El Trino
UP trabaja ‘con las uñas’ ante incremento de matrícula
- Miriam Lasso
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Crisis en la Universidad de Panamá puede repercutir en una explosión, advierte el secretario general de la entidad.
El Trino
Crisis en la Universidad de Panamá puede repercutir en una explosión, advierte el secretario general de la entidad.
La migración de estudiantes del sector privado y el incremento de matrícula mantiene contra las cuerdas a la Universidad de Panamá. El secretario general, Ricardo Parker, puso sobre la mesa la realidad que enfrenta la primera casa de estudio superior.
¿Cuál es el comportamiento de la matrícula de la Universidad de Panamá?
Anualmente, la Universidad de Panamá recibe entre 4 mil y 5 mil estudiantes provenientes de los bachilleratos, que en los últimos años están entre 36 mil a 39 mil estudiantes en la educación media. No obstante, a raíz de la pandemia hubo una gran migración desde el sector particular.
¿Cómo impactó la pandemia?
Tuvimos un impacto de aproximadamente 15 mil estudiantes provenientes del sector privado entre el 2020 a 2021. La matrícula en el 2021 ascendió a 90 mil 500 estudiantes, en el 2022 fue de unos 95 mil, y para este 2023, se proyecta una matrícula muy cerca a los 100 mil estudiantes. Esto trae como consecuencia algunas dificultades para nuestra institución, dado que no estábamos preparados, desde el punto de vista de estructura física, para albergar esa avalancha de estudiantes.
¿Cuál es el promedio de profesionales que gradúa la UP?
En los últimos cinco años, antes del 2019, el promedio ascendía a un aproximado de 8 mil a 9 mil estudiantes. En el 2020, producto de la pandemia, hubo una disminución drástica y se alcanzó solamente la cifra de 2,900 estudiantes. En el 2021 empieza a recuperarse este movimiento de graduación y ascendemos a unos 7 mil 800 estudiantes, aproximadamente. En el 2022 esta cifra alcanzó unos 12,200 y para este año 2023 se esperan una cantidad igual o superior. El año pasado la Universidad de Panamá alcanzó el diploma número 300 mil.
¿Cuál es la realidad en materia de deserción en la educación superior?
La deserción estudiantil de la Universidad de Panamá no sobrepasa el 8 % o el 9 % y la tasa de retención está alrededor del 91 %.
¿A qué atribuye esta tasa de deserción estudiantil?
La respuesta a esa pregunta es bastante amplia. Todos sabemos lo que ocurre desde el punto de vista económico y la preparación de los estudiantes proveniente del nivel medio. Las cifras lo indican, muchos estudiantes no traen una preparación tan fuerte para poder graduarse o transitar por las carreras que escogen. Me imagino que eso los desmoraliza, los decepciona y abandona. No podría decirle con precisión cuál es la razón.
¿Tiene la UP registro de estudiantes que completan la carrera y no reciben sus grados?
Eso es muy poco. La mayoría de los estudiantes que culminan su plan de estudio, incluyendo los requisitos de egresos, no menos del 99 % reciben su diploma. No hay registro considerable de estudiantes que culminen y no reciban su grado. Es una cifra irrelevante.
Expertos opinan que estamos graduando profesionales para ser desempleados, ¿qué opina usted?
No es que las universidades están graduando estudiantes que no sirven al sector laboral, estamos entrando en una relación estrecha con entidades que velan por hacer útil a los estudiantes que salen de las universidades. Estamos en conversaciones con empresas privadas y con entidades del Estado como la Senacyt, el Ifarhu e inclusive con universidades internacionales, a efecto de poder dirigir y precisar la demanda de recurso humano que tiene el sector público y privado.
¿Qué papel juega la UP en la transformación de la educación?
La Universidad de Panamá juega un papel importante en esa transformación del sistema educativo a nivel nacional. La transformación no es solamente de la universidad, es del sistema que lo conforman muchos otros sectores, inclusive el sector privado, y con ellos estamos conversando, a efecto de poder disminuir el déficit de profesionales que requiere el país.
¿Qué pasos ha dado?
La transformación desde la Universidad de Panamá es, en cuanto, a los planes y programas que desarrolla, lo que se hace con prontitud y diligencia. Hay normas implementadas que le dan cinco años a cada plan de estudio con el propósito de ir actualizando. Hace muchos años que no se hacía, usted encontraba carreras con planes de estudios que databan de hasta 30 y 40 años.
La UP ofrece mano de obra calificada, pero ¿cuenta el mercado con empleo y salarios acorde a la demanda?
Usted sabe que el problema de los salarios tiene que ver con la economía. Que la empresa privada responda a las exigencias que se le hace a los profesionales, es otro estadio que se escapa de nuestras manos.
¿Considera que le están dando respuesta al mercado laboral?
Yo sí creo que estamos dando respuesta a los estudiantes y al mercado laboral. Hemos hecho algunas encuestas en el mercado laboral y, en efecto, del 60 % hasta 80 % de los egresados de la Universidad de Panamá están en puestos de trabajo relativos a lo que estudiaron. Quiere decir que sí estamos dando respuestas a la demanda que hace el sector público y privado. Naturalmente, esto nos lleva a tipos de carreras que algunos consideran que no son actualizadas. Lo cierto es que la Universidad Nacional no puede pensar en cerrar carreras.
La UP hace su parte, ¿cuenta con el apoyo necesario?
No hay que ser experto en nada para entender que cuando recibimos, en el 2020, más de 15 mil estudiantes, número inusitado de estudiantes, teniendo las mismas instalaciones, las mismas infraestructuras físicas y los mismos laboratorios, no daríamos abasto. Siempre que me preguntan sobre este tema y le envío mensaje al gobierno y al que venga. Hay que darle un poco de cariño a las universidades y a la Universidad de Panamá en particular.
¿Cómo definen la situación actual de la UP?
Estamos trabajando con las uñas. La Universidad de Panamá no puede decir a los estudiantes que se cerró como si fuera una empresa privada. Tenemos la obligación de atender a esos estudiantes, pero queremos atenderlos con la calidad que corresponde. Necesitamos instalaciones, laboratorios y aumentar el presupuesto, porque realmente la situación es bastante difícil. Inclusive, voy a decir algo que no me da pena, hay profesores que de sus bolsillos sacan para resolver problemas de equipos o elementos de laboratorios. A mí me consta. Debemos ponerle cuidado a esto, porque puede repercutir en una explosión.
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