El Pausílipo: un monumento de la historia
Publicado 2002/11/11 00:00:00
- Oakland, California
Las edificaciones son utilizadas para celebraciones matrimoniales a estilo antiguo, recordando el señorío y prestigio de la casa. También para diversas actividades masivas, ya que el lugar es espacioso y confortable, rodeado de frondosos árboles.
En la historia patria se encuentran ilustres personajes que legaron a la nación sus esfuerzos por lograr un mejor futuro. Muchos de ellos escogían los momentos de soledad para dar origen a sus ideas, las que poco a poco iban moldeando el destino del pueblo panameño.
Este es el caso de El Pausílipo, la vivienda de verano del doctor Belisario Porras, donde fluyeron como torrentes, grandes ideales nacionalistas.
El Pausílipo consiste en tres casas de quincha localizadas en la parte trasera de la edificación principal y una casa grande de zinc ubicada en la parte alta de la finca. Este conjunto se torna solitario, pero con frondosos árboles a su alrededor que despiden frescura y tranquilidad.
La construcción de la casa de campo en 1889, la cual duró exactamente un año, estuvo a cargo de un cubano radicado en Las Tablas, de nombre Abraham Madariaga y al concluir la obra, Porras le puso el nombre de "Pausílipo", porque en uno de sus viajes a Italia visitó un monte con ese nombre, donde reposa la tumba de un poeta famoso.
En este marco, su biznieto, Mario Espino Porras, nieto de Emilia Porras, hija del ilustre personaje, explicó que su bisabuelo quiso comprar la finca que se encuentra en Tablas Abajo, a unos 10 minutos de la ciudad, porque era el lugar apropiado para pensar y meditar sobre sus planes políticos, ya que allí encontraba momentos de paz y tranquilidad.
Al conversar con uno de los custodios del Pausílipo, el músico don Roberto, "Fito" Espino, nos explicó que la estructura fue hecha de ladrillos de adobe, con techo de madera y tejas. Cuando Porras fue presidente en 1915, la restauró y cambió la teja por zinc, mientras el piso que era de madera lo cambió por concreto.
De acuerdo con Espino, la palabra Pausílipo es de origen griego y significa "Silencio", y a Porras le gustaba retirarse a la tranquilidad y el silencio para meditar. Agregó que cuando Porras compró el lugar, era un área de 200 metros, pero actualmente consta de unas ocho o nueve hectáreas.
Aquel aspecto apacible y tranquilo que encontró el presidente en aquella finca no se ha perdido, sigue siendo un lugar aún muy acogedor. Al fondo se aprecian dos casitas de quincha con techos de tejas antiguas, tal vez desde la misma época en que fueron construidas. En la parte de adelante así como en un alto, la casona grande, con techo de tejas, construidas bajo la administración de de Reina Torres de Araúz en 1981, cuando se interesó en la custodia y creación de los museos panameños, con el fin de que las personas se dedicaran a confeccionar artesanías para exhibir a los visitantes.
Espino dijo que a las estructuras del Pausílipo se le han efectuado ya dos restauraciones, una durante la presidencia de Ernesto Pérez Balladares y la otra por el gobierno de la presidenta Mireya Moscoso, por lo que actualmente se restaura el piso, se ha cambiado el techo y se refuerzan sus cimientos.
Esta vetusta estructura que guarda recuerdos de un mandatario tableño, fue el escenario donde se realizó por primera vez un Consejo de Gabinete fuera de la capital, durante el gobierno del presidente Porras y años después también lo hizo Ernesto Pérez Balladares.
El lugar es utilizado por muchas personas para realizar actos importantes, atraídos por su historia. Las instalaciones han sido escenario de matrimonios al estilo antiguo, como recordando aquella época de señorío que tenía la casa y otras festividades, por la amplitud y el espacio. Cada 8 de noviembre, uno de los actos conmemorativos al Grito de Independencia de Panamá de España, realizado en Las Tablas, se hace en esta casa de campo.
El Pausílipo es también visitado por personas particulares y estudiantes que desean conocerlo y sumergirse en la historia, la cual señala que Belisario Porras, tres veces presidente de la República (1912-1916, 1918 y 1920-1924), pasaba tiempo aquí, forjando sus proyectos y proyecciones.
No obstante, a pesar de la importancia del Pausílipo y de la cantidad de personas que visita este lugar, es poco lo que se hace para hacerlo un punto de atractivo turístico, a pesar de que el camino es un poco accesible, aunque hay tableños que abogan porque se mejore.
Este es el caso de El Pausílipo, la vivienda de verano del doctor Belisario Porras, donde fluyeron como torrentes, grandes ideales nacionalistas.
El Pausílipo consiste en tres casas de quincha localizadas en la parte trasera de la edificación principal y una casa grande de zinc ubicada en la parte alta de la finca. Este conjunto se torna solitario, pero con frondosos árboles a su alrededor que despiden frescura y tranquilidad.
La construcción de la casa de campo en 1889, la cual duró exactamente un año, estuvo a cargo de un cubano radicado en Las Tablas, de nombre Abraham Madariaga y al concluir la obra, Porras le puso el nombre de "Pausílipo", porque en uno de sus viajes a Italia visitó un monte con ese nombre, donde reposa la tumba de un poeta famoso.
En este marco, su biznieto, Mario Espino Porras, nieto de Emilia Porras, hija del ilustre personaje, explicó que su bisabuelo quiso comprar la finca que se encuentra en Tablas Abajo, a unos 10 minutos de la ciudad, porque era el lugar apropiado para pensar y meditar sobre sus planes políticos, ya que allí encontraba momentos de paz y tranquilidad.
Al conversar con uno de los custodios del Pausílipo, el músico don Roberto, "Fito" Espino, nos explicó que la estructura fue hecha de ladrillos de adobe, con techo de madera y tejas. Cuando Porras fue presidente en 1915, la restauró y cambió la teja por zinc, mientras el piso que era de madera lo cambió por concreto.
De acuerdo con Espino, la palabra Pausílipo es de origen griego y significa "Silencio", y a Porras le gustaba retirarse a la tranquilidad y el silencio para meditar. Agregó que cuando Porras compró el lugar, era un área de 200 metros, pero actualmente consta de unas ocho o nueve hectáreas.
Aquel aspecto apacible y tranquilo que encontró el presidente en aquella finca no se ha perdido, sigue siendo un lugar aún muy acogedor. Al fondo se aprecian dos casitas de quincha con techos de tejas antiguas, tal vez desde la misma época en que fueron construidas. En la parte de adelante así como en un alto, la casona grande, con techo de tejas, construidas bajo la administración de de Reina Torres de Araúz en 1981, cuando se interesó en la custodia y creación de los museos panameños, con el fin de que las personas se dedicaran a confeccionar artesanías para exhibir a los visitantes.
Espino dijo que a las estructuras del Pausílipo se le han efectuado ya dos restauraciones, una durante la presidencia de Ernesto Pérez Balladares y la otra por el gobierno de la presidenta Mireya Moscoso, por lo que actualmente se restaura el piso, se ha cambiado el techo y se refuerzan sus cimientos.
Esta vetusta estructura que guarda recuerdos de un mandatario tableño, fue el escenario donde se realizó por primera vez un Consejo de Gabinete fuera de la capital, durante el gobierno del presidente Porras y años después también lo hizo Ernesto Pérez Balladares.
El lugar es utilizado por muchas personas para realizar actos importantes, atraídos por su historia. Las instalaciones han sido escenario de matrimonios al estilo antiguo, como recordando aquella época de señorío que tenía la casa y otras festividades, por la amplitud y el espacio. Cada 8 de noviembre, uno de los actos conmemorativos al Grito de Independencia de Panamá de España, realizado en Las Tablas, se hace en esta casa de campo.
El Pausílipo es también visitado por personas particulares y estudiantes que desean conocerlo y sumergirse en la historia, la cual señala que Belisario Porras, tres veces presidente de la República (1912-1916, 1918 y 1920-1924), pasaba tiempo aquí, forjando sus proyectos y proyecciones.
No obstante, a pesar de la importancia del Pausílipo y de la cantidad de personas que visita este lugar, es poco lo que se hace para hacerlo un punto de atractivo turístico, a pesar de que el camino es un poco accesible, aunque hay tableños que abogan porque se mejore.
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