Análisis
¿Tres años y medio de desgobierno?
- Paulino Romero C.
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Son los mismos dirigentes, ministros y altos funcionarios de "El pueblo primero", quienes han puesto en derrota al gobierno de Varela.
Tres años y medio van a cumplirse, en pocos días, del desgobierno-Varela, y nos preguntamos, ¿qué intentos serios se han hecho durante este lapso para salir al encuentro del deplorable estado social, económico, político y educacional en que nos encontramos? Habrá quién nos responda señalando el actual gobierno, tan brillante y tan raro de forma que parece un aparato ortopédico. Pero esta respuesta solo merece una atención eutrapélica. El gobierno "El pueblo primero", ni siquiera en pretensión, es un ensayo de organizar el futuro nacional. Significa, más bien, un ensayo de liquidar la política inveterada y servir de transición a un porvenir todavía anónimo. De este porvenir ya nos hemos ocupado, y en vista de él, insistimos en nuestra pregunta: ¿Qué intento, o sospecha de intento aparece en el horizonte, hacia el cual podamos orientar las esperanzas?
Transcurren los días, las semanas, los meses, las fechas más interesantes, sin que el gobierno del señor Juan Carlos Varela (supuestamente llegado para salvar a Panamá de los desastres a los que nos conducían los gobiernos anteriores), sacuda siquiera la tradicional modorra de la vida panameña. Pero, a medida que pasa el tiempo, los conflictos se agravan, los ánimos vibran más enconados y las pasiones se enardecen. ¡No se hagan ilusiones los presidenciables! Son los mismos dirigentes, ministros y altos funcionarios de "El pueblo primero", quienes han puesto en derrota al gobierno de Varela. Han resultado ser, en función de gobierno, unos aprendices mediocres, caracterizados por la incapacidad. Y no es que exijamos al cónclave de politiqueros presididos por el señor Varela un milagro diario.
Injusticias, corrupción, nepotismo, delincuencia, criminalidad, favoritismo, desempleo, tráfico de influencia, inseguridad pública, salud, reforma educacional, pobreza, mendacidad infantil, etc., desde hace décadas, y aun después de la invasión del 20 de diciembre de 1989, estas acusaciones llueven como granizo sobre los gobiernos y la sociedad panameña; y se comprende que ciertos altos funcionarios del actual desgobierno se asombren de que se les reproche por su actitud negligente frente a tales reclamaciones, no obstante, los mandatos que han recibido de la sociedad y a la que todos, por diferentes que pudieran ser, estamos de acuerdo en exigir que se cumplan.
Las pasiones pequeñas, y aun los apetitos inextinguibles, han vencido, sin duda alguna, todas las consideraciones de patriotismo sereno que debían ser norma permanente de este régimen. Para que Panamá se sienta consolada hay que declarar que ni uno de los problemas que agitaron el alma panameña, durante los días anteriores al 1 de julio de 2014, ha quedado resuelto, sino que más bien nos encontramos con que las cuestiones han afilado sus aristas, los rencores se han hecho más profundos, el desencanto panameño ha ganado más corazones y el pueblo en masa se siente más desamparado que nunca.
Grave daño van causando a Panamá los señores del desgobierno "El pueblo primero" con su politiquería; mayor cuando fue más importante la confianza que en Varela y sus adláteres había depositado un alto porcentaje de la ciudadanía. Pero, como si viviéramos en otro planeta, siguen siendo norma de nuestra vida política la ignorancia de los grandes problemas humanos y un régimen de incoherencias, de incapaces, de secretos y de sombras inquietantes. ¡Falta la gran política económica, falta la iniciativa, falta el entusiasmo, falta la capacidad y la visión de estadista!
Pedagogo, escritor, diplomático.
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