los programas del IPHE, ya sea que tengan síndrome de Down, autismo, parálisis cerebral, ceguera, etc. El mismo se brinda en dos bloques, de 12 sesiones cada uno. Dependiendo de si el niño cumple las metas, el fisioterapeuta decide si solo dará el primer bloque o seguirá con el segundo.
La equinoterapia no es solo un paseo a caballo como muchos erróneamente piensan. Allí también se dan actividades, usan objetos como pelotas, aros y conos, en busca de trabajar tanto la parte motora como la autoestima y la conducta del pequeño.
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Es un trabajo en equipo donde participan: el fisioterapeuta, que es quien dirige la terapia y va a un lado del caballo o arriba junto al niño; el padre, que va en el otro lado y está ahí para actuar ante cualquier emergencia; y el cabestreador, que es quien se encarga de verificar que todo esté bien con el caballo y que debe actuar ante cualquier imprevisto con este.
En todos los niños se trabaja lo mismo, pero dependiendo de su diagnóstico se busca hacer énfasis en un área en específica.
Gálvez cuenta que en el caso de los niños con autismo la prioridad es trabajar su conducta. "El caballo emite 120 impulsos por minuto, que es como una vibración en todo el cuerpo. Esa sensación ayuda a disminuir esa hiperactividad que se ve reflejada en los niños", explica. También se tiene beneficios en la parte social, ya que el niño se ve obligado a socializar con todos los involucrados en la terapia.
En los niños de síndrome de Down el enfoque es la parte motora. Al montar el caballo, por instinto, se enderezan. De igual forma aprenden a acatar órdenes, a reconocer su nombre y muchos beneficios más.
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El objetivo de la equinoterapia es que el avance que se ve durante las sesiones también se refleje en los demás aspectos de la vida del niño. Tanto en la escuela como en su casa. Por esto debe existir una buena comunicación entre terapeutas, padres y maestros.
Entrenamiento
Los animales que están en la granja han sido entrenados por cuatro meses.
Lo óptimo sería que el animal nazca en la finca, porque de esta manera ya conoce el ambiente, ya que el caballo requiere de 6 a 8 años para adaptarse a un nuevo lugar.
Pero el entrenamiento no lo debe recibir solo el caballo, también los cabestreadores deben tener una preparación y conocer el lenguaje corporal del animal. Así mismo a los padres se les da una inducción sobre en qué consiste la equinoterapia y cómo debe actuar mientras están en las sesiones.
Necesidades
La fisioterapeuta cuenta que lo ideal es trabajar con los niños por niveles y llevar una continuidad hasta lograr hacer equitación terapéutica, que es cuando los niños toman las riendas del caballo y hacen las actividades solos, siguiendo las órdenes del terapeuta. Sin embargo, tienen necesidades, sobre todo a nivel de recurso humano capacitado. Se necesitan más fisioterapeutas y personal de aseo. También hacen falta más caballos y mantenimiento a la infraestructura.
Pero nada de esto hace detenerse a los fisioterapeutas en su labor, pues la motivación principal es el avance que ven en los niños. Pequeños que no les gustaba el contacto con las personas, pero que besan al caballo, otros que esperan ansiosos su turno de montar y vivir esta experiencia. El agradecimiento y las palabras de los padres son también otro motor para continuar estas terapias de amor.
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