Unidad
Yo amo mis letras
- Bernardina Moore
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Mis letras y yo sabemos que, separadas, no es posible serle útil a nadie porque necesitamos darnos a los demás, hacerles sentir que son importantes en nuestras vidas...
Mis letras y yo somos inseparables, con ellas bendecimos a Dios y amamos a nuestros semejantes.
Al despertar doy gracias a Dios con mis letras, endulzo el té con el azúcar de mis letras, unto las tostadas con la dulce mermelada de mis letras, lleno el vaso de jugo con mis letras, me como con gusto la fruta de mis letras.
Que dicha ducharme con la fresca agua de mis letras y arreglarme coqueta con mis letras y vivir la dicha de ser mujer con mis letras.
Mis letras y yo formamos un binomio inseparable, todo lo hacemos juntas, no podría decir a nadie ¡te amo!
Te extraño. Te perdono sin ellas.
Mis letras y yo sabemos que, separadas, no es posible serle útil a nadie porque necesitamos darnos a los demás, hacerles sentir que son importantes en nuestras vidas, que forman parte de ella, porque vivimos en torno a los demás y para los demás.
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Mis letras y yo no hacemos distinción de personas porque al rico le falta lo que al pobre le sobra, amor y humildad, y juntas lograremos esa equidad.
Mis letras y yo jamás reñimos ni nos enfadamos, no conocemos esas palabras, sencillamente porque no edifican, impiden la feliz convivencia y alejan la paz.
Nosotras juntas intentamos que nuestros semejantes sean felices a pesar de sus carencias o falta de amor.
Mis letras y yo sabemos que es difícil lograr nuestro objetivo porque el mundo es un crisol de culturas, pero uniendo cada uno las letras en sus idiomas verán que sí es posible comprendernos y ser felices.
Mis letras y yo hemos desarrollado la capacidad de servir juntas a quienes sin pedirlo necesitan tan solo escuchar un ¡Hola!
Nada más pareciera poca cosa, pero para quien lo recibe será bastante.
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Al terminar el día, mis letras y yo meditamos sí valió la pena lo que hicimos ese día, si logramos unidas hacer que en nuestro entorno las cosas fueran un poquito mejor, si no fue así, entonces hacemos el propósito de ver en qué fallamos para no cometer el mismo error mañana.
Y asì, formando diariamente una simbiosis, descansamos en la paz del Creador para volver a empezar, con su gracia, una nueva jornada de amor y tolerancia hacia nuestro prójimo.
Escritora.
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