Arte chiricano en la capital
- Carlos Atencio-Atencio
Durante la apertura de ? Marcapiel? se entregaron los premios al mérito Pinacoteca Garzarte 2007.
La noche del martes 24 fue singular por muchas razones. Entre estas, que se inauguró la exposición de pinturas y esculturas "Marcapiel" en la librería Exedra Books, de cuatro artistas chiricanos, y se entregaron estatuillas y certificados a personalidades del mundo cultural, como Mario Calvit, en la pintura; Carlos Arboleda, en la escultura; César Young Núñez, en las letras, y Juan Carlos Tapia, en valor humano.
Desde las siete de la noche, el público y los homenajeados caminaban por el lugar, entre los estantes de libros y el olor a papel propio de esta librería.
Al fondo, en la sala de exposiciones, estaban las obras, unas colgadas y apoyadas en las paredes y las otras, las esculturas, en el medio de la sala, sobre soportes de madera y de metal.
En el medio del espacio y en un ambiente selvático, reposaba un conjunto de esculturas de Manuel Montilla, quien luego fue el maestro de ceremonia durante las dos horas del programa. Este trabajo era insectos sobre madera de cedro al natural, enredados sobre bejucos en forma de culebra. Estas esculturas tienen un valor de 1.200 balboas.
También en la parte del centro, Yun Fuentes mostraba su trabajo, unas esculturas más grandes que las de Montilla, eran garzas de varios tamaños con cuerpos muy blancos y lisos, con las patas hundidas en un fondo negro, quizás recordando la contaminación que sufren los ríos y mares. Estos animales tienen un valor de 350 balboas y algunas personas al tenerlas de cerca les hundían los dedos, quizás para constatar que no fuesen reales o que el material en que estaban hechas era duradero: fibra de vidrio, minerales y mármol procesado.
En la pared del fondo, puesto que la sala es muy similar a un cuadrado, colgaban las fotografías de Manuel Montilla. De lejos o de cerca, nos recordaban aquella tragedia de una joven chiricana que fue rociada con ácido , quedando totalmente desfigurada. Estaban impresas en vinil, y el costo era de 12.000 balboas.
El más joven de los artistas era Cesáreo Young, y colgaba varias obras. La más grande era una paella cuyo precio es de 2.500 balboas. Ésta y las otras de las series de Young fueron trabajadas en colores suaves.
El norteamericano radicado en Chiriquí Kermit Nourse también compartió su obra, que sobresalía del conjunto por el colorido de la paleta, por las figuras más visibles de cuerpos humanos. Estos óleos tienen un precio de 650 balboas cada uno. En esta misma sección, Yun mostraba pinturas, también óleos, de 350 balboas.
Entrega de estatuillas.
Pasadas las ocho de la noche, Manuel Montilla fue llamando uno a uno a los homenajeados. El primero en levantarse fue Mario Calvit, de 73 años, y quien aún se mantiene activo en la pintura. Luego vino el más veterano de todos, don Carlos Arboleda, un octogenario que ha alcanzado el último peldaño del trabajo de la escultura en Panamá. A pesar de los años, el maestro Arboleda conserva mucha agilidad y continúa trabajando en su obra.
César Young lucía traje y corbata; un traje oscuro que contrasta con el humor de sus crónicas y sus poemas. Tras recibir la estatuilla leyó una fábula especial para la noche.
Néstor Castillo, de la Dirección de Cultura de la Universidad de Panamá, mereció honores por su contribución en la música, como docente y como gestor del proyecto de la orquesta Filarmónica de ese centro educativo.
Finalmente, la familia de Juan Carlos Tapia compartió palabras antes de recibir la mención por su contribución para que se lograse la Ley antitabaco.
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