Diálogo con Emilio Gastelú
- Yessika Valdés
- - Publicado: 05/2/1999 - 12:00 am
El destino colocó a Emilio Gastelú, peruano, de 70 años, al que Panamá acogió con los brazos abiertos en 1951 en el lugar y hora que le permitiría pasar a la historia como el fotógrafo que tomó la histórica fotografía, del 9 de enero de 1964, de los estudiantes cruzando la cerca con la enseña patria, en la hoy Avenida de Los Mártires, que partía en dos a Panamá.
Un retraso le fue fortuito. Recuerda que "estaba de paso en Panamá. Venía a bordo de la motonave italiana Américo Vespucio que ancló en Colón". Decidió ir a tomarse un par de cervezas en un bar en Colón y no se percató del paso del tiempo. He allí que cuando lo hizo ya el barco había zarpado y lo había dejado en tierra. Fue así como se vino para la capital. Acá estaba Manuel Sánchez Durán, también peruano, que era fotógrafo de prensa, quien lo acogió como su ayudante. Sánchez Durán le estaba haciendo campaña al PNR, que llevó a la presidencia al Coronel José Antonio Remón Cantera en 1952, con quien trabajó hasta su asesinato el 2 de enero de 1955.
DIA DEL FOTOGRAFO
Quisimos dialogar con Gastelú porque mañana 6 de febrero se celebra el Día del Fotógrafo y del Camarógrafo y este año revierte el Canal y pensamos que al rendirle homenaje a su obra reconocemos el mérito de los profesionales de la cámara, que están siempre en la búsqueda de la primicia, arriesgando su vida, viviendo con intensidad momentos de emoción, escribiendo la historia.
NO TEME AL TRABAJO
Puesto que su profesión no tiene horario fijo, la constancia, laboriosidad y entrega profesional lo distinguen, al punto que a sus 70 años pudiera quedarse en una hamaca como hace otra gente de su edad, recordando los viejos tiempos, pero, se le ve en las conferencias de prensa y reuniones sociales con su cámara quemando rollos. Y en las avenidas, de aquí para allá, incansable y disfrutando de un trabajo que le ha permitido vivir experiencias que marcaron su vida para siempre.
"Mi norte ha sido pedirle a Dios que me dé salud, que al trabajo no le tengo miedo", expresó mientras se pasa la mano por la sudorosa frente para echar a un lado una mecha de su cano cabello y añade que "si todos, cada uno en su ramo, trata de dar lo mejor de sí, podremos tener un país que le pueda hacer frente a la tan temida globalización. Pero, enfatiza, "tenemos que prepararnos, que capacitarnos".
EL ACIAGO 9 DE ENERO
"En 1964 trabajaba yo en Editora Panamá América, en el diario Crítica. José Agustín Cajar Escala era el director. Don Gilberto Arias el dueño. George Thomas el administrador de Crítica. Ellos tuvieron la visión de que a todo el personal lo motivaban a trabajar, lo veían no como un asalariado, sino como un compañero. Había un gran equipo de periodistas: Ariel Castro, Lucho Botello, Hipólito Donoso, Fulito García y Marcos Paz. Ellos apoyaban las ideas de uno. Todos nos reuníamos en el Café Tom en Vista Hermosa a tomar cerveza y comer pescado frito, camarón frito o conchuelas. Intercambiamos opiniones, acerca de cómo mejorar el trabajo. El periódico empezó a surgir, fue uno de los de mayor circulación en Panamá. Rompíamos páginas y la portada a la 1:30 de la madrugada si era necesario. Si había un accidente o un hecho grande, al día siguiente salía en Crítica donde todos trabajábamos unidos y no había rivalidad, había un compañerismo único que lo hacía grande".
"El aciago 9 de enero de 1964 Cajar Escala me dijo: "Tienes que estar en el Instituto Nacional a las 11:00 de la mañana, porque los institutores y universitarios van a ir a la Zona del Canal a izar el pabellón nacional, pero no se sabe en qué lugar".
Sigue recordando Gastelú: "Como a la una supe que íbamos para el Colegio de Balboa, para hacer valer los acuerdos internacionales que señalaban que la bandera panameña debía ondear al lado de la norteamericana en territorios zoneítas. Fue así como los estudiantes pidieron al Prof. Dídimo Ríos, director del Nido de Aguilas una bandera para tal propósito".
"Cajar nos inculcó una mística. El nos reunió a los fotógrafos y nos dijo: "ustedes toman una foto y la siguiente debe ser mejor que la anterior". Siempre fuimos motivados, alentados por nuestro trabajo. Nos apoyaron moral, logística y económicamente en nuestro trabajo. Y pudimos sacar grandes reportajes en esa época. Don Gilberto hasta puso a disposición nuestra carros y aviones. Nosotros podíamos ir a Paitilla a firmar y utilizarlos cuando los necesitáramos".
Volviendo al 9 de enero de 1964, Gastelú siguió diciendo que: "...Yo no salí de la línea. Yo mandaba los rollos a través de los reporteros para que los revelaran donde Gómez Santos. Ningún camarógrafo ni ningún fotógrafo pensó en dar un paso atrás, porque el arrojo, la valentía, el valor de los estudiantes eran contagiosos, nos motivaban a estar con ellos en esta lucha. Rogelio Martínez tuvo incidentes graves. A Marcos Paz casi le vuelan la cabeza. Pero, nadie retrocedió. Al día siguiente en el ombligo de Crítica apareció la foto de los muchachos saltando la cerca. Había un tabloide llamado La Prensa, que lo dirigía Luis Estribí, a quien decían "el cholo", quien demostrando su ojo clínico pidió permiso para utilizar la foto y la publicó en la portada casi ocupando toda la página. De allí en adelante, la foto recorrió el mundo".
Añade nuestro interlocutor que esa misma noche, los fotógrafos que habían estado allí, tales como Orestes Cabredo, Cojito Fernández, Rodolfo Mendoza, Marcos Paz, Roldán y otros más, le entregaron al presidente de la República, Don Roberto Francisco (Nino) Chiari, un material fotográfico que hablaba por sí solo de la magnitud de los hechos en que los estudiantes sólo tenían piedras y se estaban enfrentando al ejército más grande de la época. "Con esas fotografías Nino Chiari sustentó la demanda que presentó ante la OEA y las Naciones Unidas. Panamá fue el único país del mundo que pegó el jalón histórico de romper relaciones con una de las potencias más grandes del mundo. Eso estremeció la conciencia del mundo entero e hizo que todas las naciones voltearan sus ojos hacia Panamá y se preguntaran qué está sucediendo en Panamá".
LUCHA GENERACIONAL
"...Después vino la presidencia de Robles y la de Arnulfo Arias...Cuando el golpe militar, el General Omar Torrijos capitalizó todo el movimiento de los estudiantes y el material gráfico...llegó la firma de los Tratados Torrijos-Carter en 1977...", rememoró Gastelú.
"No es la labor de un solo fotógrafo, sino la labor de muchos y de muchos otros panameños y panameñas. Todos pusimos un granito de arena para que la soberanía plena fuera una realidad en Panamá. Ha sido una lucha generacional. Todos en su momento cumplieron y ejecutaron un papel. Pero, los principales protagonistas fueron los estudiantes, con una sola ideología y un solo ideal: Panamá. Y entre ellos el único colegio que tomó como bandera y fue bastión de estas luchas fue el Instituto Nacional. Ellos no pensaron nunca en beneficio propio. Pensaron que aun arriesgando su propia vida tenían que cumplir con la misión del rescate de Panamá para que no hubieran quintas fronteras", expresó Gastelú con un ligero temblor en los labios y un brillo en los ojos que pudiera interpretarse como una lágrima o rabia contenida por la matanza del 9 de enero, por la impotencia ante el poderoso enemigo.
"Fue un idealismo mal comprendido. Mal entendido. Aprovecharon muchos estos momentos para beneficio propio", manifestó.
NO MAS QUINTAS FRONTERAS
"A fin de este año Panamá quedará convertido en una República que nunca más tendrá quintas fronteras. Yo me siento orgulloso de ello porque ni mis hijos ni mis nietos encontrarán lo que nosotros encontramos cuando éramos jóvenes: que éramos discriminados, se nos daba un trato despectivo", dijo y procedió a explicar lo del Silver Roll (para los panameños) y el Gold Roll (para los norteamericanos).
"Los beneficios para el norteamericano eran fabulosos. Para el panameño los servicios, prestaciones y viviendas eran casi nulos. Con los comisariatos pasaba igual. Si eras moreno, negro o cholo no podías entrar". Gastelú se congratuló de que gracias a la lucha generacional esto ha cambiado y manifestó que les toca a las generaciones presentes y futuras mantener ese alto sentido de patria que nos legaron nuestros ancestros y colocar a Panamá en un digno sitial en el escenario de las naciones del mundo.
Emilio Gastelú por su trabajo y porque le gusta viajar, ha estado en los Estados Unidos, México, República Dominicana, Centro América, Cuba, Colombia, Venezuela, Ecuador, Argentina, Uruguay y Chile".
Después de la experiencia del 9 de enero de 1964, a Emilio Gastelú, abuelo de Yusset y Antonio y padre de Melissa del Carmen, Sobenis, Emilio y Cristina Ileana, lo que más le ha impresionado en sus 70 años de vida "es la recepción que tuve de los panameños al aceptarme como uno más. Yo en mi vida jamás he escuchado una palabra de mis amigos que me haga sentir extranjero. Me acogieron como un hijo más".
Si nos mantenemos unidos y trabajamos con entusiasmo el futuro se pinta de verde para Panamá, a juicio de Emilio Gastelú quien tiene muchos años de trabajar como fotógrafo independiente.
Planea iniciar un negocio de carga con su yerno. Disfruta de la vida familiar. Todos los días le agradece a Dios por tener una familia tan unida. Dijo que "a la familia nos gusta viajar en familia, salir sin rumbo, a la playa, a un buen teatro, ir a comer, salir al campo, ir al interior. Y, sobre todo, el 1er. Domingo de Cuaresma, ir a La Atalaya a ver la procesión del Cristo de La Atalaya. Tenemos muchísimos años que no sabemos lo que es un carnavalito".
ES SU GENTE
A su juicio, Panamá es una gran nación con mucho futuro no por su posición geográfica ni por su emporio comercial, sino "porque el pueblo panameño es alegre, jovial, generoso, amistoso y no escatima el abrazo fraterno a los que llegamos allende sus fronteras".
Un retraso le fue fortuito. Recuerda que "estaba de paso en Panamá. Venía a bordo de la motonave italiana Américo Vespucio que ancló en Colón". Decidió ir a tomarse un par de cervezas en un bar en Colón y no se percató del paso del tiempo. He allí que cuando lo hizo ya el barco había zarpado y lo había dejado en tierra. Fue así como se vino para la capital. Acá estaba Manuel Sánchez Durán, también peruano, que era fotógrafo de prensa, quien lo acogió como su ayudante. Sánchez Durán le estaba haciendo campaña al PNR, que llevó a la presidencia al Coronel José Antonio Remón Cantera en 1952, con quien trabajó hasta su asesinato el 2 de enero de 1955.
DIA DEL FOTOGRAFO
Quisimos dialogar con Gastelú porque mañana 6 de febrero se celebra el Día del Fotógrafo y del Camarógrafo y este año revierte el Canal y pensamos que al rendirle homenaje a su obra reconocemos el mérito de los profesionales de la cámara, que están siempre en la búsqueda de la primicia, arriesgando su vida, viviendo con intensidad momentos de emoción, escribiendo la historia.
NO TEME AL TRABAJO
Puesto que su profesión no tiene horario fijo, la constancia, laboriosidad y entrega profesional lo distinguen, al punto que a sus 70 años pudiera quedarse en una hamaca como hace otra gente de su edad, recordando los viejos tiempos, pero, se le ve en las conferencias de prensa y reuniones sociales con su cámara quemando rollos. Y en las avenidas, de aquí para allá, incansable y disfrutando de un trabajo que le ha permitido vivir experiencias que marcaron su vida para siempre.
"Mi norte ha sido pedirle a Dios que me dé salud, que al trabajo no le tengo miedo", expresó mientras se pasa la mano por la sudorosa frente para echar a un lado una mecha de su cano cabello y añade que "si todos, cada uno en su ramo, trata de dar lo mejor de sí, podremos tener un país que le pueda hacer frente a la tan temida globalización. Pero, enfatiza, "tenemos que prepararnos, que capacitarnos".
EL ACIAGO 9 DE ENERO
"En 1964 trabajaba yo en Editora Panamá América, en el diario Crítica. José Agustín Cajar Escala era el director. Don Gilberto Arias el dueño. George Thomas el administrador de Crítica. Ellos tuvieron la visión de que a todo el personal lo motivaban a trabajar, lo veían no como un asalariado, sino como un compañero. Había un gran equipo de periodistas: Ariel Castro, Lucho Botello, Hipólito Donoso, Fulito García y Marcos Paz. Ellos apoyaban las ideas de uno. Todos nos reuníamos en el Café Tom en Vista Hermosa a tomar cerveza y comer pescado frito, camarón frito o conchuelas. Intercambiamos opiniones, acerca de cómo mejorar el trabajo. El periódico empezó a surgir, fue uno de los de mayor circulación en Panamá. Rompíamos páginas y la portada a la 1:30 de la madrugada si era necesario. Si había un accidente o un hecho grande, al día siguiente salía en Crítica donde todos trabajábamos unidos y no había rivalidad, había un compañerismo único que lo hacía grande".
"El aciago 9 de enero de 1964 Cajar Escala me dijo: "Tienes que estar en el Instituto Nacional a las 11:00 de la mañana, porque los institutores y universitarios van a ir a la Zona del Canal a izar el pabellón nacional, pero no se sabe en qué lugar".
Sigue recordando Gastelú: "Como a la una supe que íbamos para el Colegio de Balboa, para hacer valer los acuerdos internacionales que señalaban que la bandera panameña debía ondear al lado de la norteamericana en territorios zoneítas. Fue así como los estudiantes pidieron al Prof. Dídimo Ríos, director del Nido de Aguilas una bandera para tal propósito".
"Cajar nos inculcó una mística. El nos reunió a los fotógrafos y nos dijo: "ustedes toman una foto y la siguiente debe ser mejor que la anterior". Siempre fuimos motivados, alentados por nuestro trabajo. Nos apoyaron moral, logística y económicamente en nuestro trabajo. Y pudimos sacar grandes reportajes en esa época. Don Gilberto hasta puso a disposición nuestra carros y aviones. Nosotros podíamos ir a Paitilla a firmar y utilizarlos cuando los necesitáramos".
Volviendo al 9 de enero de 1964, Gastelú siguió diciendo que: "...Yo no salí de la línea. Yo mandaba los rollos a través de los reporteros para que los revelaran donde Gómez Santos. Ningún camarógrafo ni ningún fotógrafo pensó en dar un paso atrás, porque el arrojo, la valentía, el valor de los estudiantes eran contagiosos, nos motivaban a estar con ellos en esta lucha. Rogelio Martínez tuvo incidentes graves. A Marcos Paz casi le vuelan la cabeza. Pero, nadie retrocedió. Al día siguiente en el ombligo de Crítica apareció la foto de los muchachos saltando la cerca. Había un tabloide llamado La Prensa, que lo dirigía Luis Estribí, a quien decían "el cholo", quien demostrando su ojo clínico pidió permiso para utilizar la foto y la publicó en la portada casi ocupando toda la página. De allí en adelante, la foto recorrió el mundo".
Añade nuestro interlocutor que esa misma noche, los fotógrafos que habían estado allí, tales como Orestes Cabredo, Cojito Fernández, Rodolfo Mendoza, Marcos Paz, Roldán y otros más, le entregaron al presidente de la República, Don Roberto Francisco (Nino) Chiari, un material fotográfico que hablaba por sí solo de la magnitud de los hechos en que los estudiantes sólo tenían piedras y se estaban enfrentando al ejército más grande de la época. "Con esas fotografías Nino Chiari sustentó la demanda que presentó ante la OEA y las Naciones Unidas. Panamá fue el único país del mundo que pegó el jalón histórico de romper relaciones con una de las potencias más grandes del mundo. Eso estremeció la conciencia del mundo entero e hizo que todas las naciones voltearan sus ojos hacia Panamá y se preguntaran qué está sucediendo en Panamá".
LUCHA GENERACIONAL
"...Después vino la presidencia de Robles y la de Arnulfo Arias...Cuando el golpe militar, el General Omar Torrijos capitalizó todo el movimiento de los estudiantes y el material gráfico...llegó la firma de los Tratados Torrijos-Carter en 1977...", rememoró Gastelú.
"No es la labor de un solo fotógrafo, sino la labor de muchos y de muchos otros panameños y panameñas. Todos pusimos un granito de arena para que la soberanía plena fuera una realidad en Panamá. Ha sido una lucha generacional. Todos en su momento cumplieron y ejecutaron un papel. Pero, los principales protagonistas fueron los estudiantes, con una sola ideología y un solo ideal: Panamá. Y entre ellos el único colegio que tomó como bandera y fue bastión de estas luchas fue el Instituto Nacional. Ellos no pensaron nunca en beneficio propio. Pensaron que aun arriesgando su propia vida tenían que cumplir con la misión del rescate de Panamá para que no hubieran quintas fronteras", expresó Gastelú con un ligero temblor en los labios y un brillo en los ojos que pudiera interpretarse como una lágrima o rabia contenida por la matanza del 9 de enero, por la impotencia ante el poderoso enemigo.
"Fue un idealismo mal comprendido. Mal entendido. Aprovecharon muchos estos momentos para beneficio propio", manifestó.
NO MAS QUINTAS FRONTERAS
"A fin de este año Panamá quedará convertido en una República que nunca más tendrá quintas fronteras. Yo me siento orgulloso de ello porque ni mis hijos ni mis nietos encontrarán lo que nosotros encontramos cuando éramos jóvenes: que éramos discriminados, se nos daba un trato despectivo", dijo y procedió a explicar lo del Silver Roll (para los panameños) y el Gold Roll (para los norteamericanos).
"Los beneficios para el norteamericano eran fabulosos. Para el panameño los servicios, prestaciones y viviendas eran casi nulos. Con los comisariatos pasaba igual. Si eras moreno, negro o cholo no podías entrar". Gastelú se congratuló de que gracias a la lucha generacional esto ha cambiado y manifestó que les toca a las generaciones presentes y futuras mantener ese alto sentido de patria que nos legaron nuestros ancestros y colocar a Panamá en un digno sitial en el escenario de las naciones del mundo.
Emilio Gastelú por su trabajo y porque le gusta viajar, ha estado en los Estados Unidos, México, República Dominicana, Centro América, Cuba, Colombia, Venezuela, Ecuador, Argentina, Uruguay y Chile".
Después de la experiencia del 9 de enero de 1964, a Emilio Gastelú, abuelo de Yusset y Antonio y padre de Melissa del Carmen, Sobenis, Emilio y Cristina Ileana, lo que más le ha impresionado en sus 70 años de vida "es la recepción que tuve de los panameños al aceptarme como uno más. Yo en mi vida jamás he escuchado una palabra de mis amigos que me haga sentir extranjero. Me acogieron como un hijo más".
Si nos mantenemos unidos y trabajamos con entusiasmo el futuro se pinta de verde para Panamá, a juicio de Emilio Gastelú quien tiene muchos años de trabajar como fotógrafo independiente.
Planea iniciar un negocio de carga con su yerno. Disfruta de la vida familiar. Todos los días le agradece a Dios por tener una familia tan unida. Dijo que "a la familia nos gusta viajar en familia, salir sin rumbo, a la playa, a un buen teatro, ir a comer, salir al campo, ir al interior. Y, sobre todo, el 1er. Domingo de Cuaresma, ir a La Atalaya a ver la procesión del Cristo de La Atalaya. Tenemos muchísimos años que no sabemos lo que es un carnavalito".
ES SU GENTE
A su juicio, Panamá es una gran nación con mucho futuro no por su posición geográfica ni por su emporio comercial, sino "porque el pueblo panameño es alegre, jovial, generoso, amistoso y no escatima el abrazo fraterno a los que llegamos allende sus fronteras".
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