Estos cuatro días de jolgorio son conocidos como los ‘carnavales de invierno’
Las patronales de Santiago, entre críticas y aplausos
Las fiestas populares de Santiago Apóstol, que se celebran tras la fecha religiosa, atraen a miles de personas cada año a la capital de Veraguas. Mientras muchos se divierten, otros cuestionan el desenfreno evidente y las molestias que este evento causa a los comerciantes y residentes.
Algunas cifras
- 6 cuadras de la Avenida Central han sido cerradas para permitir la instalación de puestos.
- $60 mil recibió este año la Junta Comunal de Santiago por parte de la empresa concesionaria.
- $5 mil debe recibir cada una de las 12 juntas comunales del distrito de Santiago.
Por un pago a la Junta Comunal del distrito, de $50,000 en 2012 y $60,000 este 2013, una empresa privada obtuvo los derechos de organizar las fiestas patronales de Santiago Apóstol, que se iniciaron el pasado jueves en la capital de Veraguas.
La modalidad de vender las festividades populares no es nueva, pues muchos municipios ven en ellas la oportunidad de mejorar sus arcas, a fin de llevar a cabo, en teoría, obras en beneficio de la población.
Sin embargo, la práctica genera opiniones a favor y en contra, por temas como la venta indiscriminada de licor, problemas de seguridad y las incomodidades que producen a los residentes, entre otros aspectos.
Voces en contra
“Durante los días de fiestas de calle, Santiago es secuestrada por el vicio, el libertinaje, la perdición y la desvergüenza, y son quizás los únicos 4 o 5 días del año en los que Santiago no es de los santiagueños”, manifiesta Rigoberto Vega, residente en esta ciudad.
Eldis Adames,fundador del Movimiento Pro-Desarrollo Urbano de Santiago, sostiene que las patronales dejaron de ser la fiesta familiar y amena en la que se podía caminar la central de extremo a extremo y ver espectáculos folclóricos, desfiles de carretas, cabalgatas, juegos mecánicos, presentaciones artísticas, expresiones vernaculares y danzas. “Hoy en día han llegado a tornarse en otra cosa, a tal grado que incluso, desde hace un par de años se les llama el Carnaval de invierno o segundos Carnavales”, expresa.
Comercios afectados
Ana María Flores, propietaria de un local comercial en la Central, manifiesta que los días de patronales son para ella un dolor de cabeza porque el desorden y el ruido no permiten que las ventas se mantengan. Ella señala que aunque hay mucha gente en la calle, no hay negocio y debe cerrar más temprano por seguridad.
Arturo Viejo, subgerente de un banco de la localidad, expresó que aunque el pueblo tiene derecho a participar de su fiesta, las mismas deben ser mejor planificadas para afectar las actividades comerciales y bancarias que a diario se desarrollan en la avenida Central.
Agregó que este año se ha impedido el acceso de muchos clientes al banco al cerrar las calles adyacentes, lo que ha disminuido actividades como pagos, transferencias, depósitos y otras. Viejo mencionó que el alto volumen de las discotecas instaladas en el área hacen vibrar sobremanera las paredes y cristales de los bancos y otros negocios poniendo en peligro a las personas que transiten por allí.
Eric Montenegro, presidente de la Cámara de Comercio capítulo de Veraguas, por su parte, indicó que las autoridades deben planificar mejor las fiestas para los próximos años porque no se puede permitir que durante 5 días se beneficie a un grupo de comerciantes y se perjudique a los negocios establecidos en la avenida Central.
Según Montenegro, las patronales dejaron de ser fiestas de pueblo y lo ideal sería que se empiece a gestionar un espacio donde instalarse y sacarlas de la Central y de la Santa Coloma para no afectar a terceros. Agregó que actualmente se están cerrando dos de las principales arterias vehiculares de la ciudad desde las 2 de la tarde, lo que afecta a cientos de personas para convertir a Santiago en un kilómetro de discotecas.
Informales ganan
Silvestre Patterson, promotor de eventos bailables y dueño de un puesto de venta, manifiesta que las patronales de Santiago son un alivio para muchos vendedores informales porque se registran ganancias superiores al resto del año.
Indica que la manera en que se organizan las fiestas en Santiago es la mejor porque cualquier persona tiene la oportunidad de poner su fonda, su buhonería y cualquier otro negocio para generar ingresos sin importar su afiliación política.
Según el comerciante, cada año son más personas de otras regiones las que participan de las patronales y algo que ha ayudado a que esto se dé es la seguridad y la presencia policial en las áreas de movimiento.
Abraham Ramos, locutor de radio y animador de fiestas, dijo que las patronales son una de las pocas oportunidades que tienen los santiagueños de poder disfrutar al máximo y salir de la rutina. Según Ramos, aunque las patronales son para la diversión, es necesario que los jóvenes lo hagan sanamente y eviten los excesos.
Privatización
En entrevista a Panamá América , el representante de Santiago cabecera, Roberto García, relató que la primera ocasión en que dichas fiestas se entregaron a terceros fue en 2010 y 2011, cuando eran administradas por la Junta Comunal de su corregimiento, a cambio de la construcción de una serie de parques en diferentes comunidades de Santiago.
Relató que el año pasado el Municipio, en ese entonces presidido por el concejal Eric Ramos, por mayoría de votos de los concejales, le quitó la administración de las fiestas a la Junta Comunal de Santiago, que históricamente se había encargado de la festividad, al argumentar que el beneficio de la fiesta debería ser para las doce juntas comunales del distrito y no solo para el corregimiento cabecera.
Luego decidieron que las patronales serían administradas por la Junta Comunal del corregimiento Edwin Fábrega, a cargo del representante Eric Ramos, quien cedió a una empresa privada los derechos de organizar y controlar las actividades relacionadas con las patronales en 2012 y 2013.
La empresa cobraría por cada espacio de ventas de cerveza y comida, discotecas, juegos de azar, juegos mecánicos, veredas cerveceras, puestos de ventas de artesanías, buhonerías, toldos y otros que se instalen en los espacios públicos de la avenida Central, avenida Héctor Alejandro Santacoloma y calles adyacentes.
100,000 dólares recibiría la municipalidad de Santiago por la concesión durante los años 2012 y 2013, a razón de 50,000 dólares cada año. Eric Ramos, concejal encargado de negociar este contrato, debería distribuir entre las doce juntas comunales el dinero recibido para que cada representante realizara obras necesarias en su corregimiento.
Hasta este momento se desconoce en qué se ha invertido el dinero recibido por los concejales en 2012 y si el mismo fue distribuido proporcionalmente.
Este diario intentó en reiteradas ocasiones obtener una explicación del representante Ramos, pero rehusó dar respuesta.
Al cuestionársele al tesorero municipal, Enos Machuca, sobre el beneficio de la venta de la fiesta patronal para el pueblo santiagueño, dijo: “Aunque me paguen 100,000 dólares no te responderé esa pregunta”.
Y es que el propio alcalde de Santiago, Gonzalo “Chalo” Adames, admitió desconocer en qué los santiagueños han visto mejoras producto de este canje. “Desconozco; desde hace mucho dejé de administrar esta fiesta”, dijo el alcalde. Así como él, otros concejales expresaron no saber nada.
Roberto García admitió que la administración que hizo la Junta Comunal del corregimiento Edwin Fábrega en 2012 no llenó las expectativas de los concejales, por lo que decidieron devolverle la administración de la fiesta a la Junta Comunal de Santiago.
Dijo que la concesión cedida había que cumplirla, pero se logró aumentar el ingreso de 50,000 a 60,000 dólares en 2013, además de que la empresa deberá encargarse de la limpieza de la ciudad y de la recolección de la basura.
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