Política
Juan Carlos Varela manejó aeropuerto de Tocumen a la medida de los intereses de donantes
El expresidente de la República estaba muy interesado en que el aeropuerto funcionara en forma óptima, pero para complacer a sus donantes.
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- - Publicado: 29/11/2019 - 12:00 am
Las filtraciones de los denominados Varelaleaks han confirmado la injerencia directa del expresidente Juan Carlos Varela en los temas del Aeropuerto Internacional de Tocumen, principal entrada al país, pero buscando salvaguardar los intereses económicos de su principal donante de campaña, Stanley Motta, así como de empresarios allegados.
En las conversaciones de mensajería instantánea se advierte que Varela no lo tenía del todo fácil, pues cuando impulsaba un contrato directo se chocaba con la junta directiva de la empresa Tocumen S.A. (encargada de la administración del aeropuerto), que no favorecía la figura de la contratación excepcional.
Pero para poner la balanza a su favor, Varela se aseguró de colocar como gerentes de Tocumen S.A. a fichas de su confianza, como el panameñista Carlos Duboy, y posteriormente al ingeniero Óscar Ramírez.
De hecho, las filtraciones del sitio web Varelaleaks.com se enfocan en chats entre el entonces presidente Varela con el gerente de Tocumen, Óscar Ramírez, entre el 19 de septiembre de 2018 y el 23 de octubre de ese mismo año.
Espacio de tiempo suficiente para dejar en evidencia que Ramírez era una especie de figura decorativa, que usaba Varela para ejecutar acciones que ya estaban negociadas al más alto nivel, entre el contralor de la República, Federico Humbert (donante y empresario del círculo cero de Varela) y el CEO de la aerolínea Copa, Pedro Heilbron (ver ilustración).
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Llama la atención que en el primer contacto que se registra entre ambos, Ramírez le dice "a su orden" y le ofrece un rápido informe de una gira por Chiriquí.
Pero claramente a Varela ese tema no le interesa, y pasa directo a conversarle sobre el asunto prioritario.
Varela le informa que ya todo está "hablado" con el contralor [Federico Humbert], quien lo va a llamar [a Ramírez] y que lo va a apoyar en un contrato para reactivar escaleras [eléctricas y caminadoras] que estaban dañadas para ese entonces en el aeropuerto.
También le dice que hubiera preferido que todo se hiciera con una "contratación directa", pero sabe que la junta directiva de Tocumen está "cerrada" con ese tipo de contrataciones.
Solo 9 minutos después, Óscar Ramírez le escribe a Varela: "Ya hablé con el contralor [Humbert]".
No es que Varela estaba interesado en este tema por iniciativa propia, sino que había recibido la queja de altos dignatarios de Copa, a quienes no les gustaba la mala impresión que daba para sus pasajeros en tránsito este tipo de escaleras en desuso. Y, supuestamente, se habían quejado directamente con él.
Un Varela frustrado, le copia al gerente de Tocumen un tuit de un reconocido empresario donde se taguea la cuenta de @CopaAirlines y que habría sido la causa de la molestia de los donantes de Varela que controlan Tocumen.
El tuit decía: "Llegar a @tocumenaero y ver que correas caminadoras siguen dañadas pone a pensar si estamos dando a pasajeros en tránsito y los que vienen o residente en PTY un buen servicio por lo que pagan? Acuérdense que competimos con otros de la región".
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Inmediatamente, Varela se pone en acción y le dice a su gerente de Tocumen que llegue a un "acuerdo con Pedro" [Heilbron, CEO de Copa].
Esto evidencia que el exmandatario accionaba, no tanto en beneficio del bien común de un activo nacional tan importante como el aeropuerto de Tocumen, sino para complacer a sus donantes, garantizar sus negocios, y hasta los incluía en las decisiones.
No se dan mayores detalles de otra contratación que Varela empujaba que se diera, ni se especifica si tenía que ver con las escaleras eléctricas o con otro tema.
Pero según los Varelaleaks, el 5 de octubre de 2018, Óscar Ramírez le informa sobre este asunto al entonces presidente de la República: "He hecho todo lo posible. Tengo a Pedro a las 9. Si la Junta Directiva no apoya me dejan sin argumentos. Sigo tratando".
Varela le asegura que la junta sí lo apoyará.
"A las 3:30 p.m. me reúno con Pedro. Como medida de presión notifiqué a ASSA. Espero que podamos transar. Si hay acuerdo lo envío a los miembros de Junta D para aprobación electrónica", sigue informando Ramírez.
Más adelante, ese día agrega: "También me reuní hoy con P. Heilbron y él iba a ayudar también".
"Perfecto", le responde Juan Carlos Varela.
Frente a estas conversaciones filtradas, las preguntas son obvias: ¿Qué hacía el presidente de la República negociando a espaldas de la Junta Directiva de Tocumen con el CEO de Copa y el contralor Humbert?
¿Será coincidencia que los donantes de Varela, Stanley Motta (importante accionista de Copa) y Federico Humbert (contralor de la República) se comunicaran directamente con el presidente para que sus negocios no se vieran afectados?
En el caso de Humbert, a su salida del poder, Varela le dejó renovado un millonario contrato de suministro de combustible con Delta, empresa ligada a la familia Humbert.
Y con Stanley Motta, su principal donante de campaña, Juan Carlos Varela se aseguró de que su empresa (Grupo Motta Internacional) en su gestión se adjudicara diversas licitaciones, proyectos gubernamentales y que el aeropuerto estuviera a su total servicio.
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