ante quejas de los vecinos por el desorden en el mercado de abastos provisional, el municipio implementará medidas
Controlarán la salubridad en mercado de La Chorrera
Un reglamento interno del Consejo Municipal del distrito fija sanciones para los que no cumplan, incluyendo rescindir el contrato de arrendamiento. Según los responsables de la Cadena de Frío y del Municipio de La Chorrera, el mercado de abastos definitivo estará listo el próximo año.
Tras quejas recibidas de desorden, insalubridad e inseguridad, el Consejo Municipal de La Chorrera aprobó el pasado martes, un reglamento interno para los arrendatarios de los locales del mercado de abastos provisional en este distrito.
Así lo confirmó el alcalde Temístocles Herrera, quien atendió el llamado de preocupación de los vecinos de la calle 5.ª Sur donde está ubicada temporalmente la instalación de venta de productos agropecuarios.
Herrera, al igual que el administrador del mercado, Abraham González, señaló que la nueva disposición municipal contempla diversas sanciones.
Aseguraron que con este reglamento desaparecerán los bultos de plátano sobre la acera, los vendedores vestidos de cualquier manera y los abusos de expendedores que se toman espacios que no les pertenecen.
También indicaron que conjuntamente con la Policía Nacional, se tomarán medidas para darle mayor seguridad al lugar.
Las sanciones dependerán de la falta, y serán desde llamados de atención hasta la eliminación del contrato de arrendamiento, advirtieron ambos funcionarios.
El reglamento responde a quejas precisas de anomalías observadas por usuarios y residentes en el área, y la necesidad de hacer correctivos en las actuales instalaciones para que cumpla su cometido, especialmente en materia de salubridad, seguridad y comodidad.
Evelia Castillo, residente en la calle donde opera el mercado, se quejó, ya que desde que se abrió el mercado, no soporta los malos olores ocasionados por los desperdicios tirados en la vía o sobre tinacos.
En tanto, Julia Chávez, quien tiene varios años dedicándose a la venta de legumbres y verduras, consideró que se requiere un servicio de agua potable permanente y accesible a todos, especialmente cuando a ellos les toca madrugar y lavar sus productos y tienen que “corretear” a los funcionarios municipales que tienen las llaves de paso para obtener el servicio.
Por su parte, Angélica Menchaca, también vendedora, considera que en las instalaciones del mercado debe haber más seguridad porque es un sitio muy concurrido y se maneja dinero.
También transitan por el sector personas de malvivir que quieren apoderarse tanto de los productos ajenos como del dinero que poseen los compradores y vendedores.
Hace poco, indicó, la policía hirió de un balazo a un delincuente que trató de robarle a un cliente.
Amado Castroverde, arrendatario de un local donde vende frutas, manifestó estar preocupado, ya que a ellos se les hizo una concesión de tres meses sin pagar alquiler, tiempo en el cual les dirían la tarifa a pagar por arrendamiento.
“Ya casi ha transcurrido el tiempo que nos concedieron, y no sabemos cuánto tendremos que pagar, lo que nos impide presupuestarnos adecuadamente”, dijo. En el mercado de abastos demolido pagaban $48 mensuales.
El alcalde informó que al Municipio no le corresponde fijar la tarifa, ya que eso lo hará la Cadena de Frío que administrará el mercado de abastos, en tanto que al Municipio le tocará un porcentaje como propietario de las tierras donde se erige la estructura.
Por su parte, Ramón Guevara, aunque señaló las dificultades para estacionarse por la estrechez de la calle y la falta de estacionamientos, aplaudió su existencia porque allí compra todos los productos que necesita para abastecer su casa y una fonda que posee en El Coco.
“Yo invierto diariamente entre $70 y $90, y llevo buena cantidad de productos frescos. Pero si por alguna razón no puedo llegar al mercado y tengo que comprar en otro lado con esa plata, no puedo comprar ni la mitad”, indicó.
El mercado de abastos provisional, de acuerdo con informaciones del administrador González, tiene ocupados los 44 puestos que aparecían en su diseño original, más seis establecimientos que están destinados a los mayoristas.
En el caso de estos últimos, ellos aportaron el capital para construirlos, en tanto que el Municipio facilitó la mano de obra.
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