Crianza
Cuando la violencia se disfraza de disciplina
- Luis Ávila, Belys Toribio, Karol Lara
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En Panamá, el 45% de los niños y niñas recibe alguna forma de disciplina violenta en su hogar. Tanto el maltrato psicológico como el físico dejan afectaciones.
Los métodos de violencia cruzan constantemente los límites de la disciplina en Panamá, vulnerando los derechos de cientos de niñas, niños y adolescentes bajo el pretexto de lograr una crianza firme y adecuada.
Según un estudio de Unicef, en Panamá el 45 % de los niños y niñas recibe alguna forma de disciplina violenta en su hogar. Un 33% es víctima de maltrato psicológico y 27 % del físico.
En este sentido, aunque un correazo es un método violento, a nivel de la sociedad sigue ostentando una alta popularidad. ¿Por qué se normaliza?
La activista y defensora de los derechos de los niños y niñas, Lucy Córdoba, recalca que los métodos de violencia son las únicas herramientas de disciplina que conocen los padres actuales porque fueron las que recibieron.
"De esa forma fuimos criados, razón por la que hoy vemos a una sociedad violenta. Así como fueron criados los padres están criando a sus niños hoy", dijo Córdoba a Panamá América.
Córdoba precisa que la confusión de cómo formar a los hijos sigue, colocando en un solo paquete disciplina y violencia.
La activista señala que en su día a día sigue viendo casos tan atroces como niños amarrados a árboles, con mordeduras, quemaduras y gritos con palabras soeces. Peor aún, Córdoba recuerda que algunos han sido tratados con tal saña que han muerto.
"No tenemos consciencia de que esa no es una forma de educar. No entienden la diferencia entre disciplina positiva y disciplina impunitiva. Los padres ejercen la impunitiva para demostrar su poder y autoridad con correazos y bofetadas", agregó.
Y la situación se presenta con la misma frecuencia en la ciudad o interior y en todos los estratos.
"A un niño de una comarca lo amarran por el pie para que no se salga, al de un edificio en la ciudad, lo encerramos en un cuarto por portarse mal. Indistintamente dónde esté el niño es violencia física y psicológica", puntualizó.
Situación que alarma
Es tan preocupante el tema de los métodos de violencia en la crianza, que en el país, el maltrato a niños, niñas y adolescentes, representa el segundo delito contra el orden jurídico familiar y el estado civil que más se comete, solo superado por la violencia doméstica.
Estadísticas del Ministerio Público (MP) indican que durante el 2023, en Panamá se presentaron un total de 3,975 denuncias por maltrato a niños, niñas y adolescentes.
Zabdy González, psicóloga del MP, señaló que generalmente las víctimas en este tipo de delitos son niños en edades tempranas.
Explicó que en la mayoría de los casos, el agresor es alguien del propio entorno familiar, es decir, la madre, el padre, padrastro y en algunos casos, en el ámbito escolar, el maestro.
De acuerdo con González, la atención que se les da a estas personas menores de edad que son víctimas de este tipo de delitos, es psicológica, que va desde las medidas de autocuidado que se pueden poner en práctica, las redes de apoyo emocional, esto para conocer quiénes son los que le pueden enviar ese soporte a los niños. Además, se evalúa si los niños deben ser atendidos en un tema de salud mental.
La experta señaló que cuando un caso de maltrato a un niño, niña o adolescente avanza a la siguiente fase judicial y se tiene que ir a una audiencia de juicio oral en la que se requiera la presencia del mismo, para hablar y ser interrogado, siguiendo los parámetros que establecen los convenios internacionales de protección, se recomienda que un especialista en psicología le dé el acompañamiento correspondiente.
Dijo que en la Unidad de Protección a Víctimas del MP cuentan con la cámara Gesell, una herramienta tecnológica donde la entrevista que el psicólogo le hace al niño o adolescente, queda grabada en audio y video, para que la misma pueda usarse en posteriores diligencias y no tengan que ser revictimizados.
Afectaciones
La violencia le quita la posibilidad a los niños, niñas y adolescentes de ser exitosos y los hace personas incapaces, con miedo y que producen o aceptan la violencia, además, siguen adelante con esa forma de vida porque no conocen otra diferente, detalló la psicóloga forense Lesbia González.
La especialista enfatizó que la violencia tiene afectaciones inmensas y profundas, estas dependen de cada niño, niña o adolescente, la historia de cada caso y el tipo de maltrato o abuso que se ejerció.
Según estudios que han analizado los aspectos generales que afectan a quienes han sufrido abusos de diferentes tipos, estas personas tienen baja autoestima, lo cual produce otra serie de problemas como no atreverse a hacer cosas o no logras éxito porque desconfías de ti mismo, ya que no te enseñaron a valorarte.
Prevenir la violencia es muy difícil, ya que el Estado no puede entrar directamente a los hogares, a excepción de aquellos casos en los que se presenta una denuncia, pero en la educación está la solución.
González hizo hincapié en que se ha normalizado la violencia, por lo tanto, hay que desaprender, romper el círculo de violencia para no repetir los mismos patrones, y eso se puede hacer desde las escuelas.
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