¿Dónde está mi papá?, la desesperante pregunta de un hijo que espera a su padre desaparecido
- Gilberto Soto
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- Especial para Panamá América
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- @panamaamerica
El pasado 13 de mayo, Joel Pérez salió por un medicamento para las pulgas de su perro, pero aún no regresa a su casa.
![Su madre pide información.](https://www.panamaamerica.com.pa/sites/default/files/imagenes/2020/08/30/desaparecido-arraijan_0.jpg)
Su madre pide información.
Era miércoles de cuarentena, solo para mujeres. Ese 13 de mayo, recién salía el sol y, Joel Alexander Pérez, se puso un T-shirt verde claro, pantalón negro y, en chancleta, le dijo a la esposa que iría por un medicamento para las pulgas del perro.
Nadie lo vio salir. Y nadie sabe por cuál de las veredas que rodea la casa emprendió el viaje, que hoy mantiene aturdidos por la angustia a su esposa y a su madre Nilca Tello, de 49 años.
La ingenua y tierna esperanza, de que Joel regrese a casa, la tiene su hijo de tres años. ‘Mi papá me está buscando una tortuguita; no importa que no la traiga, pero que venga’, es la petición más desgarradora que a diario le pide a su madre, que la deja desconsolada.
En la barriada La Luz, en Burunga, Arraiján, los vecinos se preguntan cómo pudo ocurrir. Joel, de 26 años, era el menor de tres hermanos, era de poco hablar, pero tranquilo. En sus ratos libres, jugaba fútbol con los de su edad; trabaja los días que le correspondía en el taxi del suegro para mantener a su familia.
Tal era su apego familiar que ni móvil utilizaba, su prioridad era su hijo y esposa. Utilizaban un solo dispositivo para las comunicaciones familiares y de amistad.
La última actividad como jefe de familia la hizo el día anterior a su desaparición, fue al súper, comieron y descansaron. Era una rutina habitual.
Pero, ha pasado el tiempo y los relatos quedan en pausa porque todavía no hay una explicación clara del motivo de su desaparición. Por lo pronto el caso recién empieza en investigación en la Fiscalía de Homicidios de La Chorrera.
Antes de eso, la búsqueda familiar fue intensa en cada una de las estaciones policiales, con la esperanza de que estuviera retenido por violar la cuarentena en día que solo salen las mujeres.
‘Como madre hay muchas cosas que no sabemos de los hijos, pero como madre confío que esté vivo. Hijo vuelve, aquí estamos esperándote, te extrañamos demasiado’, es lo que implora Nilca.
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Mientras le deslizan lágrimas por la mejilla, relata que el dolor que la acompaña desde que viven con la incertidumbre por la desaparición de Joel es indescriptible: noches enteras sin dormir, que se mantiene de pie por la fortaleza de Dios. Siguen sin una pizca de noticias que al menos los ayude a aliviar la zozobra de que vive o que podrían darle cristiana sepultura.
Mientras pasan los días, el niño de tres años, se entretiene con los juegos y la televisión, pero pregunta, ¿Cuándo viene mi papá? En cambio, Nilca le suplica a quién pudiera dar con el paradero de su hijo se comunique con la familia o autoridades al 6088-7792 o al 6800-6414.
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