Descuidan tumba de una prócer colonense
Publicado 2003/10/31 00:00:00
- Barcelona
Colón. A pocos días de celebrar el Centenario se descubrió que la tumba donde reposan los restos de la prócer de la separación, Aminta Meléndez, está abandonada, no hay ni una lápida que identifique el pequeño espacio donde reposa y sólo una piedra con el número 37969 da fe que en el cementerio de Monte Esperanza descansa en paz.
El hallazgo por curiosidad lo hizo el educador William Emanuel Lim, quien hace días fue a visitar la tumba de algunos familiares y solicitó en la administración del camposanto el sitio donde sepultaron a la heroína.
Para su sorpresa, Lim, con la ayuda de un trabajador del cementerio, descubrió que no existe nada que honre la memoria de Meléndez, hija de Porfirio Meléndez, uno de los que consolidó la independencia en Colón el 5 de noviembre de 1903.
Lim explicó que es sorprendente que en el año del Centenario ninguna autoridad se haya interesado en rendirle tributo a una mujer que a su corta edad, fue emisaria de su padre y otros próceres para llevar un mensaje vital para la independencia del Istmo en 1903.
"Algo me dijo que preguntara por su tumba y me encuentro que está abandonada, sin nombre, nada que la identifique", expresó Lim.
Según los registros del Cementerio de Monte Esperanza, la tumba 37969 es la de Aminta Meléndez, quien falleció el 29 de abril de 1979.
Meléndez fue sepultada y otros informes revelan que su cuerpo fue reclamado por su hermana Angela.
Aminta nació el 7 de febrero de 1886 y al momento de su deceso tenía 93 años. Admirable mujer, siendo hija de Porfirio Meléndez, jefe del movimiento separatista en Colón, Aminta a los 17 años, fue enviada por su padre para que viajara a la capital a entregar una carta personal a Manuel Amador Guerrero donde solicitaban urgentemente el envió del general Herbert Jeffries para que se diera la captura del barco Cartagena.
Llegando Aminta en los momentos de confusión a la capital el 3 de noviembre, la misiva fue entregada a José Agustín Arango. En aquel entonces las mujeres eran muy respetadas y existía un trato especial por lo que fue encomendada esta misión a la joven que viajó en el ferrocarril regresando en horas de la tarde a Colón.
El historiador colonense Max Salabarría Patiño, en su obra "La Ciudad de Colón en los predios de la historia", señala que incluso la primera bandera panameña que se izó en Colón fue confeccionada por Inés Andrión de Meléndez en asocio de su hija Aminta. La participación de Aminta fue vital para consolidar la separación del Istmo y sellar el hecho que dio origen al nacimiento de la República de Panamá.
El hallazgo por curiosidad lo hizo el educador William Emanuel Lim, quien hace días fue a visitar la tumba de algunos familiares y solicitó en la administración del camposanto el sitio donde sepultaron a la heroína.
Para su sorpresa, Lim, con la ayuda de un trabajador del cementerio, descubrió que no existe nada que honre la memoria de Meléndez, hija de Porfirio Meléndez, uno de los que consolidó la independencia en Colón el 5 de noviembre de 1903.
Lim explicó que es sorprendente que en el año del Centenario ninguna autoridad se haya interesado en rendirle tributo a una mujer que a su corta edad, fue emisaria de su padre y otros próceres para llevar un mensaje vital para la independencia del Istmo en 1903.
"Algo me dijo que preguntara por su tumba y me encuentro que está abandonada, sin nombre, nada que la identifique", expresó Lim.
Según los registros del Cementerio de Monte Esperanza, la tumba 37969 es la de Aminta Meléndez, quien falleció el 29 de abril de 1979.
Meléndez fue sepultada y otros informes revelan que su cuerpo fue reclamado por su hermana Angela.
Aminta nació el 7 de febrero de 1886 y al momento de su deceso tenía 93 años. Admirable mujer, siendo hija de Porfirio Meléndez, jefe del movimiento separatista en Colón, Aminta a los 17 años, fue enviada por su padre para que viajara a la capital a entregar una carta personal a Manuel Amador Guerrero donde solicitaban urgentemente el envió del general Herbert Jeffries para que se diera la captura del barco Cartagena.
Llegando Aminta en los momentos de confusión a la capital el 3 de noviembre, la misiva fue entregada a José Agustín Arango. En aquel entonces las mujeres eran muy respetadas y existía un trato especial por lo que fue encomendada esta misión a la joven que viajó en el ferrocarril regresando en horas de la tarde a Colón.
El historiador colonense Max Salabarría Patiño, en su obra "La Ciudad de Colón en los predios de la historia", señala que incluso la primera bandera panameña que se izó en Colón fue confeccionada por Inés Andrión de Meléndez en asocio de su hija Aminta. La participación de Aminta fue vital para consolidar la separación del Istmo y sellar el hecho que dio origen al nacimiento de la República de Panamá.
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