Rechazo a magistradas de la Corte, una bofetada al presidente Varela
Actualizado 2018/02/03 13:20:15
- ACAN EFE
La política panameña vista desde el ojo de un periodista extranjero: "Un circo de tres pistas".
Menudo cambalache se han montado los políticos panameños en las dos últimas semanas con sus actuaciones en los tres poderes del Estado, mientras la población asiste, gran parte impasible, al "espectáculo" que parece un circo de tres pistas.
"La ensalada solo es buena en la mesa" decía hace no poco tiempo un venerable sacerdote italiano al referirse a cómo se manejan las cosas a veces -muchas quizá- en Panamá en todos los ámbitos, que crean una sensación de caos mediático, social y hasta moral.
Un diputado oficialista que sin desparpajo admite en el pleno de la Asamblea Nacional que "mintió" a conciencia a sus votantes para obtener el escaño fue la "cerecita" del pastel en ese poder del Estado, en donde dos postuladas a magistradas fueron destrozadas en las consultas y debates previos a su aplastante rechazo
Se trató del oficialista Gabriel "Panky" Soto, quien luego de proclamar sus técnicas de captación de votos quiso explicar en la televisión que no dijo lo que dijo, sino todo lo contrario, pero al parecer sin poco efecto por la andanada de "memes" que le ha recetado la sociedad, el armamento que usa para premiar o castigar.
Todo esto antecedió al aplastante rechazo, 52 votos en contra, 18 a favor y un ausente, a las designadas magistradas Ana Lucrecia Tovar de Zarak, conocida militante del gobernante Partido Panameñista, y Zuleyka Moore, la fiscal "de hierro" encargada de desentrañar la trama de corrupción de Odebrecht en Panamá.
Ese resultado fue prácticamente un bofetón al presidente panameño, Juan Carlos Varela, por la humillante derrota política y perdida del control del parlamento que venía ejerciendo, según los analistas locales, quien reaccionó con un mensaje a la Nación en el que su rostro evidenciaba el impacto de su fracaso.
Varela "vendió" como pulcras, honestas y excelentes profesionales a las dos candidatas a magistradas, pero en la Asamblea Nacional lo que se proyectó fue que eran mediocres, parcializadas e influenciables, no solo desde la oposición, sino de grupos de la sociedad civil y ciudadanos que intervinieron en el debate.
Obviamente, el gobernante achacó su traspiés a la politiquería partidista del Partido Revolucionario Democrático y de Cambio Democrático, que en los 3 y medio años de gobierno lucieron divididos para favorecer con sus votos la agenda del Ejecutivo. Eso se acabó.
Pero en un poder del Estado 110 por ciento político, en donde todo se "matraquea", negocia, "se tuercen brazos" o se dan prebendas "bajo la mesa", era casi natural que esto sucediera, porque ya se acerca la campaña electoral para los comicios de mayo de 2019 y "los astros se tienen que alinear", según un veterano político.
Lo más "ofensivo" fue que se insinuara que lo que buscaba Varela con estas dos magistradas es garantizarse la "impunidad" para cuando salga de la Presidencia el 1 de julio de 2019, dado que ha sido el único gobernante democrático que en los últimos 28 años ha emprendido una cruzada contra la corrupción en su país.
Lo acusa de perseguidor su antecesor Ricardo Martinelli (2009-2014), detenido en EE.UU en espera de su extradición, y casi todo el gabinete de ese periodo, del que ahora jefe del Estado formó parte como vicepresidente y canciller, cargo este último del que fue expulsado con un tuit.
Ni que su sobrino, Rómulo Roux, tomara el control total de Cambio Democrático en las recientes elecciones de su junta directiva, salvó a Varela del rechazo de las postuladas.
Y "de taquito" el presidente de la Corte Suprema de Justicia de Panamá, José Ayú Prado, esta semana "renunció irrevocablemente" a ese cargo -no a su magistratura- en momentos en que no se ha escogido a la nueva directiva del tribunal supremo.
La falta de reemplazo de los magistrados Oyden Ortega y Jerónimo Mejía, que debió ocurrir en diciembre, los obliga a mantenerse ocupando su sillón, mas otro magistrado enfermo, Luis Ramón Fábrega, que debe ser cubierto por su suplente, crea un ambiente de incertidumbre en el máximo tribunal.
Las paredes hablan y se afirma que el magistrado Harry Díaz sería el "ungido" por Varela para ese cargo, pero la jugada de Ayu, supuestamente, lo habilita para presentar su candidatura y tendría los cinco votos necesarios, cerrándole el paso cual némesis al primero.
Con 16 diputados y dos aliados, de los 71 del pleno, Varela ve cuesta arriba lo que le queda de mandato y si funciona la presunta estrategia de Ayu, el kit del asunto será quienes serán los dos nuevos candidatos a magistrados que presentará después de carnavales, la fiesta más sagrada de los panameños.
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