Rafael Ochomogo: 'Ser cristiano no es solamente andar con la cara seria'
- Miriam Lasso
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La prejornada es lo que realmente marca la vida de los jóvenes por el nexo que crea con las familias y la cultura de un país.
La prejornada es lo que realmente marca la vida de los jóvenes por el nexo que crea con las familias y la cultura de un país.
Padre Rafael Ochomogo, coordinador de los Días en las Diócesis y liturgia en la JMJ Panamá. Miriam Lasso
Su experiencia en seis Jornadas Mundiales de la Juventud ha llevado a entender al padre Rafael Ochomogo el verdadero significado de este encuentro. Ochomogo compartió con El Trino algunos puntos importantes para entender el acontecimiento que viven el país y los jóvenes peregrinos de todo el mundo.
Es mi sexta jornada, y ahora como país sede. Estuve en Toronto en la última jornada de Juan Pablo II, en primera fila como sacerdote, Australia en un viaje de dos días, Río De Janeiro, Madrid, Cracovia y Panamá.
Mi rol era ser coordinador de la delegación de Panamá, de allí la potestad de viajar y vivir toda la experiencia de jornadas.
Realmente, lo que marca es la prejornada, porque es el momento de estar con las familias, incluso tienes un día para compartir con ellas, te crea nexos con ellos, con el país y es lo que te enriquece antes de la Jornada Mundial de la Juventud como tal.
En Sídney, estuve con una familia muy acogedora, pero la experiencia que más marcó mi vida fue la jornada de Río de Janeiro, en Brasil, en la parroquia costera La Praia de Maua. Los residentes decían que era la primera vez que un grupo grande había llegado a su pueblo, y solo éramos cerca de 70 jóvenes entre filipinos, panameños y otros. Era nuevo para ellos recibir tanta gente.
Como sacerdote y peregrino me tocó junto a otro joven panameño y un venezolano alojarnos con una familia evangélica. Al llegar a la casa nos recibió la señora con su hijo, entrada la noche llegó el esposo, chiquito de barba y muy serio, y fue al día siguiente que nos dijeron que su esposo era evangélico. Me quedé sorprendido. Me pregunté, qué hace un sacerdote de la Iglesia católica en una casa de evangélicos.
Fueron cerca de cinco días que convivimos con ellos, y a medida que pasaban los días, el nexo fue creciendo, el señor era muy atento, manejaba taxi, nos
llevaba a los eventos, nos esperaba, nos llevaba a conocer el lugar, y hasta nos
hizo una parrillada, pero nunca mencionó nada sobre su iglesia.
Impactó mucho porque al final una creencia o diversidad de creencia religiosa
no fue impedimento para que esa familia abriera sus puertas a un sacerdote y a
dos peregrinos católicos. Fue una experiencia muy hermosa y enriquecedora
que aún tengo muy grabada, y hay hermanos que han sido acogidos por familias ateas o no creyentes y de otras denominaciones.
La gente abre sus puertas por vivir la experiencia, como la jornada es una actividad que no se puede ocultar cuando llega a un país, que es noticia ya sea en pro o en contra, más con la llegada del papa.
Cuando uno visita un país, uno quiere conocer, hay momento que verán a los
jóvenes bailando, disfrutando, y eso no es malo. Ser cristiano no es solamente
andar con la cara seria, eso son especulaciones y es negativo.
La diócesis que mayor ha generado un encanto como cuna del folclor es la de
Chitré, con más de dos mil peregrinos haciendo experiencia de prejornada, de
allí Coclé y Colón, seguido de David con el encuentro de Mundial Indígena y Jóvenes Agustinianos.
Acá en Panamá, una sinagoga judía abrió sus puertas debido al enlace en el Comité Ecuménico. También, no católicos se acercaron a las iglesia con la intención de alojar a peregrinos, sobre todo en Panamá Oeste.
Hay que decirlo, la apertura de las familias de acogida ha sido impresionante. Si nos hubieran dado la oportunidad, tendríamos los hospedajes para 100 mil peregrinos en Panamá Oeste desde Arraiján hasta San Carlos. Aún hay familias que me reclaman peregrinos.
Una cosa es ser peregrino y llevar peregrinos, como quien dice ver los toros desde la barrera, otra es estar involucrado. Cuando el arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa, anunció su intención de solicitar la JMJ para Panamá, surgió la duda si éramos o no capaces de hacerlo. Fue un cambio radical ahora es organizar, trabajo intenso, reuniones, viajes y la responsabilidad de garantizar de que todo salga bien.
Coordinador de los Días en las Diócesis, recorrido de los símbolos de la
Jornada Mundial de la Juventud, también estoy involucrado en los que es la visita del santo padre, programación de la liturgia, la bienvenida, vigilia, cosas que llevan responsabilidad porque se trabaja en coordinación con Roma. Es una experiencia grande porque ahora somos nosotros los que tenemos que ofrecer.
Además de la homilía del papa y el anuncio de la nueva sede de la JMJ, está la vigilia, en la que lo medular es la hora santa, en la que lo que más impacta es la
salida del Santísimo en medio del silencio de los miles de jóvenes que
muestran su espiritualidad, y para nosotros, la consagración de la catedral basílica. No todo el mundo tiene el privilegio de que nuestra catedral sea consagrada por un papa.
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