Revolucionario
Un liderazgo incomparable
José Antonio Echeverría Bianchi surgió como un revolucionario, incansable para la Revolución, con absoluto desprendimiento, en condiciones naturales de líder insustituible, totalmente alejado del sectarismo inútil y antipatriótico.
- Jorge Puente Blanco
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- - Publicado: 31/3/2019 - 12:00 am
De la Colina universitaria rebelde de Julio Antonio Mella, surgió otro líder de la misma valentía y luces para llevar adelante la Revolución socialista, José Antonio Echeverría Bianchi.
La personalidad de líder fue única, colmada de atributos generosos, en el orden personal, social, político, en todos los aspectos fue incomparable.
El 13 de marzo de 1957, durante cinco meses de temeraria clandestinidad, en la propia capital cubana, amenazado de muerte por el propio dictador, con todos los cuerpos represivos detrás, anunciado el pacto insurreccional, acordado el año anterior, ratificando el combate final para alcanzar la liberación, una vez más, tomó el campo de batalla con su organización, el Directorio Revolucionario, librando su último combate.
La inmolación resultó el mensaje para continuar la lucha patriótica, la lealtad firmada con el líder mayor, al pueblo.
Resultó el cumplimiento a la tradición universitaria, parte de la historia martiana, de un pueblo que daba cumplimiento a los principios de libertad, independencia y justicia social.
El asalto al Palacio Presidencial y el magnicidio eran símbolo para la terminación de una imposición seudo republicana, instalada por obra y gracia del imperialismo.
Resultó la continuidad al asalto del Moncada, en la batalla por la generación del Centenario al Apóstol.
Son innumerables y valiosísimos los revolucionarios que participaron en la gesta insurreccional y revolucionaria, al final en un solo combate de innumerables mártires tales como Frank País, Abel Santamaria, el che Guevara, incluyendo a Camilo Cienfuegos, y tantos otros que harían interminable la relación.
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Entre las mujeres combatientes Haydee Santamaría, Celia Sánchez, y otras quizás anónimas para nosotros en este momento, que realizaron misiones sumamente arriesgadas como mensajeras o correos, también mártires, y miembros de las Columnas Guerrilleras.
Además, los combatientes, hombres y mujeres en todos los frentes y provincias, como en las retaguardias y clandestinajes.
Fue la lucha revolucionaria de todo un pueblo en la Isla que hizo posible la victoria.
La expresión más genuina, pura y desprendida de la nacionalidad cubana en el camino más fiel y recto a la tradición mambisa desde 1868.
Como lo revela la historia, José Antonio surgió como un revolucionario, incansable para la Revolución, con absoluto desprendimiento, en condiciones naturales de líder insustituible, totalmente alejado del sectarismo inútil y antipatriótico.
Las dos visitas a México con el afecto y reconocimiento a los moncadistas fue una muestra más de su relevante personalidad.
Escritor.
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