‘El juicio crítico es más agresivo con la mujer’ que consume alcohol: Enoch Adames
En una sociedad machista como la panameña; se perdona a aquellos que tienen problemas con la bebida, pero se ataca a las féminas con problemas de dependencia
- José María Torrijos Legazpi
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- - Actualizado: 08/11/2019 - 02:02 pm
¿Qué dificulta el combate contra el consumo excesivo de alcohol? ¿Es la idiosincrasia local que considera la bebida como algo elemental de cualquier celebración? ¿Es la publicidad que vende el licor como un elemento que te hace más interesante? Es imposible determinarlo o limitarlo a eso. El sociólogo Enoch Adames comenta que, al hablar de consumo de alcohol, hay que tener una visión amplia: “No puedes simplificar a una causalidad, hay múltiples factores que están incidiendo: Hay elementos sociodemográficos, afectivos, sociológicos, culturales”
Las autoridades del Ministerio de Salud comentan que la idiosincracia del panameño, que utiliza cualquier excusa para beber, pesa mucho. El sociólogo Adames explica que, así como hay aspectos psicológicos muy fuertes, esto también tiene que ver con aspectivos socioafectivos de la sociedad istmeña: “Hay, sin duda, actividades sociales, culturales, patronales, donde el alcohol es un elemento muy importante de interacción y socialización”. Comenta el docente universitario que, si se ve desde el punto de vista cultural antropológico, “el alcohol está naturalizado como un elemento muy importante de identidad. Ya sea el ron, el whisky, o el seco en algunas sociedades. Estos elementos culturales naturalizan la bebida alcohólica como práctica, como elemento de socialización”.
El profesor agrega que el alcoholismo también puede ser una reacción a los problemas de una sociedad que tiene sus propios traumas
Hay que contextualizar el tema del alcoholismo en nuestra realidad y establecer en qué medida el alcoholismo tiene expresiones en una transición de modernidad inacabada como la que tenemos. Esta es una sociedad que ha transitado rápidamente de la aldea a la modernidad, y esa transición conlleva una serie de malestares y expresiones disfuncionales. No se ha expresado todavía una identidad propia urbana. Muchos en ese proceso de transición migratoria corren un pie en la aldea y otro en la ciudad. Eso escinde la estructura psíquica en la personalidad de muchos individuos y el alcoholismo es parte de este fenómeno. Eso se conoce como anomia: la ausencia de marcos normativos o de referentes que no le permite a muchos individuos lograr un sentido de pertenencia o identidad
Al consultarle si consideraba que restringir la emisión de publicidad de bebidas alcohólicas era una solución para disminuir el consumo excesivo, el sociólogo comenta que puede ser una opción; pero que habría que ver si realmente el impacto de la publicidad es determinante en las costumbres de los consumidores: “Habría que pensar si la publicidad es elemento suficiente [para disminuir el consumo excesivo de alcohol] Hay elementos que son necesarios para coadyuvar al consumo de alcohol. Habría que ver si la publicidad es elemento suficiente y tiene una jerarquía como para explicar aumentos en la tasa de consumo de alcohol. Este país, por lo menos a nivel centroamericano, tiene un nivel de consumo bastante alto. Si la publicidad es un elemento de causalidad, yo diría que no”.
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En cuanto a si el consumo de alcohol es menos criticado en los hombres que en las mujeres, Adames considera que sí, que es culpa de la “sociedad patriarcal machista” en la que vivimos.
Se tiende a considerar el consumo de alcohol en el hombre como parte de su perfil masculino, inherente a su condición. El juicio crítico se atenúa, y es mucho más agresivo y condenatorio con la mujer, porque se le considera la ‘virgen María’, es decir, exenta de estas complicaciones, exenta de estas cosas mundanas. Es mucho más condenatorio con la mujer que con el hombre
El sociólogo agrega que esa presión que se ejerce contra la mujer, incluso, perjudica la búsqueda de ayuda: “en el hombre no es tanto problema, porque es parte de una naturalización del comportamiento machista y el alcoholismo se entiende como una disfunción que se puede ‘resolver’ o ‘corregir’ sin trasgredir la imagen de masculinidad que tiene el hombre. En el caso de la mujer, no es así. Hacer visible [el problema] es exponerla, y eso es someterla al escarnio de la comunidad, la sociedad a la cual ella pertenece, y hay juicios muy fuertes, duros, en ese sentido. La descalificación es una losa que le va a caer”.
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