Emprendedores
Jóvenes que poseen algo en común: emprendimiento y a pesar de sus edades, pueden dar algunas lecciones.
- Nicole Moreno
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- Estudiante de Periodismo
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- @PanamaAmerica
- - Publicado: 28/6/2018 - 12:00 am
Cada día la sociedad es testigo del impulso y entusiasmo de los jóvenes que buscan desde temprano cumplir sus sueños y por esto emprenden sus negocios.
Estos chicos destacan a través de ideas innovadoras por su energía, creatividad y espíritu competitivo.
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Hoy les compartimos cuatro de estas decenas de historias que se están dando en el país.
Imágenes
Liz Pinto es una fotógrafa de 26 años que desde muy pequeña se interesó por lo artístico e inició con sesiones de fotos a sus familiares.
Buscando fotos para una página web, se dio cuenta de que en Panamá eran muy pocos los fotógrafos que se dedicaban a planos exteriores y esto llamó su atención.
Sus primeras sesiones las publicó en su cuenta de Facebook y vio que su trabajo empezó a recibir comentarios positivos.
A los 17 años emprendió este proyecto, estando aún en la secundaria. Decidió tomar cursos para pulir sus técnicas.
"El hecho de relacionarme con personas mayores me hizo apuntar más alto", expresa Pinto.
Esta joven soñadora ha trabajado con reconocidas figuras del país e incluso la conocen fuera de las fronteras istmeñas.
Actualmente, cuenta con 43 mil seguidores en Instagram y en Facebook tiene más de 100 mil.
"No ha sido fácil y costó llegar a donde estoy", expresa la joven, quien también ofrece cursos nacionales e internacionales y de manera online.
"Jamás pensé llegar tan alto, las experiencias que he tenido nunca las cambiaría por nada", dice.
Entre letras
"En clases de Español nos ponían a escribir historias, a la profesora le gustaba lo que escribía", cuenta Keribel Jiménez.
Esta chica, de 21 años, redactaba "creppy pastas" (historias cortas de terror) e historias de misterio, por esto decidió escribir un libro. Al entrar a la universidad, se vio en la necesidad de dejar el libro a un lado, cosa que luego retomó.
"Nadie me hacía caso porque no era nadie en Panamá", pero decidió buscar apoyo afuera y una editorial le ofreció el sí que anhelaba.
Después de publicar "Un hilo entre la vida y el alma", tuvo mucha aceptación. Además, participó en la feria del libro.
"Me gusta ser el modelo que seguir de algunas personas", comenta la joven, quien está escribiendo otro libro, el cual tiene previsto publicar el próximo año.
En familia
Karol, Gabriela y Eduardo son familia, pero aparte de esto, también tienen en común un negocio.
Se trata de una tienda virtual donde ofrecen arreglos frutales cubiertos de chocolates.
No obstante, luego decidieron incluir a una cuarta persona, al "tío Nerico", ya que es bueno con las manualidades.
Frutti Fresh fue el nombre escogido por estos emprendedores que no sobrepasan los 24 años.
"Creemos que la mejor manera de emprender desde jóvenes es querer hacer cosas que te gusten y uniéndote a personas con diferentes habilidades que favorezcan el proyecto, esto es lo que pasa en nuestra microempresa", expresan con emoción.
Ellos se consideran el complemento perfecto para que Frutti Fresh avance y tenga éxito.
Danza
Karina Cedeño entró en contacto con el escenario desde los 4 años, pues en ese entonces se inició en la danza.
A los 10 años conoce el ballet clásico y empieza a practicarlo. "Esto marcó en mi vida un antes y después porque no solo pude aprender a moverme, sino que pude ver el efecto tan contundente que genera la danza en la vida", dice.
Cedeño vio también en la danza una forma de terapia, pues estaba pasando por una crisis emocional.
"En este proceso de aprendizaje pude superar una etapa muy fuerte en mi vida, eso generó en mí un gran amor por este arte", añade.
Con 18 años ingresó a la Universidad de Panamá a la Facultad de Bellas Artes con el deseo de convertirse en una maestra de la danza.
A los 20 años y con mucho apoyo, fundó su propio estudio de danza, Repertorium by Karina Cedeño, donde se busca formar bailarines integrales.
Como maestra y directora, ha presentado gran cantidad de obras. "Hoy día puedo decir que he sido maestra de más de 100 estudiantes y me llena de alegría saber que, de alguna forma, he marcado sus vidas", comenta.
Sin duda, estas son historias llenas de entusiasmo y perseverancia de jóvenes para hacer realidad sus sueños, quienes demuestran una vez más que "querer es poder".
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