Sociedad
Vacíos en la educación superior se refleja en el mercado laboral
- Miriam Lasso
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Panamá es uno de los países de Latinoamérica que menos datos tiene de forma pública en educación superior para conocer sus resultados.
La escasez de mano de obra calificada y talento que reclama el mercado laboral, es otro tema de debate que involucra al sistema educativo y pone bajo la lupa la formación académica de los profesionales en Panamá.
La última Encuesta de Expectativas de Empleo de ManpowerGroup para el primer trimestre del 2024, arrojó que un 65 % de los empleadores en Panamá presenta dificultades para encontrar el talento con las habilidades necesarias, y más preocupante, es el hecho de que ese porcentaje viene aumentando en los últimos cinco años.
La empresaria y CEO de SénecaLab, Adriana Angarita, reconoce que Iberoamérica como región se ha instalado en la fase de la universalización de la educación superior, con un aumento a 33 millones de estudiantes, con una tasa de matrícula de 52%, sin embargo, se enfrenta a nuevos desafíos como la permanencia, la deserción, así como lograr que los estudiantes completen sus títulos y, más aún, que encuentren una plaza de empleo al culminar.
En Panamá y Latinoamérica continúa la acreditación local, sin embargo, hay mucha queja de la competencia del talento humano, es decir, que los sistemas de calidad no van afinados con el retorno en competitividad que se traduce en empleabilidad, sostiene.
Angarita indica que Panamá es uno de los países de Latinoamérica que menos datos tiene de forma pública para conocer los resultados de la educación superior.
Para la experta hacer los datos públicos garantiza una competencia sana entre las instituciones que permita a la sociedad civil entender cuándo una universidad tiene resultados o no, y entre ellas, trabajar para mejorarlo.
"La casuística no permite hacer cambios", indica. Cuando las instituciones tengan sistemas académicos robustos, cuando pueda entender el perfil y la empleabilidad por carrera y dar seguimiento al graduado, entonces, entenderá la necesidad de una transformación institucional, detalló Angarita.'
33
millones de estudiantes aumentó la matrícula en educación superior en Iberoamérica en los últimos 30 años.
52
por ciento aumentó la tasa de matrícula en la región, según SénecaLab.
La Encuesta de Mercado Laboral del Instituto Nacional de Estadística y Censo, para agosto 2023, destacó que de las 121,658 personas que declararon estar en desempleo abierto, la distribución porcentual demostró que la mayoría pertenece a la población joven (15 a 29 años) con un 54.3%, mientras que un pequeño porcentaje de 0.4% tenían entre 30 y 59 años y los grupos de 60 y más años registraron una representatividad de 2.3%.
Un informe del Observatorio Ocupacional de la Universidad de Panamá que toma como referencia de estudio el año 2022 - cohorte 2020, señaló una tasa de ocupación de los graduados de 80.3 %, de una muestra de 1043 egresados. La tasa de ocupados de los egresados del campus central fue de un 85.3 %, mientras que los centros regionales fue de 65.7 %.
Para Angarita, las universidades tampoco son las únicas responsables del resultado de la educación superior. La experta sostiene que los sistemas regulatorios también cohíben de hacer transformación e innovación, lo que limita a las propias universidades.
"Hay voluntad por todas las partes involucradas, pero hay eslabones de la cadena que no se conectan", indicó .
La experta cuestiona que en Panamá existe la intención de crear carreras tecnológicas, novedosas, quizás en modalidad virtual para mayor cobertura, sin embargo, desde septiembre del 2023, aguardan por la regulación del decreto que establece la educación a distancia.
Otro aspecto importante, es que en algunas instituciones educativas otorgan la idoneidad, y en muchos casos no están alineadas con lo que están buscando en el mundo.
La demanda de talento del sector privado tampoco está medido en Panamá, no hay una planificación del Estado y del sector productivo que dicte la cantidad de mano de obra y en qué profesiones se requieren, agregó.
Para la CEO de SénecaLab, institución de reconocido liderazgo en el ámbito de la educación superior, espacios gremiales y empresariales, la respuesta está en los espacios de discusión entre todos los actores, con datos medibles.
¿Están las universidades abiertas a medir y comparar su calidad de aprendizaje? Para la expresidenta de la Asociación de Universidades Particulares de Panamá es un punto de riesgo que no se puede descartar, pero también una obligación como país.
Angarita sostiene que las universidades han hecho todo lo que las autoridades han solicitado, por lo que no se trata de golpear, sino de una oportunidad para mejorar.
Desde SénecaLab ya se acompaña a las universidades de Panamá y la región en la elaboración de curriculum validados por el sector productivo, con mucha incorporación de tecnología, indicó.
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