El gran Simón

Cuando el guionista Mark Steven Johnson leyó por primera vez la novela best-seller de John Irving "A Prayer Owen Meany" a mediados de los "90, no pudo menos que sentir sumergido en la inspiración- que algún día dirigiría esta cinta, aunque la novela no está representada en su totalidad.
Simon Birch (Ian Michael Smith) fue el recién nacido más pequeño alguna vez registrado en la historia del Gravestown Memorial Hospital, los médicos dijeron que era un milagro. Sin embargo, Simón (muy aparte de perder su fe) siempre se mantuvo firme en que las cosas serían diferentes una vez que Dios hiciera de él un héroe.
Al respecto, Stephen Hunter del Washington Post opina que "Simon Birch" es una película infantil mágica, en donde el niño es mágico, aunque la película no lo es.
Basada en la novela de John Irving "A Prayer for Owen Meany", la película es una parábola que cuenta la historia de un niño que mide tres pies de alto exteriormente y seis pies interiormente.
Simon Birch es una delgada masa de carne que nunca permite que su cruel genética miniaturización lo venza, por el contrario. Interpretado por Ian Michael Smith él es puro, completamente carente de sentimentalismos, ordinario... El sabe que de acuerdo a los estándares convencionales él es algo extraño y en consecuencia es escéptico. Actúa según dogmas y no suele decir verdades a medias, sino con sinceridad. Es genuino en sus sentimientos.
Simón, tiene un líbido saludable y siente atracción por una compañera de clases, Marjorie. Es difícil no amarlo, pese a que sus padres hicieron un buen trabajo.
El está, mientras tanto, absorto en su pequeña ciudad de Maine.
El mejor amigo de Simón es el hombre de la casa, de 12 años de edad, Joe (Joseph Mazzello, de "Jurassic Park"), quien es, como todos en la ciudad saben, un bastardo.
La hermosa madre de Joe, Rebecca (Ashley Judd) se niega a divulgar el nombre del padre, escandalizando a todos excepto a los hombres que la aman, que son bastante.
La madre y la empleada de Rebeca le dan un extraño toque cómico al filme con su personalidad.
El pequeño Simón y Joe meramente discutirán sobre teología: es el tema de la época. Después de todo, como Simon cree, Dios tiene un plan y El hace todo, incluso convertir a Simón en un instrumento con un propósito que sólo un pequeño milagro como él puede cumplir. Por su parte, Joe arguye que la vida no es más que un juego de azar y una ruleta genética, que no tiene sentido y se acaba antes de empezar. Para él (Joe), lo importante es encontrar la identidad de su padre.
Pero entonces, comienzan a pasar cosas. Simón juega en una pequeña liga y durante un juego de pelota, por accidente, un foul le pega a la madre de Joe y la mata.
Simón dice que hay un significado o un propósito en lo sucedido; Joe dice que su madre murió en un fantástico y sin sentido accidente.
El argumento se intensifica cuando Simón declara que Dios tiene planes de convertirlo en un héroe.
La película continúa con anécdotas, carisma y brillante actuación mientras se intercalan los diálogos entre los dos niños, cada quien defendiendo su posición o filosofía de la vida y con mucha narración.
EL LADO PROFUNDO DEL MAR
Esta cinta está basada en la novela de Jacqueline Mitchard, aclamada en 1996 como una obra maestra moderna, que en poco tiempo se convirtió en el libro #1 en ventas del New York Times, donde se mantuvo por 29 semanas.
Mitchard, es madre de cinco niños y autora de dos libros anteriormente, pero decidió escribir su primera novela después de perder a su esposo, luego de 13 años de matrimonio, a causa de un cáncer. Y aunque su columna llevaba 11 años de publicación y su trayectoria incluía discursos para la Canciller de la Universidad de Wisconsin, escritos regulares para la revista Parenting y una columna en TV Guide, nunca había intentado escribir ficción.
El libro fue publicado en 1996 con una edición un tanto respetable, que escaló muy pronto hacia los libros más vendidos del país.
La novela fue descrita por Los Angeles Times como "una conmovedora evocación de la vida diaria y de la ucha de la gente para lidiar con la vida".
En la versión cinematográfica, Beth Cappadora (M. Pfeiffer) es como la mayoría de las madres: cariñosa, dedicada y de vez en cuando abrumada por todo lo que implica cuidar a una familia y mantener una carrera exitosa como fotógrafa.
Con sus tres hijos pequeños, llega a un hotel para la quinceava reunión con sus compañeros de la secundaria. Sin embargo, en un momento en que va a al vestíbulo bastante colmado de gente- se distrae un poco y Ben (su hijo, de tres años) desaparece.
La búsqueda del niño se hace intensa y hasta frenética, pero hasta el último momento no se resuelve nada.
Así, van pasando los días, los meses y hasta los años sin que Beth logre superar lo sucedido, lo que también acarrea consecuencias en la relación con su esposo Pat (Treat William), creando un ambiente tenso compuesto por sentimientos de culpa, resignación, coraje, aceptación y esperanza.
Con el tiempo, las cosas parecen mejorar, pero un buen día la vida de toda esta familia empieza a sufrir nuevos cambios.
La película, que explora las consecuencias de una tragedia, lleva de la mano a muchas interrogantes que hacen posteriormente analizar las relaciones de padres a hijos, las relaciones entre padres y la relación entre hermanos, situaciones diarias de nuestra vida que la mayoría de las veces pasamos por alto.