Hay un fuerte deterioro en diferentes áreas del templo
Indiferencia del Inac pone en peligro la iglesia de Natá de Los Caballeros
- Elena Valdez /@ElenaValdez1
A la comunidad, las autoridades locales y la Iglesia católica se les dificulta actuar porque la edificación es parte del patrimonio histórico. El guano de murciélagos, la proliferación de palomas y el deterioro propio de los años actúan contra la antigua basílica.
Para los natariegos, es motivo de orgullo contar con una iglesia que concentra tanta historia y arte religioso, sin embargo, esta histórica basílica poco a poco se ha ido deteriorando.
Jóvenes, adultos, adultos mayores y autoridades locales y de la Iglesia a diario sufren por el deterioro del templo, ya que pueden hacer poco porque se necesita una autorización de Patrimonio Histórico para lograr fumigar o repararlo.
Juan Castillo vive en Natá y asegura que el problema se da desde hace muchos años, pero que recuerda que cuando Reina Torres de Araúz fungía como directora del Inac, se tenía más control y hasta se veía más interés por parte de las autoridades competentes.
Para Castillo, el problema radica en la poca preocupación por mantener en buenas condiciones la basílica, aunada a la burocracia que han creado las autoridades competentes; por ejemplo, si alguien quisiera reparar el bastidor de una ventana, hay que hacer una serie de trámites.
La basílica de Natá se está deteriorando a gran velocidad y en la parte de atrás del altar mayor, el olor es insoportable por el guano de los murciélagos.
El alcalde asegura que como autoridad local quiere apoyar para restaurarla si así lo requiere, pero se hace necesario que Patrimonio Histórico lo permita.
Al igual que el alcalde, el sacerdote de esta iglesia y otros feligreses han resultado afectados por el guano de murciélago, que es bastante dañino, por lo que los natariegos exigen la reparación, pero sobre todo, la limpieza de esta iglesia.'
Uno de los más antiguos tesoros religiosos panameños, de 493 años
La basílica de Santiago Apóstol, en Natá, oficialmente declarada como Iglesia Parroquial de Natá, es un templo católico construido a inicios de 1522. Se necesitaron más de cien años para terminarla, se culminó su construcción en el último tercio de siglo XVII y finales del XVIII, y es considerada la obra arquitectónica cultural-religiosa de mayor significado histórico legada por los españoles.
La basílica tenía cuatro campanas distinguidas con los nombres: Santísimo Sacramento y Purísima Concepción, San Joseph y Santa Roa, y Santiago el Mayor, fundidas en 1690. La cuarta fue un obsequio del obispo panameño, monseñor Manuel Joaquín González, fundida en 1804.
En 1908 y 1994 se promulgan leyes con el fin de destinar dineros para conservar en buen estado la basílica, de manera que no se altere su aspecto ni se modifique de manera alguna su estilo. No es hasta 1941, mediante la Ley 68, cuando la Asamblea Nacional la declara como monumento histórico nacional.
Grupo de jóvenes apoya en la limpieza del templo
Ildaura Carranza, presidenta de la Fundación Natá de los Caballeros y miembro de otros comités en pro de la basílica, dijo que para ellos es importante que la iglesia esté en buen estado, pero los murciélagos y sobre todo las palomas se han encargado de afectar el templo y por el momento, son unos jóvenes natariegos los que se han agrupado para apoyar y poder limpiarla.
La maestra Ildaura señaló que ya se han realizado en los últimos meses dos limpiezas profundas con el grupo y han logrado controlar el problema, sin embargo, este continúa y se hace necesario un proyecto grande que los ayude a todos a limpiar y mantener en buen estado la iglesia.
Dijo que estos jóvenes están realizando actividades para asear la iglesia y mantenerla en buen estado, aunque para hacer alguna reestructuración, Patrimonio Histórico debe dar el visto bueno.
No solo el altar mayor está en mal estado por excremento de murciélagos y palomas, pues según Castillo, el campanario está en una situación deplorable porque con la presencia de los murciélagos han llegado las palomas, las campanas están estropeadas, hace años que no se les da mantenimiento, las escaleras y paredes en total deterioro, lo que exige que haya un pronunciamiento del Inac. El deterioro y la suciedad están por todos lados, pero lo que más daño hace es la indiferencia de quienes deben velar por este tesoro religioso de los panameños.
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