Motete de panameñismos reconocidos por el DRAE
- Gilberto Soto/@gilbertonews
Q’ xopá, chilin y dale cuero son algunos de los términos criollos que aún no llegan hasta la RAE, pero se ubican como los favoritos del panameño. Los expertos reconocen que ya existe un considerable aporte de panameñismos incluidos al universo de palabras con significados conocidos.
“Que e' lo que e', loco...así se habla en Panamá, q’ xopá q’ xopá, en vida real”, es parte de la métrica que utilizó el artista panameño Kafu Banton para ilustrar el bonchao de términos, spanglish y frases que utilizan los panameños para comunicarse.
El artista lo llamó “Habla como pana”.
Para los amantes del reggae, el tema se convirtió en un himno y por lo contagioso de su música se ubicó por semanas consecutivas en el top ten de la radio.
La técnica que utilizó el artista para ganar fanáticos no fue más que hablar en el mismo idioma; “Chantin es casa; mamá es viejita, primo es mopri y niña pelaíta, papá es viejo; ñao es cuñao y blum blum de cariño pa’ las gorditas”.
Para los académicos, aunque los términos tengan un significado compartido, es necesario que aparezcan documentados con marcada insistencia en los textos para que sean aceptados por la Real Academia Española (RAE).
Mientras tanto, los términos considerados como panameñismos seguirán en la jerga diaria como un estilo que nace desde los barrios, se fortalece, crece y se contagia en la mayoría.
El fenómeno tiene una explicación para Alexander Mendoza, residente en Las Mañanitas, donde prevalece la camaradería de barrio y donde el riesgo social es alto.
Mendoza sostiene que hablar en términos “meñas” (bandidos) no es más que el resultado de la supervivencia en grupo y de esa “presión social que empuja al resto de la población a hablar el mismo idioma para no ser sorprendidos en acciones que pudieran atentar contra su seguridad”.
Agrega que el alcance social hizo que la población lo aceptara y lo hiciera suyo, sin aspirar, quizás, a que la RAE lo admitiera como un lenguaje, sino como una marca que diferencia a los panameños del resto de los países vecinos.
Con claridad dice el profesor de Español Alex Nieto Montilla que “para que puedan ingresar al diccionario o hacerse enmiendas, deben (las palabras) estar lo suficientemente documentadas en referencias textuales, muchas veces en la literatura o en voz de académicos”.
Mientras no ocurra lo anterior, los términos seguirán de boca en boca entre los frenes para chotearse o reunirse en la llesca pillando a que la chota no los haga buscar pa’ la chantin por estar arrancao en la vía pública.
Estamos en DRAE
Pero el regionalismo histórico y obstinado que caracteriza a los panameños llegó hasta la RAE.
Allá los académicos reconocen 623 acepciones de panameñismos que actualmente aparecen en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE).
Habrá que recordar, declara Nieto Montilla, que hay palabras de un único uso en Panamá como abuelazón; otras que compartimos, pero que tienen un uso particular en Panamá como ñaño, para nosotros, de inmediato, es “homosexual” y no “hermano mayor”, como en Ecuador o Perú.
Es decir, que existen términos que compartimos con uno, dos, tres y hasta más países hispanohablantes, pero que no dejan de considerarse panameñismos por su uso en el español hablado en Panamá.
De las 623 acepciones panameñas aparecen términos como motete, visto por el DRAE como “cesto grande fabricado con cintas entrelazadas de bejuco que los campesinos llevan en la espalda”. El mismo significado también es válido para países como Puerto Rico y República Dominicana.
Entre los términos más comunes que aparecen en la DRAE y que muchos desconocen figuran: tortuguismo, engomado, escobillar, espelucar, acabangarse, achaque, acholado, agarrado, aguado, ahuevazón, alambique, culeco, cuscú, embarrar, vidajenear...
Por otra parte, Milagros López, profesora de Español, admite que el lenguaje es tan amplio que muchos de esos términos que la gente utiliza y son considerados panameñismos son válidos por la RAE y que pueden utilizarse con seguridad en los escritos.
Es decir, Panamá también hizo su aporte al universo de palabras que componen el idioma español. La más reciente edición del DRAE (XXIII), publicada el pasado 16 de octubre en España, indica que 93,111 voces conforman la nueva gama de artículo o entradas.
El engrosamiento del DRAE responde en gran medida, según los expertos, a la evolución y aparición de la tecnología que logró filtrar términos en su mayoría americanismos.
Por ejemplo, el último DRAE oficializó como válidas la terminología relacionada a las redes sociales como tuitear, chat, hacker, tuit, tuitero, blog, bloguero y wasapear, entre otros.
La última inclusión de términos se hizo en 2011 y ahora la versión N.° 23 del DRAE recoge más de 500 artículos adicionales.
Claves
- Academias
- La Asociación de Academias de la Lengua Española, que integran 22 academias, elaboró en el nuevo DRAE, publicado en octubre pasado.
- Reto digital
- Para mayor uso y referencia se trabaja en la elaboración del diccionario 23 en versión digital. El documento recogerá palabras como bótox, cameo, dron, feminicidio, multiculturalidad, tuitero y precuela, entre otros.
La formalidad y la innovación tecnológica presionan a la RAE
- Las 22 academias se encargaron de elaborar la versión N.° 23 del diccionario actual
- 99 euros es el valor del último Drae, equivalente a unos $125.
- 29 directores ha tenido la RAE desde su fundación en 1713.
- 8,860 artículos nuevos tiene el DRAE en su versión N.° 23.
- 623 son los panameñismos incluidos en el DRAE a lo largo de la historia, muchos con significados similares en países vecinos.
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