Santeños sufren debido a fumigación y Hantavirus
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Tonosí y Las Tablas, en Los Santos, y Soná, en Veraguas, reflejan la mayor cantidad de casos en el país, el Minsa realiza campañas de prevención.
![La señora Guadalupe Herrera (de frente al centro) estuvo tan grave que un sacerdote colocó sus manos para imponerle los santos óleos. Zenaida Vásquez](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/imagenes/2018/04/20/26788135.jpg)
La señora Guadalupe Herrera (de frente al centro) estuvo tan grave que un sacerdote colocó sus manos para imponerle los santos óleos. Zenaida Vásquez
Desde que se descubrió la enfermedad por Hantavirus en la provincia de Los Santos se han enfermado a nivel nacional unas 286 personas con síndrome cardiopulmonar por Hanta.
De esta cifra han sobrevivido unas 240 personas, de las cuales 132 han sido hombres y 108 mujeres, de esta peligrosa enfermedad.
Tonosí, Las Tablas y Soná de Veraguas reflejan la mayor cantidad de casos a nivel del país, y lo curioso es que aún la población tiene dudas de que sea el Oligoryzomys fulvesrences (ratón) el causante de la enfermedad.
En una visita reciente a pacientes que se han recuperado de la enfermedad en la región tonosieña, todos sostienen que esta enfermedad no es por el ratón, sino por las fumigaciones que se realizan en cultivos del distrito de Tonosí.
Indira Vergara, de 26 años, residente en Perina de Tonosí, enfermó desde el 13 de marzo de este año, y estuvo hospitalizada por ocho días.
Vergara indica que no sabe dónde lo adquirió, solo de pronto le empezó la fiebre, dolor de espalda y en el estómago, con ganas de vomitar, pero no podía.
Estos síntomas le iniciaron un martes, y el viernes ya presentaba plaquetas bajas y el hígado inflamado, por lo que fue hospitalizada.
Esta joven tonosieña señaló que le quedaron secuelas, tales como debilidad en las piernas, problemas en el estómago, y su familia considera que las fumigaciones aéreas son las causantes de la enfermedad.
Los costos que acarrea esta enfermedad varían según las atenciones que deba recibir el paciente. A algunos se les ordenan ultrasonidos, multivitaminas y exámenes variados.
Uno de los efectos que coincidieron en los pacientes visitados es la debilidad en las piernas, tal y como lo expresa Graciela Salado, sobreviviente del Hanta.
Salado, quien reside en Tonosí, por el sector conocido como La Pista, dijo que en su caso fueron 15 días de hospitalización en el Joaquín Pablo Franco y al salir quedó con problemas de respiración.
Manifestó que su hermana, quien padeció la enfermedad hace 8 años, también tiene aún el mismo problema de respiración, al punto que no pueden barrer en sus patios porque quedan agitadas.
En la familia Salado no creen que sea el ratón, porque sus antepasados realizaban sus cosechas de maíz y arroz, las mantenían en jorones y no sufrían de la enfermedad.
En el sector de El Bebedero de Tonosí se encuentra Jessica Mayté Mendoza, de 23 años, quien hace un mes pasó 22 días en el hospital Joaquín Pablo Franco en Las Tablas, y todo le empezó con fiebre y dolor de cintura.
Esta joven vive rodeada de terrenos con cultivos, y presume que esto podría haberle ocasionado la enfermedad.
Sin embargo, en Las Tablas cabecera no se fumiga a grandes escalas como en Tonosí, y el virus del Hanta también ha hecho daño.
Una sobreviviente en Las Tablas es la señora Guadalupe Herrera, de 56 años, residente en la barriada Santa Isabel.
En junio de 2017, le dio fiebre, lo que la llevó a atenderse en el Minsa Capsi de Las Tablas, donde le recetaron cinco inyecciones, de estas solo 4 se inyectó.
La enfermedad avanzaba y acudía al hospital Joaquín Pablo Franco todos los días, y lo que se le recetaba era venoclisis, hasta que un día en una clínica privada, buscando la cura, se desmayó, y es así como fue trasladada al Minsa Capsi en La Villa de Los Santos.
Desde ahí quedó inconsciente, con los pulmones llenos de agua, lo que la mantuvo por un mes y ocho días inconsciente, hasta que un sacerdote colocó sus manos para imponerle los santos óleos, porque su familia pensaba que estaba a punto de morir.
Salió del hospital Anita Moreno en silla de ruedas, por dos meses asistió a terapias en Las Tablas, y por la gracia de Dios, después de 10 meses de haber contraído esta enfermedad, ya puede caminar y contar lo trágico del Hantavirus.
El Minsa tiene 19 años explicando medidas de prevención, pero la población se resiste a cumplir.
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