Algunas personas en Panamá no conocen sobre este proceso que se realiza en la iglesia católica
Matrimonio por la Iglesia se puede anular en Panamá
En Panamá, el Tribunal Eclesiástico es la entidad que realiza el proceso para decidir si un matrimonio católico es nulo o no ante la Iglesia. Los problemas psicológicos y la inmadurez son las principales causas de estas separaciones.
Carlos Miguel Patterson (carlos.patterson@epasa.com) / -
Documentos
- Exigencias
- Acta de divorcio civil, acta de bautismo, acta de matrimonio, dos fotos tamaño carné.
- Autobiografía
- También se exige una relato autobiográfico de la pareja desde que iniciaron su noviazgo.
- Proceso
- El proceso se puede empezar con una sola persona, para eso se redacta un acta por ausencia de la otra parte.
Lo que Dios une, también lo separa el hombre. Suena paradójico, pero unas 12 parejasque se juraron amor eterno ante el altar lograron invalidar -en lo que va del año- su matrimonio por la Iglesia católica.
Atrás quedó ese juramento de fidelidad en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad... todos los días de la vida; y se emprendió un tortuoso camino que empieza en un Tribunal Eclesiástico en Panamá y que valida o rechaza otro en la arquidiócesis de Cali, Colombia.
Decir “sí acepto” solo les toma segundos, pero retractarse de ser marido y mujer ante los ojos de Dios puede demorar hasta un año y medio, todo dependerá de la evaluación que haga el sacerdote a cargo del proceso y de que se cumpla con la entrega de la documentación requerida.
Pero, ¿cuáles son las causales para que una pareja solicite a la Iglesia que anule el matrimonio? La infidelidad, el crimen, el rapto, en los casos más extremos, pero todo debe ser comprobado mediante una exhaustiva investigación por parte del vicario judicial, en conjunto con un equipo de especialistas en Siquiatría y Sicología.
También están los casos de aquellos que son incapaces de asumir las obligaciones esenciales del matrimonio, por razones de carácter psíquico, tales como fidelidad, indisolubilidad, bien de los cónyuges, íntima comunidad de vida y amor conyugal, entre otras.
Además, está la violencia física o moral y la amenaza a la otra persona, que provoque perturbación grave de ánimo, y por la cual se vea obligada a divorciarse.
Incluso, dependiendo de las causales que se logran comprobar, la autoridad religiosa puede decretar un "veto" para que la persona no se pueda casar nuevamente en la Iglesia católica.
Sin embargo, los resultados de esas investigaciones arrojan que quienes más acuden a solicitar la anulación tienen edades entre los 25 y 35 años, lo que demuestra la falta de madurez en las parejas que deciden dar el paso hacia uno de los sacramentos de la Iglesia.
“Comencemos señalando que en la Iglesia católica no existe el divorcio. Hay procesos (de anulación) que puede culminarse en tres o cuatro meses, como hay casos que pueden durar hasta 13 años. Todo depende del interés de las personas, pues si se entregan todos los documentos a tiempo, el proceso es rápido, pero hay casos en los que la persona viene y después no aparece hasta pasados algunos meses, o sencillamente, no entrega la documentación requerida”, explicó Juan Solís, vicario judicial del Tribunal Eclesiástico de Panamá.
Las personas interesadas deben exponer ante el párroco de su comunidad su interés de iniciar un proceso de nulidad del matrimonio. Se redacta un escrito de demanda, que consiste en la autobiografía de la pareja empezando desde su noviazgo, la cual se entrega junto al acta de bautismo, de matrimonio y la sentencia de divorcio de la esfera ordinaria.
Este proceso se puede llevar con ambas personas o con la ausencia de una de ellas. En el caso de que alguna de las partes falte, se hace un llamado a la persona, y si esta no atiende el llamado, el juez redacta un acta en la que haga constar su ausencia, y el proceso seguirá su curso normal.
Una vez se tenga la documentación, el juez del Tribunal Eclesiástico inicia el proceso. Se pueden tomar los testimonios de cuatro testigos, si las partes así lo desean, dos por cada uno.
Se presentan las pruebas ante el juez del Tribunal y entra en escena el defensor del vínculo. Su función es la de oponerse a la nulidad o disolución del matrimonio. El juez analiza lo expuesto por el defensor del vínculo e incluye también el análisis de un sicólogo o siquiatra, los cuales son parte de la investigación.
Si el juez decide dar pie a la anulación, el proceso pasa a su segunda instancia, para su ratificación. Es decir, el expediente se envía a la arquidiócesis de Cali, en Colombia.
Pero si la primera instancia, Tribunal Eclesiástico de Panamá, no está de acuerdo con la segunda instancia, -Arquidiócesis de Cali, Colombia- el proceso va a Roma, donde de debe tomar finalmente la decisión.
La decisión final que se tome es inapelable.
Los evangélicos
En el caso de la Iglesia evangélica, la situación es similar. La pareja expone las causas de la separación y entrega los documentos legales que certifican que están divorciados en la esfera civil.
En un lapso de tres meses, el proceso está consumado si se demuestran las causales.
Marcos Aurelio Álvares, pastor de la Iglesia evangélica, concuerda con Solís al declarar que la falta de comunicación y madurez sicológica son los factores predominantes para la separación de las parejas.
“La gente joven muchas veces hace las cosas precipitadamente y no es capaz de aceptar una responsabilidad del matrimonio, que ante los ojos de Dios se convierte en una sola carne”, comenta el predicador.
Álvares sostuvo que este es un mal que está afectando a la sociedad mundial y que se debe contrarrestar con el fortalecimiento de los valores y la protección de la familia.
En esa misma línea se manifestó Dayana Carolina Herrera, psicóloga y especialista en el tema, al coincidir en que la falta de comunicación y compromiso son las causas principales de una separación.
“La mayoría de los casos se da en edades jóvenes, en las que la inmadurez y el materialismo están por encima del amor”, resaltó Herrera.
Es importante que se refuercen los valores en la familia; que las personas que van a dar este importante paso lo hagan en plena conciencia y con el conocimiento de la gran responsabilidad que adquieren al contraer matrimonio, expuso la psicóloga.
Todos concuerdan en que, independientemente de la corriente religiosa o social, es fundamental que la pareja se conozca lo suficiente para entonces tomar el camino del matrimonio, pues con esto se inicia una nueva vida, en la que, en muchos casos, por la falta de comprensión se crea un espacio de sufrimiento y tensión en el que todos salen afectados, incluyendo los hijos si los hay.
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