Análisis
Tren rápido a Chiriquí: progreso o política
- Antonio Mola
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- opinion@epasa.com
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...impactará positivamente los índices de competitividad de Panamá y nos ubicará en la historia al ser nuestro país el primero en tener un tren de alta velocidad.
Poco se ha hablado o informado sobre el llamado “tren bala” o tren de alta velocidad (TAV). Lo que sí se ha indicado es que el proyecto tendrá un estudio de prefactibilidad que tomará un año y que ya se inició, que irá de Panamá a Chiriquí (hasta Paso Canoas en la frontera con Costa Rica), que se proyectan 16 estaciones, que el trayecto se haga en 2.5 horas, que su longitud es de más 450 kilómetros y que su costo estimado es de $5,500 millones, que sería financiado por China con un préstamo a 20 o 30 años.
Tal como ocurrió con la ampliación del Canal de Panamá, ya salieron los detractores del proyecto cuyo estudio de prefactibilidad recién se inicia (el actual presidente fue uno de los detractores de la ampliación del Canal).
Quiero indicar, para empezar, que no soy un admirador del actual gobierno, pero sí tomo en serio proyectos que vengan de cualquier gobierno que impulsen el progreso de los panameños y del país. Desde mi óptica ciudadana, veo muchas más cosas positivas que negativas en este proyecto.
Déjenme primero indicar algunos conceptos generales sobre el tema.
Desde el siglo XVI, cuando los mineros alemanes desarrollaron un transporte subterráneo con vagones que se apoyaban sobre dos series de maderas planas para sacar el mineral de las entrañas de la tierra, se empieza a dar forma al nacimiento del ferrocarril como tal. Hoy en día, existe un pleno convencimiento a nivel mundial de que el desarrollo de infraestructuras ferroviarias es una de las mejores alternativas para la problemática del transporte, en cuanto a movilidad, congestionamientos, contaminación ambiental y eficiencia energética. Prueba de ello es que en Panamá, el metro ha superado las expectativas de movilización proyectadas en la línea 1, y de seguro la línea 2 (a inaugurarse en el 2019) y la línea 3 también superarán los estimados proyectados.
El tren que se indica en el proyecto es considerado un tren de media velocidad (TMV), los cuales alcanzan velocidades máximas de 180km/hora. Se indica que el de Panamá-Chiriquí alcanzaría velocidades de 160km/hora. Los trenes de alta velocidad (TAV) alcanzan una velocidad mínima de 250 km/hora.
La distancia entre Panamá y David es de 447 kilómetros y de David a Paso Canoas es de 52.5 kilómetros, lo que hace una distancia total de 499.5 kilómetros.
El bosquejo conceptual actual indica 16 estaciones y que el tren será mixto (pasajeros y carga). No se considera la de Paso Canoas entre ellas.
Sobre esto, el ministro Roberto Roy, en entrevista a un medio de comunicaciones días atrás, indicó dos cosas conceptuales importantes: el proyecto es para un tren rápido, no bala, y que no se deben tener muchas estaciones.
Las 16 estaciones conceptuadas mostradas en el video publicado en febrero de 2017 son: Panamá, Arraiján, La Chorrera, Chame, San Carlos, Río Hato, Penonomé, Aguadulce, Santa María, Santiago, Soná, Puerto Vidal, Tolé, Cerrillos, La Gloria y David... no se indica la posible extensión a la frontera.
Dado estos conceptos conocidos, procedo a hacer mis consideraciones al respecto. El tren es uno de los medios de transporte más antiguos a los que aún recurrimos debido a que es una máquina muy eficiente. El primer tren en Latinoamérica data de 1837, cuando se inaugura en Cuba la línea entre La Habana y el pueblo de Bejucal. El primer ferrocarril transcontinental se inaugura el 28 de enero de 1855 en Panamá, es decir, Panamá cuenta con una historia y experiencia de uso de trenes de 163 años. En cuanto a trenes de alta velocidad, Latinoamérica no cuenta aún con uno de estos. Panamá tiene un sistema ferroviario metropolitano moderno, con una línea en funcionamiento, una segunda en construcción que entrará en operaciones el próximo año y una tercera en proceso de licitación, y un plan a largo plazo de contar con una red de 8 líneas para 2040. Todos los países de primer mundo y en desarrollo han basado su progreso en sistemas ferroviarios desde que se inventó la locomotora a vapor en 1771. Tomemos los ejemplos de Estados Unidos y Europa, y últimamente el de Asia, de donde proviene el invento de los trenes de alta velocidad en los años sesenta en Japón.
Los trenes han sido comparados con muchos tipos de transporte, desde automóviles hasta aviones “jets”. Los trenes de alta velocidad tienen ventajas y desventajas como todo en la vida. Estimo que los mayores opositores del proyecto serán los transportistas, para lo cual el proyecto y su logística deberán tener en consideración el uso de la capacidad de este medio de transporte terrestre como elemento complementario del ferrocarril.
Coincido con el ministro Roy en que este tren ístmico a Chiriquí no debe tener muchas estaciones. En mi concepción, no hace sentido contar con 16 estaciones, pues no es un tren metropolitano. Hablar de estaciones en Arraiján y La Chorrera estaría bien si no se contara con una línea 3 en proceso de licitación que llegará de Panamá a La Chorrera. Mi sugerencia es que tenga las siguientes estaciones: Panamá, Chame, Penonomé, Santa María, Santiago y David. Lo que aún pongo en reserva es por qué no puede ser un tren de alta velocidad (TAV), cuyos costos de construcción no son tan diferentes de los de un tren de media velocidad (TMV) como el considerado en el proyecto. La experiencia demuestra que los TAV son muy efectivos en distancias de entre 300 y 600 kilómetros, lo que encaja perfectamente con la distancia del proyecto del tren Panamá–Chiriquí. Si el tren, como se indicó, será mixto (pasajeros y carga), sugiero que se tengan vagones con facilidades de refrigeración para el transporte de los productos perecederos y cárnicos.
La integración con los otros puntos del interior de la República, no cubiertos con una estación de la línea, debe hacerse utilizando el redireccionamiento de las actividades del transporte terrestre. Por ejemplo, los productos de la región de Azuero pueden llevarse del productor a la estación de Santa María y de allí a Panamá, desde donde se podrán distribuir adecuadamente a los centros de acopio de Panamá, La Chorrera y Colón. También se puede redireccionar el transporte masivo combinando tren y autobuses desde las estaciones intermedias a los otros puntos aledaños a la estación (por ejemplo de Chame a Coronado, Penonomé a Aguadulce, Santa María a Las Tablas, etc.)
Desde mi óptica, podemos resumir que la construcción de esta línea ferroviaria acercaría al país de frontera a frontera en una forma efectiva. Sus ventajas puedo resumirlas así:
Seguridad: el ferrocarril es el medio más seguro de transporte en todo el mundo. A mayor uso de este medio, el tráfico en las carreteras disminuirá, lo que traerá consigo también una disminución en accidentes de tránsito.
Ecología y economía: los vehículos por carretera hoy en día suponen el 100% de las emisiones de gases de efecto invernadero frente al 1% del ferrocarril. Los aviones tienen un gran consumo energético debido a sus velocidades. A mayor uso ferroviario, mayor disminución de emisiones de estos gases y mayor ahorro energético. El no uso de neumáticos, un derivado del petróleo, y el mantenimiento de la vía es más económico que el de las carreteras. Es muy fácil de electrificarse. Sus requerimientos de infraestructuras de circulación y estacionamiento son menores que las del transporte turístico. Favorece la reducción de los desplazamientos motorizados.
Gran capacidad de transporte: existe una gama de medios terrestres con algunas ventajas de eficiencia energética, seguridad y capacidad de transporte, pero el ferrocarril es el único medio en combinar estas tres características a la vez y, definitivamente, el modo preferente para la protección del medioambiente y desarrollo del transporte. Posee la mejor proporción entre carga transportada y personal necesario para su conducción. En alta velocidad y hasta 600km tiene poca competencia. Por encima de esta distancia, el transporte aéreo es preferente.
Confort y velocidad: el TAV puede ofrecer a los viajeros confort y velocidad, ahorro de tiempo (en el viaje, en la carretera por no haber congestionamiento, estrés por no conducir, etc.), favorece el aprovechamiento del tiempo (leer un libro, conectarse a la red y trabajar en su portátil, escuchar música, ver una película, etc.) y poco tiempo de espera en las estaciones comparado con los aeropuertos o las paradas de autobuses (ejemplo: espera del metro vs. espera de un metrobús).
Favorecimiento de la igualdad social: es un factor de equidad social al ofrecer la autonomía de las personas que no tienen permiso de conducir o no disponen de un vehículo. Inclusive aquellos que poseen un vehículo podrían beneficiarse de este medio, ahorrando en costos de combustible, desgaste del automóvil (frenos, llantas, amortiguadores, cambio de aceite, etc.), búsqueda de estacionamiento al llegar a su destino. Reducción de accidentes en las carreteras. Mejora la calidad de vida de las personas. Acceso a este medio de transporte es más amplio que a un avión al ser más económico. Favorece el desarrollo entre ciudades, unificando más al país, lo cual también se constituye en beneficio para el Estado.
Desarrollo de ciudades y regiones: sin dudas, un tren de alta velocidad (TAV) traería el desarrollo para las ciudades y pueblos aledaños a la ruta del tren, ya que se acortarían las distancias y se relacionarían los centros de producción de la cadena alimentaria con los centros de poder y productivos del país, además el desarrollo acelerado del turismo nacional. Claro que pudiera haber un impacto en la ocupación hotelera al ser más fácil y acortarse las distancias de viaje. Ejemplo: se puede ir y resolver negocios en el mismo día.
Algunos han hablado del costo del proyecto y que por su monto, que es similar al de la ampliación del Canal, debiera hacerse un debate nacional. El Canal de Panamá se inauguró en 1914. El ferrocarril de Panamá se inauguró en 1855, es decir, la experiencia del manejo del ferrocarril en nuestro país sobrepasa a la del Canal en más de medio siglo. Además, la Línea 1 del Metro se inauguró unos meses antes que la inauguración de la ampliación del Canal. Es decir, Panamá tiene una amplia experiencia en la administración y manejo de una vía ferroviaria, sin cuestionar la excelencia con la que se opera y administra este recurso hídrico de beneficio mundial.
Si bien el costo estimado del proyecto es de gran envergadura (M$5,500), no es mayor que la suma del costo de las líneas del metro 1, 2 y 3, cuyo estimado es de M$6,557. El proyecto de red ferroviaria del Metro de Panamá está diseñado para tener ocho líneas y a nadie se le ocurrió o ha ocurrido hablar de un debate nacional para aprobar o continuar con este proyecto de transportación masiva que modernizó el transporte urbano y nos puso a la vanguardia en Centroamérica.
Para terminar con mi evaluación del TAV Panamá–Chiriquí, ofrezco algunas referencias de costos por kilómetro cuadrado en el mundo para este tipo de línea ferroviaria (Fuente: XVI Reunión Nacional de Ingeniería de Vías Terrestre – Julio 2006, México):
Alemania: TAV Stuttgart-ULM: costo estimado es de M$27.7/km
EE.UU.: TAV Los Ángeles-San Francisco: costo estimado es de M$14.2/km
España: Tren AVE (alta velocidad español): costo estimado es de M$16.0/km
Panamá: TMV Panamá-Chiriquí: costo estimado es de M$12.3M/km
Como se puede constatar, los costos son apropiados y cónsonos con las realidades de otras latitudes. La construcción de este tipo de vía ferroviaria es mucho más económica que la de las vías de trenes urbanos (metros), como podemos constatar en los costos por kilómetro de las líneas del Metro de Panamá:
Línea 1: costo fue de M$131.25/km (M$2,100M y 16km)
Línea 2: costo estimado de M$88.4/km (M$1,857 y 21km)
Línea 3: Costo estimado de M$96.3/km (M$2,600 y 27km hasta Arraiján)
Tal como indiqué al principio, no soy un admirador del actual gobierno, pero desde mi óptica ciudadana, veo muchas más cosas positivas que negativas en este proyecto. Creo que este tren ístmico no solo beneficia a los panameños y el desarrollo de la campiña, sino que impactará positivamente los índices de competitividad de Panamá y nos ubicará en la historia al ser nuestro país el primero en tener un tren de alta velocidad.
Este proyecto no lo veo como una imposición política. Es progreso, y en mi humilde opinión, una necesidad.
Ex-Alumno del Instituto Nacional. Generación 64-65.
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