La Anam y grupos ambientalistas promueven el reemplazo de las cocinas tradicionales en la campiña interiorana
Estufas ecológicas, relevos de fogones a base de leña
El proyecto que se aplica en varias comunidades del país, busca eliminar los fogones de tres piedras que todavía son comunes en el interior. El nuevo sistema, hecho a base de ladrillos, permite reducir considerablemente el humo, mejorando la salud y el medioambiente.
Los fogones de leña son una tradición en los pueblos del interior. En muchas casas no existen las estufas a gas. Otras familias poseen ambas, pero siempre se utiliza más el fogón, por el costo de los tanques, y porque en algunos lugares su distribución no es tan frecuente.
Pero muchos no conocen que detrás de esos fogones de piedra hay una latente contaminación ambiental.
La preparación de una comida familiar en los fogones tradicionales de tres piedras es una actividad que genera mucho humo y, además, consume mucha leña, la cual es tomada de los árboles cercanos, lo que redunda en deforestación.
Pero este panorama está cambiando. Por lo menos, 240 familias de los distritos de Las Minas, Los Pozos y Parita, en Herrera, han cambiado sus tradicionales fogones por estufas ecológicas, que permiten usar 70% menos de leña, y cuya emanación de humo es prácticamente nula.
Modelo exitoso
Las estufas ecológicas son construidas con bloques de ladrillo que permiten la conducción de todo el calor hacia los calderos en que se cocina. Las estufas, en su parte interior, tienen un espacio donde se coloca la ceniza que sobra, la cual es utilizada como aislante.
La Autoridad Nacional del Ambiente (Anam), a través de su departamento de Fomento de la Cultura Ambiental, es la ejecutora de este proyecto, en coordinación con voluntarios ambientales, grupos organizados y la empresa privada.
La provincia de Herrera se ha convertido en la pionera en el país en la eliminación de los fogones de tres piedras. El proyecto se ha implementado con éxito en los últimos cinco años, y cada año aumenta el número de estufas construidas, totalizando 87, en 2012.
Rufino Rivera, encargado del proyecto en Herrera, es uno de los expertos con que cuenta el país en la construcción e implementación de la tecnología de estufas ecológicas.
Explica que construir una estufa ecológica cuesta entre 160 y 180 dólares, un precio considerablemente alto para una familia del área rural de la provincia. Algunos pensarán que con esa cantidad de dinero se puede comprar una estufa moderna en cualquier mueblería del país.
La Anam informó que las comunidades reciben capacitación para construir las estufas. Los materiales y enseres necesarios para su construcción, son donados a comunidades rurales, pero que poseen grupos familiares organizados, por empresas del área que forman parte de una red de cooperación para la educación ambiental no formal.
Este grupo de “socios estratégicos”, en el que hay empresas camaroneras, destiladoras de alcohol, cooperativas y colegios del área, ha permitido la construcción de 125 estufas, a un costo aproximado de 16 mil 600 dólares.
Las 115 estufas adicionales entregadas en Herrera, se han construido con el aporte de los voluntarios del Cuerpo de Paz que trabajan en comunidades rurales como Quebrada Ciprián, Los Virotales, El Capurí y La Loma del Montuoso, en el distrito de Las Minas, a un costo de 14 mil 900 dólares.
Beneficios
Elizabeth Moreno, de París de Parita, en Herrera, ha tenido una estufa ecológica durante los últimos dos años. Según dijo, las recomienda porque son muchos los beneficios que ha experimentado, incluyendo mejoras en su calidad de vida, y el cuidado del ambiente.
“La leña que antes usábamos para la comida de un día, ahora nos dura hasta una semana. No tenemos que cargar tanta leña porque la estufa gasta menos”, aseguró.
Otros beneficios directos de las estufas ecológicas están relacionados a la salud. Al haber menos emisiones de humo, disminuyen las enfermedades respiratorias y los malestares relacionados al calor que emiten, sobre todo en las mujeres.
“No nos tenemos que agachar como en el fogón de piedra ni para colocar la leña o para cocinar. Es más cómoda y anteriormente el calor del fogón provocaba que las mujeres siempre estuviéramos enfermas y el humo nos llenaba la casa”, añadió Moreno.
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