Expertos siguen los rastros del villancico "Noche de Paz"
Publicado 1999/12/13 00:00:00
Los rastros que marcan la vuelta al mundo del famoso villancico "Noche de Paz", así como la personalidad del autor de sus versos, el sacerdote austriaco Joseph Mohr (1792-1848), fueron los temas centrales de un simposio científico que se celebró en Salzburgo.
Titulado "Joseph Mohr-Filántropo y Testarudo", el simposio fue el, sábado, por el gobernador del estado federado de Salzburgo, Franz Schausberger.
Cuando han transcurrido 181 años desde que sonara por primera vez en la pequeña localidad austriaca de Obendorf, próxima a Salzburgo, la canción "Noche de Paz" se ha convertido en un elemento "inseparable de nuestros festejos navideños" y es un bien cultural que "debemos cuidar especialmente", afirmó Schausberge
Sabine Veits-Falk y Alfred Stefan Weiss, expertos de la Facultad de Historia de la Universidad de Salzburgo, dedicaron su ponencia al entorno social del sacerdote y delinearon así la imagen de un hombre dedicado a la enseñanza y a los más pobres.
Hijo ilegítimo, la lucha de Mohr contra la miseria humana fue una constante en su vida, en la que conoció la pobreza durante toda su infancia.
Marcado por su propia experiencia de haber podido superar en parte su indigencia gracias a la educación escolar, se esforzó en su actividad pastoral por impulsar mejoras en las escuelas.
El villancico "nació" en Obendorf el 24 de diciembre de 1818 cuando Mohr entregó sus versos a su amigo Franz Xaber Gruber para que les pusiese música, en lo que se cree que fue una medida de emergencia, pues el órgano de la iglesia estaba roto y no había medios para repararlo, pero nadie quería prescindir de la música en una noche tan especial.
Así, Gruber escribió la partitura en pocas horas, para que pudiese sonar aquella misma Nochebuena en la Misa del Gallo, cantada por los dos amigos con el acompañamiento de una guitarra y el coro local.
La historiadora Renate Ebeling-Winkler, descubridora en 1995 del manuscrito más antiguo de "Noche de Paz" firmado por Mohr, ha seguido en sus estudios las huellas del villancico en el norte de Alemania.
Así, descubrió que los primeros que la llevaron a la protestante Alemania central y del norte fueron unos cantantes ambulantes del Tirol, cuyos rastros encontró todavía hoy, tanto en el ambiente musical contemporáneo de Hamburgo (Alemania) como de Altona (Dinamarca).
Ambos puertos eran entonces puntos de partida para las conexiones con Inglaterra y, desde allí, con Norteamérica, importantes escalas para muchos de los emigrantes que se dirigían al Nuevo Mundo.
En la cadena de pruebas que demuestran esta tesis, la experta destacó los comentarios de la prensa local de Isernhagen, cerca de Hannover (Alemania), sobre la exitosa actuación de un titiritero, aparentemente procedente de Salzburgo, que en la Nochebuena de 1819 cantó la canción de su patria en la parroquia luterana de Santa María.
Ese hecho muestra cómo allí los versos de Mohr se incluyeron ya en los festejos navideños de una comunidad protestante, que formaba parte del Reino de Hannover, asociado entonces con Gran Bretaña.
A principios del siglo XX, "Noche de paz" se cantaba ya lo mismo en los países del Africa negra que en América del Norte y del Sur y hasta en Nueva Zelanda, muchas veces gracias a los misioneros.
Durante muchos años, el villancico que dio la vuelta al mundo se atribuyó a Josep Haydn, hasta que los musicólogos determinaron sin lugar a dudas que fue obra del modesto sacerdote y su amigo compositor.
En las fechas navideñas, la inconfundible melodía de Gruber y los versos de Mohr, traducidos a casi 300 idiomas, se escuchan por todo el planeta.
En cooperación con la "Sociedad Noche de Paz" y la universidad "Mozarteum" de Salzburgo, el simposio ha sido organizado por la asociación cultural "Ventana Azul" y la municipalidad de Wagrain, una de las 17 "Comunidades-Noche-de-Paz" que existen en esta región austriaca.
Titulado "Joseph Mohr-Filántropo y Testarudo", el simposio fue el, sábado, por el gobernador del estado federado de Salzburgo, Franz Schausberger.
Cuando han transcurrido 181 años desde que sonara por primera vez en la pequeña localidad austriaca de Obendorf, próxima a Salzburgo, la canción "Noche de Paz" se ha convertido en un elemento "inseparable de nuestros festejos navideños" y es un bien cultural que "debemos cuidar especialmente", afirmó Schausberge
Sabine Veits-Falk y Alfred Stefan Weiss, expertos de la Facultad de Historia de la Universidad de Salzburgo, dedicaron su ponencia al entorno social del sacerdote y delinearon así la imagen de un hombre dedicado a la enseñanza y a los más pobres.
Hijo ilegítimo, la lucha de Mohr contra la miseria humana fue una constante en su vida, en la que conoció la pobreza durante toda su infancia.
Marcado por su propia experiencia de haber podido superar en parte su indigencia gracias a la educación escolar, se esforzó en su actividad pastoral por impulsar mejoras en las escuelas.
El villancico "nació" en Obendorf el 24 de diciembre de 1818 cuando Mohr entregó sus versos a su amigo Franz Xaber Gruber para que les pusiese música, en lo que se cree que fue una medida de emergencia, pues el órgano de la iglesia estaba roto y no había medios para repararlo, pero nadie quería prescindir de la música en una noche tan especial.
Así, Gruber escribió la partitura en pocas horas, para que pudiese sonar aquella misma Nochebuena en la Misa del Gallo, cantada por los dos amigos con el acompañamiento de una guitarra y el coro local.
La historiadora Renate Ebeling-Winkler, descubridora en 1995 del manuscrito más antiguo de "Noche de Paz" firmado por Mohr, ha seguido en sus estudios las huellas del villancico en el norte de Alemania.
Así, descubrió que los primeros que la llevaron a la protestante Alemania central y del norte fueron unos cantantes ambulantes del Tirol, cuyos rastros encontró todavía hoy, tanto en el ambiente musical contemporáneo de Hamburgo (Alemania) como de Altona (Dinamarca).
Ambos puertos eran entonces puntos de partida para las conexiones con Inglaterra y, desde allí, con Norteamérica, importantes escalas para muchos de los emigrantes que se dirigían al Nuevo Mundo.
En la cadena de pruebas que demuestran esta tesis, la experta destacó los comentarios de la prensa local de Isernhagen, cerca de Hannover (Alemania), sobre la exitosa actuación de un titiritero, aparentemente procedente de Salzburgo, que en la Nochebuena de 1819 cantó la canción de su patria en la parroquia luterana de Santa María.
Ese hecho muestra cómo allí los versos de Mohr se incluyeron ya en los festejos navideños de una comunidad protestante, que formaba parte del Reino de Hannover, asociado entonces con Gran Bretaña.
A principios del siglo XX, "Noche de paz" se cantaba ya lo mismo en los países del Africa negra que en América del Norte y del Sur y hasta en Nueva Zelanda, muchas veces gracias a los misioneros.
Durante muchos años, el villancico que dio la vuelta al mundo se atribuyó a Josep Haydn, hasta que los musicólogos determinaron sin lugar a dudas que fue obra del modesto sacerdote y su amigo compositor.
En las fechas navideñas, la inconfundible melodía de Gruber y los versos de Mohr, traducidos a casi 300 idiomas, se escuchan por todo el planeta.
En cooperación con la "Sociedad Noche de Paz" y la universidad "Mozarteum" de Salzburgo, el simposio ha sido organizado por la asociación cultural "Ventana Azul" y la municipalidad de Wagrain, una de las 17 "Comunidades-Noche-de-Paz" que existen en esta región austriaca.
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