Creciendo con VIH
- María Victoria Rivera
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Según el Informe Nacional del continuo de Atención en VIH, hasta el 2016 había un aproximado de 10 mil 863 niños de 0 a 15 años que recibían tratamiento antirretroviral.
¿Te duele? ¿Pica? ¿Tienes miedo, Vicky? Le preguntaban sus compañeros. A lo que ella les respondió: "A nada le tengo tanto miedo, como a que no quieran jugar conmigo".
Esta es la historia de Victoria en el cuento "La princesa VIH" en el que se relata cómo es la vida de los infantes con este virus que lo adquirieron por medio del parto o la leche materna.
Sin embargo, la mayor lucha no es su situación de salud, sino el rechazo de parte de la sociedad e incluso de sus familiares.
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Retos
La mayoría de los niños y adolescentes con VIH son huérfanos y quedan al cuidado de algún familiar, por lo general, quienes más los cuidan son los abuelos.
"Lo que más me preocupa es que son abuelitas y abuelitos que tienen más de 70 años. ¿Qué va a pasar con ellos?, pues son niños que están en pleno crecimiento o son preadolescentes", se cuestiona Trina María Aguays, directora de Aids For Aids Panamá.
En esta organización, que brinda ayuda a las comunidades en situación de riesgo al VIH, ya han visto casos en los que luego de fallecer los abuelos, los niños quedan a la deriva.
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Educación
Por ello, se trabaja en brindar orientación adecuada desde edad temprana, a fin de que tengan las herramientas para enfrentar actos de discriminación.
"Pueden presentarse dos tipos de situaciones: un niño que tenga la información y el niño que no, pues quien la tiene, cuando lo discriminan es consciente de la falta de información que tiene esa persona", explica la psicóloga Milagros Caballero.
Pero al niño que no posea la información, palabras como "sidoso" o que "vas a pegar la enfermedad" pueden causarle un daño emocional.
"Es un niño que puede estar retraído, puede no querer ir a la escuela, puede no querer tomarse los medicamentos, entre otros", explica Caballero.
Confidencialidad
Es normal que quien no maneje la información correcta sienta miedo, pero si se educa, podrá saber que un niño con VIH puede abrazar y jugar con otros.
Además, según la Ley N.° 3 del 5 de enero del 2000, en su artículo 31: "Se prohíbe cualquier discriminación y acto estigmatizador o segregador en perjuicio de las personas enfermas o portadoras de infecciones de transmisión sexual o del virus de la inmunodeficiencia humana, así como en contra de sus parientes y allegados".
"Había un baño que no se estaba utilizando y lo adaptaron para que lo usara la niña, porque la directora y el equipo se dieron cuenta de que tenía VIH, y por falta de información, porque no sabían realmente que el VIH se transmite por actos definidos, la apartaron", cuenta Alexander Cruz, coordinador de proyectos de Aids For Aids Panamá.
Al final se hizo la denuncia en el Ministerio de Educación y se brindó orientación al personal del colegio para que la niña continuara en el plantel.
Vida normal
Aunque para la sociedad sea complejo entender esta situación de salud, son personas comunes y corrientes, con fortalezas y debilidades, tan humanos como *Santiago de 17 años cuya situación de salud no le ha limitado tener una vida normal.
"En la escuela ellos no lo ven como VIH, ellos lo ven como sida y eso es diferente, son dos etapas diferentes", dice.
Por su parte *Juan Carlos, de 18 años, dice que su vida ha sido tranquila. Llegó a botar los medicamentos porque no le gustaban, pero nunca ha sido víctima de discriminación.
Por ello, es importante que los adultos tengan claro que el VIH no se contagia, sino que se transmite, y quienes suelen discriminar o señalar tienden a exponerse a situaciones que los hace vulnerables al virus, como una vida sexual sin prevención, señala Trina María Aguays, de Aids For Aids Panamá.
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