Bri Bri, una nueva comarca que podría morir en su cuna
En la provincia de Bocas del Toro, existe otro grupo de indígenas, los bribris. Ellos habitan en las montañas situadas entre Panamá y Costa Rica y desde hace aproximadamente 30 años luchan para que el área que habitan sea declarada tierra colectiva.
A los bribris se les encuentra en lugares como El Guabo, Daclé, La Golondrina, Soroy, Bris, Nomuwoki, Agua de Salud, Alto Uren y Suko. Estas comunidades comprenden 28 mil 204 hectáreas.
Su aspiración es evitar que otras etnias los desplacen, pues son apenas 300 distribuidos en ocho asentamientos.
Ya hay cuatro asentamientos ocupados parcialmente por miembros de la etnia ngäbe-buglé, que ha sido advertida por las autoridades que están en territorio bribri.
Cada día que pasa, son más.
Donde se radican talan gran cantidad de árboles, construyen ranchos y se reproducen rápidamente.
Joaquín González, rey de la etnia bribri, señaló que, si no se les reconoce por ley las tierras que ocupan, serán desplazados totalmente en cuestión de años.
Agregó que, en su gran mayoría, se dedican a la agricultura y ganadería, sin embargo, se les dificulta comercializar los productos y animales debido a lo difícil que es llevarlos a la comunidad de Las Delicias o Changuinola.
Indica que para llegar a estos lugares, deben recorrer dos horas en bote en el primero de los casos y dos horas más en carro, en el caso de Changuinola.
Educación.
Tienen un grave problema: sus hijos deben vivir en casas de familiares o alquiladas, lejos del seno familiar, debido a que son pocos y no alcanza la matrícula para la asignación de educadores.
Los más pequeños son llevados por sus padres a escuelas de Costa Rica, pues para cruzar de un país a otro solamente tienen que atravesar el río Yorkín.
Los pequeños saben el himno nacional del hermano país, sus costumbres, comidas, otros símbolos patrios y nombre del presidente, pero de Panamá no saben nada.
Salud.
La salud es otra odisea. Reciben atención médica en las clínicas de Costa Rica, por ende se les otorga el certificado de nacimiento como ticos.
Cuando resultan heridos de machete, hacha o mordidas de culebras, entre otros casos, deben arriesgarse en botes por corrientes muy fuertes.
En ocasiones, cuando el río Yorkín está bajo en su nivel, los boteros deben bajarse en media corriente de agua entre rocas y restos de árboles, lo que pone no solamente en riesgo inminente la vida del herido o la embarazada, sino también la de sus rescatistas.
En la comunidad de Guabo de Yorkín, hay evidencias tangibles de los problemas de salud y educación; un pequeño y vetusto local era la escuela. Actualmente está abandonada.
El centro de salud que se encuentra en esa región, aun cuando se observa una buena estructura, está desolado, invadido por la maleza y murciélagos y ni siquiera tiene un asistente de salud.
A los Bri Bri, una de sus mayores preocupaciones es la tala indiscriminada que realizan foráneos, con supuestos permisos y títulos.
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