Tropezones y golpes
- Aurelio Martínez
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- Periodista
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Durante los últimos días, el tema deportivo que trascendió las fronteras de este pequeño país llamado Panamá, fue la formulación de cargos a tres jugadores de fútbol por estar involucrados en apuestas ilegales en partidos de la Liga Panameña de Fútbol (LPF).
El tema no es nuevo, porque un par de años se había destapado ese tamal hediondo, pero no pasó a mayores. Ahora que la actuación del Ministerio Público terminó de revelar los supuestos delitos cometidos por los tres futbolistas, le ponen un poco más de sal a la herida.
El amaño de partidos es precisamente la mancha que le faltaba al fútbol panameño, que tiene años de estar nadando contra la corriente, donde hay más fracasos que celebraciones.
Recuerdo cuando el actual presidente de la Federación Panameña de Fútbol, Manuel Arias, al tomar posesión, dijo que su objetivo era convertir la LPF en la mejor liga de Centroamérica. Los que conocemos de este deporte sabíamos que ese es un sueño de opio; algo imposible de lograr.
La realidad es que cada día nos alejamos más de ese gran sueño. Si bien es cierto hay mejores jugadores en Panamá y que hemos crecido en algunos aspectos, falta mucho para estar entre los grandes de nuestra región de Uncaf.
Esto queda plasmado en los torneos de clubes, donde nuestras representaciones han ido perdiendo fuerza, están muy lejos de papeles hechos por el Árabe Unido y el Club Atlético Independiente (CAI) en el pasado. Un escándalo como el de los amaños de partidos, flaco favor le hace, al fútbol panameño y nos pone en boca de todo el mundo y no para bien.
A la LPF le falta más difusión y volver a conquistar a los aficionados. Es triste ver que se da un buen partido, un Clásico del Pueblo y están las graderías vacías. Es imposible creer que cuando era Anaprof los equipos tenían sus mascotas (botanas), se rifaban premios al medio tiempo y los periodistas podían entrevistar y tomar fotos del juego que quisieran y hacer reportajes. Todo eso se ha ido perdiendo.
Las redes sociales no lo son todo, todavía los medios impresos tienen sus fuerzas y siempre sarán un aliado del deporte. Resumiendo, los dirigentes tienen que cambiar la mentalidad y trabajar en armonía si quieren salir del abismo donde están.
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