Consumo excesivo de alcohol: las complejidades al afrontar un problema multidimensional
Expertos y pacientes coinciden en que el consumo excesivo de alcohol es un problema con gran cantidad de aristas. Para abordarlo, se requiere un enfoque más cercano a la realidad nacional
- José María Torrijos Legazpi
- /
- /
- /
- - Actualizado: 19/6/2019 - 09:23 am
En Panamá, un país de poco más de cuatro millones de personas, en los últimos dos años, la producción de alcohol supera los 300 millones de litros. En 2017, se generaron 308.8 millones; en 2018, el sector registró una caída del 6 % y, “solamente”, se produjeron 301.9 millones de litros. Así como la fabricación, las ganancias son de cientos de millones también. En 2016, últimas cifras completas publicadas por el Instituto de Estadística y Censo, el monto en dinero de la producción fue de $302.9 millones.
Si se produce alcohol, es porque hay consumidores. En ingesta de alcohol, Panamá también tiene cifras inmensas. A pesar de ser el segundo país con menor población de Centroamérica (solo por delante de Belice), según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el istmo canalero registra un consumo per cápita de 16.5 litros (21.4 litros hombres, y 7.7 litros mujeres), superior a la media regional, que es de 15.1 litros.
Durante 2017, el Ministerio de Salud (Minsa) atendió a 404 personas con trastornos mentales y del comportamiento debido al uso del alcohol por síndrome de dependencia; y 327 trastornos mentales y del comportamiento debido al uso del alcohol por intoxicación aguda.
A nivel local, la tasa de desordenes relacionados con el consumo de bebidas es 6.8, y de dependencia del alcohol es de 2.8. En la región es de 8.2 y 4.1, respectivamente. La Organización Mundial de la Salud asegura que el panameño pierde tres años de su vida por consumo de alcohol.
Ya que el país no tiene un sistema único de salud, no hay una estadística oficial única. El Minsa maneja sus propios números; la Caja de Seguro Social, los suyos; los organismos internacionales otros. Además, las entidades privadas de salud, no están obligadas a reportar. El problema se observa de manera parcial y fragmentada.
Salud pública
La toma excesiva de alcohol es un problema de salud pública. Aunque Panamá sigue el Plan de Acción para Reducir el Consumo de Alcohol Excesivo de la OMS que incluye, entre otras cosas, el impuesto a las bebidas alcohólicas, reducción de la publicidad, sanciones a quienes beben y conducen, así como la atención a las personas que tienen problema con el alcohol; es muy difícil lograr cambios significativos. Para Ricardo Gotti, director del programa de Salud Mental del Ministerio de Salud, uno de los grandes problemas radica en que, cuando las autoridades establecen una estrategia para que la población adquiera una actitud más responsable sobre el consumo de alcohol, los sectores interesados en la venta de bebidas alcohólicas contraatacan para que el negocio no decaiga.
La estrategia de publicidad de alcohol en el país es muy importante. Vemos en todos los medios, constantemente, la propuesta de consumo de bebidas alcohólicas con publicidad muy llamativa. Eso impacta muy fuerte en la mente de la población
Ricardo Gotti, director del programa de Salud Mental de Ministerio de Salud
Según el médico, la publicidad se aprovecha de un concepto que está muy arraigado en el inconsciente colectivo del panameño: Todo es una excusa para beber. “En Panamá existe una tendencia a acompañar todas las celebraciones con consumo de alcohol. Aquí se bebe para celebrar la victoria o para quitarse el mal sabor de la derrota. En Panamá existe muchísima gente que no ha aprendido a divertirse sin haber consumido alguna droga, legal o ilegal”.
Miguel Ángel (quien solicitó la reserva de su identidad), miembro del grupo Tercera Tradición de Alcohólicos Anónimos (AA), coincide en que el aspecto cultural, de idiosincrasia, pesa muchísimo. Para él, “la cultura machista” es la que impulsa que una persona empiece a consumir alcohol cada vez más temprano en su vida.
Mi papá me decía: ‘tienes que tomar, eres un macho y aprender a tomar’. Mi papá me enseñó a tomar a los siete u ocho años
Miguel Ángel, participante de Alcohólicos Anónimos
La edad promedio en la que una persona empieza a beber en Panamá es 10 años. Los estudios aseguran que la edad mínima baja cada vez más.
¿Quién tiene problemas de alcohol?
Al preguntarle al psiquiatra del Minsa si se ha observado algún cambio en el perfil demográfico de las personas con problemas de alcohol, él se abstiene de dar una respuesta. Dice que no hay la suficiente investigación de campo como para asegurarlo o negarlo.
Sin embargo, aunque Alcohólicos Anónimos no maneja ningún tipo de registro de información ni datos estadísticos, por su estricta regla de reservar y cuidar las identidades de sus miembros; Miguel Ángel comenta que sí hay detalles que, al asistir con regularidad a las sesiones de estos grupos de apoyo, indican que el perfil de quienes buscan ayuda por problemas de alcohol va cambiando.
Hemos observado que las personas que acuden a las sesiones son cada vez más jóvenes. Ya ese tabú de que a los grupos de autoayuda de Alcohólicos Anónimos acudían puros viejitos, esos que, vulgarmente, llamábamos ‘pacheros’. Ya eso no existe. Hoy en día acuden hombres y mujeres jóvenes, incluso, hemos recibido personas de 19 años que solicitan ayuda
Miguel Ángel, participante de Alcohólicos Anónimos
A las reuniones acuden también muchos extranjeros. La población que participa de las terapias, representa, en gran parte, los movimientos migratorias que ha habido en Panamá durante los últimos años. Tercera Tradición, el grupo en el que participa Miguel Ángel, es el que más jóvenes y foráneos recibe en la ciudad de Panamá. A sus citas acuden venezolanos, colombianos, costarricenses, nicaragüenses, por mencionar algunas nacionalidades.
Una constante que sí se ha mantenido es que a Alcohólicos Anónimos concurren más hombres que mujeres. Las estadísticas de la OMS y las del Minsa confirman que son los hombres quienes tienen mayor incidencia en los problemas de consumo de alcohol. Según Miguel Ángel, basándose en lo que observa en Tercera Tradición, por cada diez hombres que acuden al grupo, hay una mujer. Para él, la sociedad juzga menos a los hombres que a las mujeres en cuanto a beber alcohol y, quizás por eso, para una mujer es mucho más difícil reconocer que tiene un problema de consumo.
VEA TAMBIÉN: ‘El juicio crítico es más agresivo con la mujer’ que consume alcohol: Enoch Adames
Soluciones
Para Ricardo Gotti, un avance sería que la publicidad de bebidas alcohólicas se modere aún más y que se apliquen restricciones similares a las del consumo de tabaco. Panamá tiene una de las leyes antitabaco más rígidas del área. Entre sus elementos más característicos está que se prohíbe toda publicidad de tabaco,patrocinios por parte de marcas o empresas tabacaleras, entre otras medidas; y tiene una de las tasas más bajas de consumo de cigarrillo en la región, 6.1% de la población.
Existen algunas regulaciones sobre publicidad de bebidas alcohólicas. Hay propuestas para que la publicidad sea cero, basándose en la experiencia del tabaco, que ha sido muy buena para el país; sin embargo, no es algo que solo depende del Ministerio Salud, se requiere una visión unificada de la importancia que esto tendría para el país. El negocio de bebidas alcohólicas no va a cambiar de manera importante si se restringe la publicidad
Ricardo Gotti, director del programa de Salud Mental de Ministerio de Salud
No obstante, Gotti acepta que se necesita de una participación global de los distintos sectores de la sociedad para establecer una estrategia efectiva de combate al consumo excesivo de alcohol y sus problemas derivados. El director del Programa de Salud Mental considera que hay que adaptar las medidas propuestas por la OMS a la realidad nacional. “Si tenemos que buscar cómo resolver este problema, necesitamos una mesa de trabajo que involucre a sociólogos, antropólogos, a un grupo grande de profesionales -a parte de los profesionales de la salud- que puedan ayudar a identificar vías más adecuadas para nuestro país de cómo enfrentar el problema. Las estrategias [que se aplican actualmente] son a nivel mundial, propuestas por la OMS y otros organismos internacionales especializados en el tema”, admite el médico.
Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.