Enfrentando el nido vacío
- María Victoria Rivera
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Tristeza, ansiedad, irritabilidad y soledad son algunas emociones que enfrentan los padres cuando sus hijos se independizan o se van de casa.
Al marcharse los hijos definitivamente de la casa, los padres comienzan a experimentar emociones negativas, incluso algunos terminan separándose. Esto es conocido como el síndrome del nido vacío.
En Panamá, actualmente esto no es tan común, considera el psicólogo Alexander Gracia Chong.
Esto se debe a la crisis económica del país y los altos costos de las viviendas, "no son la mayoría de las personas las que pueden emanciparse y, por ende, las familias quizás permanezcan más tiempo viviendo juntas".
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Problemas pospuestos
Algunas parejas no soportan cuando sus hijos abandonan el hogar porque estos eran la única razón que las mantenía juntas.
"Se sienten mal con ellos mismos, no se aguantan y si no se separan, terminan viviendo en la misma casa, pero en diferentes cuartos", explica la psicóloga Geraldine Emiliani.
No obstante, considera que esta situación es un reflejo de que la relación siempre estuvo mal. "Siempre discuten y esto los hijos lo notan. Incluso algunos deciden irse de la casa para huir de las discusiones", añade.
Cómo evitarlo
"Realmente no existe una preparación como tal, pero sí el apoyo por parte de diferentes centros o grupos donde se incorporan actividades recreativas y de integración de parejas", dice la psicóloga Elvia Atencio.
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Por lo general, las parejas mayores de 60 años son las que menos buscan orientación o ayuda para solucionar esta situación, explica Emiliani.
Por ello, los especialistas recomiendan realizar actividades en conjunto, como ir a pasear, salir a cenar, bailar, entre otras, para fortalecer los lazos.
También el aceptar que la vida tiene etapas y una de ellas es la independencia de los hijos, reconocer las emociones positivas y negativas que esto podría generarles, ser conscientes de que esta pérdida produce dolor, alegrarse por sus hijos y permitirles tomar sus propias decisiones, mantener la comunicación con sus hijos y buscar actividades para realizar en las que se sientan útiles.
Aunque los padres lo vean como un momento trágico en sus vidas, también debe ser considerado como la oportunidad para que como parejas puedan disfrutar de nuevas experiencias en conjunto o individuales.
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