Panamá
Estudios y encuestas impulsaron el fomento de políticas de cuidados
- Maybel Mainez Phillips mmainez@epasa.com
Las estadísticas han ayudado a lograr avances en la legislación y fomentar políticas para un Sistema Nacional de Cuidados.

Espacios para proveer un acompañamiento integral, como el modelo de los CAIPI, son una alternativa. Foto: Cortesía
La economía de cuidados, esos cuidados centrados en la mujer por el modelo de crianza, le ha asignado la tarea de atender a la familia. Luego va al mercado laboral, y se duplica el trabajo, eso no se reconoce" indica Gladys Miller, trabajadora social, docente e investigadora, y directora del Centro de Estudios y Capacitación Familiar (CEFA).
"La medición de esas jornadas ha permitido que exista una formulación de políticas en ese sentido. El tema del cuidado es fundamental. Hay mucho por hacer, pero el avance es que se ha identificado el problema, y lo que hay que hacer es mantener el monitoreo, seguimiento y persistencia", enfatiza Miller.
Según el Plan Estratégico de Gobierno 2019-2024, en Panamá, del total de mujeres de 15 y más años, solo un poco más de la mitad se han incorporado al mercado de trabajo. La tasa de participación de las mujeres era del 55% en 2019, en tanto, la tasa de participación de los hombres se ubicó en 78.8% en el mismo año.
Los censos y las encuestas que se hacen en Panamá ayudaron a fomentar políticas y lograr avances en la legislación como la Ley 431 de 25 de abril de 2024 que crea el sistema Nacional de Cuidados. Con esta legislación Panamá se convirtió en el tercer país en la región en contar con una ley que establece el derecho al cuidado de los panameños, y el establecimiento de un sistema integral de cuidados.
De acuerdo con Tania Torres, directora nacional para el desarrollo integral de la mujer del Ministerio de la Mujer, existen las medidas normativas para atender la situación. Y señala entre las acciones para impulsar estas iniciativas, el desarrollo de programas de capacitación dirigidos a la formación de cuidadores para la atención de niños, personas con alguna condición de discapacidad y adultos mayores, que además de obtener conocimientos también puedan generar mayores ingresos.
Se precisa además un incremento de Centros de Atención de la Primera Infancia CAIPI y otros espacios comunitarios, a fin que las mujeres tengan espacios seguros donde dejar los niños mientras trabajan o se capacitan, indica Torres.
Sobrecarga tradicional
En materia de salud psíquico y mental, la sobrecarga de trabajo de cuidado no remunerado que enfrentan las mujeres tienen un impacto significativo en su bienestar. A pesar de los avances logrados, aún se sigue asumiendo socialmente que las mujeres tienen que encargarse de las labores de cuidados, señala Torres.
Esta suma de tareas repetitivas que realizan diariamente las mujeres se convierten en cargas invisibles, afectando su autoestima, al sentirse solas y sin apoyo, por los roles de género culturalmente transmitidos, unido al agotamiento físico, y a las carencias económicas que inciden en la manifestación de estrés crónico, amplió la especialista.
Plantea además que esas manifestaciones, producto de la sobrecarga de trabajo, la viven también aquellas mujeres que realizan trabajos domésticos y de cuidados remunerados, las cuales tienen bajos salarios, jornadas extendidas de trabajo, y cuando retornan a sus casas, realizan nuevamente las tareas domésticas y ayudan a sus hijos con las tareas escolares.
Como consecuencia, la falta de tiempo para el autocuidado, la formación y la recreación reducen sus oportunidades en la incorporación al ámbito laboral bien remunerado, o en el desarrollo de emprendimientos sostenibles, afectando así, su desarrollo personal, concluye.
Modelo CAIPI
En temas de cuidado, los espacios para proveer un acompañamiento integral son una alternativa, modelos como los CAIPI dirigidos a las primera infancia, hasta los cuatro años; o la Casa de Día para los adultos mayores son opciones para las familias e individuos.
En el caso de los CAIPI, son centros de atención integral a la primera infancia, apoyan con la salud, nutrición, pedagogía y el acompañamiento a la familia. Según Rossana Muñiz, directora de servicios de protección social del Ministerio de Desarrollo Social (Mides)"Un CAIPI no es una guardería, acompaña una etapa dentro del desarrollo de vida de un ser humano, que es la etapa más importante. Desde que nace hasta los 8 años aproximadamente, cuando aprenden todos los códigos, toda la información que les va a permitir sobrevivir, en habilidades psicomotoras, forma de pensar y enfrentar el mundo, formas de socializar, solucionar, adaptarse, entender sus emociones".
El MIDES dirige 93 CAIPIS en el país. Esta posibilidad para los padres, "les da la tranquilidad de tener a sus niños en un lugar donde sabes que hay personas idóneas, capaces y que hay un monitoreo constante y capacitación para asegurar que los niños estén bien cuidados, estimulados, guiados y alimentados", indica Muñiz.
Este es un acompañamiento que "impacta a la mujer en su desarrollo para no quedarse en el hogar, al padre que le da espacio de tranquilidad para concentrarse en sus labores y mejorar su economía pero además como familia hacemos un acompañamiento a los padres con información que les aporta aprendizaje sobre cómo guiar al niño en toda su etapa de crecimiento con una mejor metodología".
El costo para que un niño acuda a un CAIPI es de $5 dólares mensuales y $7 por la matrícula. El horario de atención es de 7:00 a.m. a 5:00 p.m. Los niños reciben desayuno, dos meriendas y almuerzo.
Muñiz considera que para niños en edad superior a la que cubren los CAIPI, la jornada extendida escolar que al momento de plantearse fue considerada económicamente no viable, pudiera ser una alternativa al requerimiento de apoyo en la estructuración de una economía de cuidados social sostenible.
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