Pacto ético electoral, un mero formalismo
En las elecciones de 1994, 1999 y 2004, los partidos políticos se comprometieron con la firma de un pacto ético electoral, sin mayores resultados.
- Adiel Bonilla
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- - Publicado: 19/1/2018 - 12:00 am
El Tribunal Electoral (TE) ya ha confirmado que para principios del próximo mes de marzo se estaría concretando la firma de un nuevo pacto ético electoral, reviviendo así una tradición panameña para época preelectoral, algo que varios sectores de la sociedad tildan de mero formalismo.
Los magistrados del TE son conscientes del reto, y aseguran que esta vez trabajan en un documento que será sometido a la consulta y el aval previo de todos los actores políticos y sociales para evitar las críticas e incumplimientos de antes.
Por primera vez, el pacto ético electoral fue firmado por 21 partidos políticos en 1994, aunque realmente fue patentado el 18 de mayo de 1993.
Aquel acuerdo se revestía de cierta importancia, porque era el primer proceso electoral que se daba después de la invasión, época de reconstrucción política de la sociedad panameña.
Había la necesidad de alguna expresión para garantizar el respeto de los contendores electorales, y para ello, a los líderes de la Iglesia católica se les ocurrió esta iniciativa, a través de la Comisión de Justicia y Paz.
Y con el fin de hacerlo válido para el resto de las religiones en el país, en su versión final se designó como garante al Comité Ecuménico de Panamá.
Pero ni el ecuménico Pacto Ético Electoral de Santa María la Antigua logró que en las elecciones de 1994 se cumpliera con un "ambiente de paz y de respeto a las libertades", como rezaban sus postulados. Principalmente por vacíos relativos al uso de recursos para las campañas y las fuentes de financiamiento.'
Gobierno incumple prohibiciones en vigencia para actos de campaña
El presidente Juan Carlos Varela y sus altos funcionarios no solo estarían violando normas éticas relativas a la contienda electoral que se avecina, sino también prohibiciones legalmente establecidas.
Una muestra de ello es el apoyo público que el mandatario Varela le ha dispensado al ministro Mario Etchelecu, quien aspira a llegar a la silla presidencial.
En diciembre pasado, Varela llamó “presidente” a Etchelecu durante una actividad en Veraguas. "El pueblo quiere que más ministros de Vivienda vengan a hacer lo que está haciendo el presidente Etchelecu", expresó Varela.
El propio ministro Mario Etchelecu y otros funcionarios con aspiraciones electorales violan la ética de servidores públicos al manifestar sus pretensiones, sin renunciar.
La ley electoral es clara: “Dentro de su horario de servicio, ningún funcionario que esté ocupando su posición en virtud de nombramiento o contrato puede activarse a favor o en contra de partidos o candidatos”.
Por eso, el segundo pacto ético electoral firmado en 1999 (con la conspicua ausencia del PRD) incluyó con mayor claridad el tema de las procedencias de las donaciones.
Para 2004 el pacto ya acumulaba toda clase de acusaciones mutuas de los partidos políticos y denuncias de incumplimiento; pero aun así, sus 16 cláusulas fueron firmadas por cuarta vez.
Ya en 2009, el pacto ético electoral sucumbió. La Iglesia católica no fue capaz de lograr que ningún partido político lo suscribiera.
Este escenario contribuyó a una campaña caracterizada por la confrontación y la descalificación mutua entre partidos y candidatos.
Fue necesaria la llegada a Panamá del expresidente de Estados Unidos "Jimmy" Carter para revivir el Pacto Ético Electoral Santa María la Antigua, el 14 de enero de 2014.
"Eso fue un formulismo que no llevó a nada", recuerda el excandidato presidencial Juan Jované.
Y para Carlos Lee, de Alianza Ciudadana Pro Justicia, la firma protocolar de este pacto ético "se ha convertido ya en una tradición que ha perdido sentido".
Para el analista político Edwin Cabrera, el problema no es el pacto per se, sino el Tribunal Electoral, que debió quedarse siendo solo "un organizador de campañas -hasta allí- y no un factor dentro de los partidos políticos".
Resulta irónico que justo ayer jueves la familia de don Ernesto Castillero entregara a la Biblioteca Nacional unos documentos en los que se lee una frase suya de mayo de 1948: "Nunca el país ha estado tan dividido en política". 70 años después, la frase se reviste de absoluta vigencia en el ámbito político actual de Panamá.
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