María 'Toto': el boxeador panameño pasa páramo
Los boxeadores son los que sufren en el 'ring', no son los apoderados, y no es justo que les roben, dice la entrenadora de boxeo, María 'Toto' Murillo.
- Miriam Lasso
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- - Actualizado: 24/2/2019 - 07:02 am
En sus más de 30 años como entrenadora, María De La Cruz Murillo ha visto crecer a los mejores campeones del boxeo panameño, pero para ella, sus logros no se miden en pergaminos, sino con el cariño y aprecio de sus muchachos y de la gente. María "Toto" contó a El Trino su experiencia como entrenadora de boxeo.
¿Cómo y cuándo comenzó la historia de María "Toto" en el tinglado?
Comencé haciendo sóftbol de mujeres en San Pedro, hasta que conocí a Gaspar Mendizábal, quien me invitó a aprender boxeo. Yo quedé quitándole los boxeadores con los que él mismo me enseñó. De allí me abrí con "Pellín" Ávila que era el entrenador de Hilario Zapata, quien me ofreció administrar un gimnasio. Allí entrenaba y vivía porque no tenía casa.
¿Quiénes fueron sus mentores?
Gaspar Mendizábal, Pedro "Pellín" Ávila, y luego me fui con Rigoberto Garibaldi, uno de los que más aprendí. Me educó, porque yo no me dejaba; de allí trabajé con el nicaragüense Rosendo Álvarez, y los boxeadores de Luis Espada. Mi primer viaje a Colombia fue con mi compadre Hilario Zapata, hasta conocer al señor Rogelio Espiño, que me abrió las puertas de su gimnasio hace 16 años.
¿Cómo resume sus 37 años como entrenadora?
Comencé con Armando Rosero y muchos boxeadores que yo saqué de la drogadicción y de la maleantería. Trabajé y viajé con Celestino "Pelenchín" Caballero, hicimos a Luis "El Nica" Concepción, campeones mundiales; trabajé con "El Loco" Mosquera y hoy tengo 73 años y sigo aquí.
¿Qué es lo que más les exige a los boxeadores?
Que no estén hediondos. No me gustan los boxeadores hediondos, no me gusta la cochinada, y cuando siento a uno, le traigo yodora y yo misma le lavo la ropa. Ellos me quieren, yo soy su madre.
¿Cómo surge esa cercanía entre atleta y entrenador?
Porque no tuve mamá, tampoco papá. Mi papá era pasabarcos y tuvo 15 hijos, y todos son de buena familia. A mí me dicen que yo maté a mi mamá. Yo no la maté, porque yo no la mandé a tener hijos. Yo me crié sola contra el mundo. Esa cercanía con mis muchachos ha hecho que todos me quieran mucho. ¿Qué no he hecho yo en esta vida? Trabajé en el hipódromo, lo único que me faltó fue treparme en un edificio para pegar cemento. Trabajé fuerte para criar a mis hijos "Chivo", "Rafa" y Lenín. Yo sufrí mucho, y por eso yo no puedo ver una persona con hambre, aunque me quede limpia.
¿Qué consejo le da a sus muchachos?
Le dejo claro que si se metieron en este deporte es para ser algo en la vida, no para hacer papeles. Para que puedan llevar una buena vida. Aquí yo les doy hasta el pasaje para que puedan venir a practicar.
¿Ha pensado en el retiro?
No lo voy a dejar todavía, voy a morir en el boxeo. Hasta que Dios diga, hasta aquí María "Toto". Yo pago casi 60 dólares semanales en taxi para poder venir al gimnasio, y en los eventos, ellos me ayudan a subir para poder tomarme las fotos.
Muchos admiran a María "Toto", pero ¿a quién admira usted?
A Roberto Durán. Durán es mi amor, yo trabajé y viajé con él y su esposa. Sus hijos me dicen abuela. En mi vida solo he recibido dos homenajes. Todos ríen cuando digo que yo no como pergaminos.
¿Cómo está la preparación y oportunidades para los púgiles nacionales?
Tienen oportunidades, pero hay boxeadores que no tienen apoderados, que suben al "ring" sin desayunar y sin almorzar. Hay muchos deportistas que están pasando hambre y demasiado páramo, por eso muchos de esos se van a robar, y ante esta situación, los patrocinadores también salen huyendo. Pero también, hay apoderados que abusan de los boxeadores. Los boxeadores son los que sufren en el "ring", no son los apoderados, y no es justo que les roben.
¿Qué está pasando con esos grandes boxeadores que han perdido sus carreras?
El guaro, la locura, van cogiendo mujer y se olvidan que tienen que pararse a correr e ir al gimnasio. Se olvidan de sus prioridades. Un boxeador después de los 30 años lo que va es a recibir golpes de los más jóvenes. Esta carrera no es fácil, el boxeo es duro.
¿Cuál es su sueño en el boxeo?
Que el Gobierno que suba apoye el deporte y no se robe la plata. Estos gobiernos solo piensan en el fútbol, y cuando los pelaítos se coronan campeones, le salen con un pergamino, y un boxeador no come ni vive de pergaminos.
¿Qué opina de los jóvenes que persisten estar en la delincuencia?
No hay trabajo, y los gobiernos se han dedicado a robarse la plata y no apoyan a la juventud. Cuando los jóvenes trabajan y entrenan, no tienen tiempo para pensar en delincuencia. Lo único que me queda es invitarlos a hacer deporte y dejar los vicios. Si son buenos, pueden llegar muy lejos.
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