¿Tratados Torrijos Carter a consulta...?
Publicado 2002/09/11 23:00:00
- Marlene González /VIVA
Los tratados de 1977 denominados Torrijos Carter sufrieron enmiendas que establecieron derechos de intervención por parte de los Estados Unidos de América en Panamá por razones, principalmente, de inseguridad o ineficiencia en el manejo de la vía canalera, unilateralmente decidida por el Coloso del Norte. La lesión que se le da a nuestra soberanía en caso de ocurrir las situaciones anotadas fueron aceptadas públicamente por el general Torrijos, negociador de dichos tratados como jefe de gobierno de Panamá y por sus negociadores. Torrijos dijo clara y nítidamente, y sin tapujos, que "El Tratado de Neutralidad nos coloca bajo el paraguas defensivo del Pentágono y de no ser administrado juiciosamente por las futuras generaciones puede convertirse en un instrumento de permanente intervención". El artículo VI numeral 1 del Tratado de 1977 además de darle paso expedito a las naves de guerra y naves auxiliares norteamericanas fue objeto de una Declaración de Entendimiento entre el general Torrijos y el presidente Carter, el 14 de octubre de ese año en donde repite la prerrogativa de los Estados Unidos de ponerse "a la cabeza de la fila de sus naves en su tránsito por el canal. Lo que en el fondo viola el concepto de neutralidad.
Otros de los enredos conceptuales en dicho tratado es el contenido de una carta enviada por el presidente Carter al general Torrijos al expresar que el Senado despeja la duda en lo medular de los tratados al reconocer los Estados Unidos "salvaguardar su interés de un Canal seguro, abierto y accesible..." y al establecerse en el párrafo 2 del artículo 4 de dicho tratado el que los Estados Unidos tengan "La responsabilidad primaria de proteger y defender el canal".
Un debate profundo sobre este tema traería sobre el tapete la autolimitación que Panamá se impuso de permitirle a los Estados Unidos intervenciones en caso de que la vía canalera se tornara insegura o ineficiente. Esto está claro y ningún organismo supra nacional, pese a sus cartas y contenido ha aceptado de que se pueden erradicar de los Tratados Torrijos Carter esta benevolencia grave que los negociadores panameños aceptaron. El mismo Torrijos, artífice de estos tratados lo reconoció. En ningún momento engañó ni a los negociadores ni al pueblo panameño. Ahora no son los que manipularon estos tratados lo que dicen, que no dicen, expresa y tácitamente.
Y es que de otra manera no habría tratado: Los Tratados Torrijos Carter han sido un paso vital para el ejercicio de nuestra soberanía y la jurisdicción sobre nuestro territorio. Es obvio de que si seguimos las advertencias del general Torrijos, si administramos estos tratados con alto sentido de responsabilidad y sensatez no tenemos que temer a las agresiones incluyentes que conllevan. Solamente un loco jefe de Estado de los Estados Unidos podría alegremente vulnerar la sensatez de los panameños.
La etapa de las reinvindicaciones panameñas con respecto a los instrumentos que median entre Panamá y los Estados Unidos, por razones de la existencia del Canal, no han terminado. Falta una etapa más. Nos tenemos que quitar de encima estas cláusulas que nos fueron impuestas a última hora y que hieren nuestro orgullo patrio.
Hablemos con la verdad en la mano a esta generación y las próximas tienen que tener claras evidencias de nuestro patrimonio y sobre todo en derecho internacional. Nada ni nadie nos desviará de decir estas verdades cuantas veces sea necesario hacerlo, a no ser que consideremos oportuno el momento de llevar a consulta, a los más altos organismos de derecho internacional entre ellos las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos, para que nos digan, de una vez por todas, que no estamos obligados a acatar estas cláusulas intervencionistas.
Su novio, quien la noche del allanamiento estaba con ella, se ha mantenido fiel a la causa. La visita constantemente y "si todo sale bien, va la boda, pero no aquí, afuera... cuando yo salga".
Otros de los enredos conceptuales en dicho tratado es el contenido de una carta enviada por el presidente Carter al general Torrijos al expresar que el Senado despeja la duda en lo medular de los tratados al reconocer los Estados Unidos "salvaguardar su interés de un Canal seguro, abierto y accesible..." y al establecerse en el párrafo 2 del artículo 4 de dicho tratado el que los Estados Unidos tengan "La responsabilidad primaria de proteger y defender el canal".
Un debate profundo sobre este tema traería sobre el tapete la autolimitación que Panamá se impuso de permitirle a los Estados Unidos intervenciones en caso de que la vía canalera se tornara insegura o ineficiente. Esto está claro y ningún organismo supra nacional, pese a sus cartas y contenido ha aceptado de que se pueden erradicar de los Tratados Torrijos Carter esta benevolencia grave que los negociadores panameños aceptaron. El mismo Torrijos, artífice de estos tratados lo reconoció. En ningún momento engañó ni a los negociadores ni al pueblo panameño. Ahora no son los que manipularon estos tratados lo que dicen, que no dicen, expresa y tácitamente.
Y es que de otra manera no habría tratado: Los Tratados Torrijos Carter han sido un paso vital para el ejercicio de nuestra soberanía y la jurisdicción sobre nuestro territorio. Es obvio de que si seguimos las advertencias del general Torrijos, si administramos estos tratados con alto sentido de responsabilidad y sensatez no tenemos que temer a las agresiones incluyentes que conllevan. Solamente un loco jefe de Estado de los Estados Unidos podría alegremente vulnerar la sensatez de los panameños.
La etapa de las reinvindicaciones panameñas con respecto a los instrumentos que median entre Panamá y los Estados Unidos, por razones de la existencia del Canal, no han terminado. Falta una etapa más. Nos tenemos que quitar de encima estas cláusulas que nos fueron impuestas a última hora y que hieren nuestro orgullo patrio.
Hablemos con la verdad en la mano a esta generación y las próximas tienen que tener claras evidencias de nuestro patrimonio y sobre todo en derecho internacional. Nada ni nadie nos desviará de decir estas verdades cuantas veces sea necesario hacerlo, a no ser que consideremos oportuno el momento de llevar a consulta, a los más altos organismos de derecho internacional entre ellos las Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos, para que nos digan, de una vez por todas, que no estamos obligados a acatar estas cláusulas intervencionistas.
Su novio, quien la noche del allanamiento estaba con ella, se ha mantenido fiel a la causa. La visita constantemente y "si todo sale bien, va la boda, pero no aquí, afuera... cuando yo salga".
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