Datos curiosos sobre el 'cheesecake'

El cheesecake, pastel de queso, tal y como se conoce en la actualidad, es el resultado de los cambios que ha experimentado la receta con el paso del tiempo.

En el presente se habla de dos versiones de pastel de queso, el tradicional y el frío, y dependiendo de cuál elija preparar varían los ingredientes y nivel de dificultad.

La chef pastelera Gabriela Castillo explica que la versión tradicional lleva cocción y tiene un nivel de dificultad intermedio, mientras que el frío tiene una complejidad baja.

La receta tradicional requiere que se horneé a baño María a una temperatura baja, entre 130º C a 140º C, y la cocción puede durar hasta dos horas, explica Castillo.

Añade que la cocción lenta es clave para la coagulación del huevo (tiene una temperatura de coagulación de entre 65º C a 85º C) y si se pasa de temperatura se sobre coagula el huevo y como resultado tendremos un cheesecake grumoso o gomoso.

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Una vez horneado se debe dejar reposar a temperatura ambiente y luego se debe refrigerar para que termine de cuajar.

La versión fría, por su parte, es sencilla y más rápida de preparar, únicamente requiere refrigeración, la mezcla necesita azúcar, vainilla, queso crema y gelatina sin sabor, este último ingrediente es el que hace que cuaje el pastel de queso.

Por último, Castillo enumeró una serie de errores que se suelen cometer a la hora de preparar este delicioso postre.

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- No conocer el calor del horno. Muchos de los hornos convencionales no regulan a veces bien la temperatura, algunos la indican en la perilla y otros las tienen por nivel, bajo, medio y alto, lo cual dificulta regular bien la temperatura.

- No mezclan los ingredientes a temperatura ambiente. Si los ingredientes están fríos se dificulta que se incorporen bien por completo.

- No cubrir el cheesecake cuando se está horneando en el baño María. Al no taparlo el vapor que está dentro de la mezcla se expande y cuando se saca del horno el pastel colapsa y se le forman unas grietas.

Datos curiosos

Diversos escritos señalan que el origen del pastel de queso tuvo lugar en la antigua Grecia en el año 776 a.c, siempre ha sido considerado un postre, sin embargo, también se ha servido como acompañante de ensaladas, indica el chef Alfredo Villalba.

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Hasta el siglo 18, el postre se preparaba con levadura, era el único ingrediente que se tenía en la época para hacer que un pan se levantara.

Villalba resalta que el cheesecake más caro está de venta en New York por $325 y anualmente, en Estados Unidos, el 30 de julio, se celebra este clásico postre.

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