Un mensaje al corazón
Un joven desilusionado con todos
- Rómulo Emiliani (Monseñor)
Monseñor Emiliani, no creo en nadie. Se lo digo de verdad. Siempre he sido defraudado por personas de confianza. Nadie ha respondido bien a lo que yo esperaba. Le cuento un poco mi vida. Mis padres me engañaron desde que tengo uso de razón. Fui adoptado por ellos y nunca me dijeron la verdad. A los 22 años me enteré porque una persona en “tragos” en el velorio de una tía me lo dijo. Yo creí que estaba bromeando. Luego fui por mi cuenta averiguando con otros familiares hasta que llegué donde mi madre y ella, después de mucha resistencia, me contó la historia. Soy hijo de una prima de ella que murió atropellada por un carro. Le pregunté que por qué habían hecho eso. Que mantenerme engañado tantos años era una burla a mi persona. Fui muy duro con ella y la hice llorar. Mi padre ya falleció, pero he estado enojado con él también. No perdono eso. Soy hijo único de ellos. En general acepto que se portaron bien conmigo. Me dieron lo que ellos pudieron. Pero algunas veces dudé de su amor, ya que eran un poco fríos en la relación con mi persona. Pero creo que eso es cuestión del carácter de ambos.
Estoy casado, pero no me va bien en mi relación con mi esposa. Ella dice estar cansada de mí. Es fría en el comportamiento conmigo. Cuando era joven, acabando el bachillerato ingresé al Seminario porque creía que debía ser sacerdote. Duré año y medio. Primero no querían aceptarme porque era hijo único. Después resultó que el rector empezó a amargarme la vida, porque no cumplía con normas de disciplina que yo realmente considero tontas. Me llamaba mucho la atención. Yo tengo carácter fuerte y varias veces le respondí. Al final, sabiendo que ya estaban para expulsarme, yo mismo me fui. Pero yo creo que ese sacerdote no debe estar allí. Es malcriado y autosuficiente. Hablaban mucho de amor y ¿dónde está el amor? En fin, estoy en un momento difícil. Estoy escuchando sus programas de radio y veo que mi forma de ser me hace reaccionar así. Mi estado de ánimo me hace escribirle y esto es lo que siento y creo: no debo confiar en nadie, porque la gente a la que más he tenido confianza me han fallado.
Respuesta
Estimado hermano. Veo que hay sucesos que te han marcado mucho, como el descubrir que eres adoptado y casi al mismo tiempo el haber sido prácticamente expulsado del Seminario. Tus papás, el rector del Seminario y tu esposa están en primer lugar en cuanto a personas que te han decepcionado. Quiero comenzar con el Seminario. Estoy convencido de que la disciplina es necesaria para formar el carácter. En general, las normas están bien planeadas y tienen su fin pedagógico. Me da la impresión de que has sido rebelde y dices que tienes carácter fuerte. En un Seminario uno tiene que ir adoptando las actitudes necesarias para ser “buen pastor”, entre ellas la humildad, la sencillez y el dominio de sí mismo. No es fácil ejercer la autoridad y generalmente se escogen entre los mejores formadores al que es rector de un Seminario.
En cuanto a tu esposa, te pido que revises tu comportamiento, tus reacciones cuando discutes, tus exigencias y la forma en que la atiendes. Mira cómo estás tú en la relación y pregúntate que tienes que hacer para mejorar y así ayudar a que la relación sea la adecuada. No le eches toda la culpa a ella de lo que está pasando. Busca un consejero matrimonial que te ayude en este momento.
En cuanto a lo de tus padres, por lo que veo cometieron un error en no decirte la verdad a los seis o siete años. Entiendo tu reacción, pero creo que has magnificado el problema convirtiéndolo en un suceso trágico. Es un simple error humano de una pareja que te acogió en tu casa y te trató bien. En parte eres lo que eres gracias a ellos. Has tenido papá y mamá, estimado hermano. Has tenido a dos seres que Dios puso para ayudarte. Sientes que no te amaron como tu querías, pues quién sabe si pudieron hacerlo mejor o no. Algunas veces la gente está traumada por su pasado y no pueden romper sus condicionamientos internos. Pero ellos son tus padres. No importa si no te engendraron físicamente, porque todo lo que hicieron por ti y el amor que te dieron, eso es lo que hace que en verdad sean tus papás. Hay muchos niños adoptados y viven felizmente. Te pido que corras donde tu madre, que le des las gracias por todo, que le manifiestes que la amas porque ella es realmente tu mamá. Vamos, ahora te toca a ti hacer lo que hicieron contigo: “adóptala conscientemente” como tu madre. Es que realmente lo es. Y da gracias a Dios por el papá que tuviste. Mira, veo que eres una persona cristiana. Pues haz más intensa tu oración. Pídele a Dios perdón por tus fallos y que te ayude a cambiar, a salvar tu matrimonio y a reconciliarte con las personas con quien tienes conflictos, incluyendo aquél rector del Seminario. Te pido que dejes de pensar que siempre eres la víctima. Recuerda que con Dios eres invencible.
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