Tomasita, la última salinera de Majagual
- Stanley Heckadon-Moreno (opinion@epasa.com)
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Por ser la sal tan vital, ha tendido a ser monopolio del Gobierno central. Así fue en la colonia, el Panamá colombiano y la República. ...
Por ser la sal tan vital, ha tendido a ser monopolio del Gobierno central. Así fue en la colonia, el Panamá colombiano y la República. ...

Por ser la sal tan vital, ha tendido a ser monopolio del Gobierno central. Así fue en la colonia, el Panamá colombiano y la República. A veces, los Gobiernos lo cedían a allegados. En marzo de 1899, plena Guerra de los Mil Días, el ministro de Hacienda en Bogotá otorga a Ricardo Arias el derecho de explotar por 5 años las salinas marítimas del Departamento de Panamá. En enero de 1901, Arias se queja de que las tropas conservadoras, sitiadas por los liberales en Aguadulce, sacaron los sacos de sal de su depósito para usarlos para trincheras.
Por su distancia de la capital, dos salinas escaparon del monopolio. Estero Rico y estero de Majagual, ramales del Chiriquí Viejo. Según el ingeniero Agustín Codazzi, 1854, entre la capital y el Chiriquí Viejo había 116 leguas granadinas que un ejército marchaba en 20 días.
No abundan datos sobre la gente de la sal. Quizá por ser gente humilde. Por 30 años, Tomasita Monroy hizo sal en Majagual. En 2014, entrevisté a su hijo Ladislao "Pancho" Monroy a orillas del Chiriquí Viejo. Vivía solo tras morir su esposa e irse los hijos a buscar trabajo a la capital. La región es un cementerio económico, pues el sindicalismo radical mató las bananeras. Recuerda el verbo intransigente de la dirigencia bananera a los cabecillas liberales y conservadores que a Colombia sumieron en las guerras civiles del siglo XIX.
"Aquí 'onde ando -comenta Pancho-, tengo 73 años. Nací en el distrito de Alanje, en Guarumal, caserío lejos del río, 27 de junio del 38. Allá nacieron mis hermanos Roger y Vida. Mi papá, Manuel Salvador Aguirre; mi mamá, Tomasita Monroy, y su mamá, Tomasita Monroy de Peña, eran de Guarumal".
"Las casas de Guarumal eran ranchos de caña blanca y techos de penca. Las camas de caña blanca con petate encima. Las casas más mejores eran pocas y tenían catres. El mosquitero había, pero poca gente tenía".
"La gente sembraba arroz y maíz a chuzo y en verano tomatales que a David llevaban a vendé en latas de cinco galones, a caballo. Tres horas de ida y otras de venida. Se iba por el Camino Real de Guarumal a David, ahora carreta de Alanje que sale a la Feria de David".
"De a poco nos venimos pa' el Chiriquí Viejo. Erminio y Juan Monroy fueron los primeros en venir buscando tierras. A caballo y carreta a Canta Gallo, a orillas de río Piedra, 'onde los Morales. Hasta ahí llegaba la marea. Ahí se cogía bote pa' subir el Chiriquí Viejo. Aquí llegué a los 3 años. Cuando el tigre se comía los puercos. Vine en el 41, con mi mamá y hermanos. Aquí nos criamos". "Si no hay sal, no hay comida. Desde que recuerdo, hicimos sal en el Salao de los Guabos, Majagual. En el tiempo de la sal, enero a abril, llegaban las cabezas principales de la sal. Tomasita Monroy, Miguel Quintero, de Corotú Civil. Chía Mitre, Ceferina Cubilla y Carmen Arrocha, de Divalá. La gente de Estero Rico era de El Tullido y Canta Gallo. En cada casa había 5 a 10 personas. Unos ayudaban a otros. La gente se reunía pa' arar la tierra, recogela y dejala bajo un rancho por si llovía. La tierra se recogía en mar chica y los terrones se echaban en una canoa y con un pilón se rompían. Se le echaba agua salá del estero a la canoa. Había canoas que cogían 10 latas de tierra. El agua se filtraba a otra tina de madera. A la tierra se volvía a echale agua salá hasta que no servía. Una tina de tierra filtraba en un día".
EN MARZO DE 1899, PLENA GUERRA DE LOS MIL DÍAS, EL MINISTRO DE HACIENDA EN BOGOTÁ OTORGA A RICARDO ARIAS EL DERECHO DE EXPLOTAR POR 5 AÑOS LAS SALINAS MARÍTIMAS DEL DEPARTAMENTO DE PANAMÁ. EN ENERO DE 1901, ARIAS SE QUEJA DE QUE LAS TROPAS CONSERVADORAS, SITIADAS POR LOS LIBERALES EN AGUADULCE, SACARON LOS SACOS DE SAL DE SU DEPÓSITO PARA USARLOS PARA TRINCHERAS.
"El agua colá se hervía con leña de mangle en tanque de metal. Le metíamos candela to' el día hasta que se consumía el agua y quedaba la sal, que se echaba a otra tina a escurrir, un día. Cada tanque daba 50 libras de sal, 2 motetes. Se envolvía en bijaos, motetes de 25 libras, amarra'os con majaguas del palo de chapulín o de manglillo. Los motetes se ponían sobre la barbacoa".
"Una zafra eran 200 motetes. Los domingos se atendía a los clientes. El quintal, 4 arrobas, a seis dola'. Venía mucha gente al Salao. Cogían el Camino Real de Divalá que salía 'onde Salvador Moreno. To'a clase de vaina se cambiaba por sal -arroz, habas, frijol, naranja, mazos de tabaco, queso. Más era la sal a cambio que a la plata. Esa gente venía de Manchuila, Santa Marta, Santo Domingo, a caballo con zurrones de cuero. Al regreso llevaban 10 motetes, un caballo cogía 10 motetes, 5 por zurrón".
"Al final del verano se guardaban las canoas, todo, hasta el otro verano. Mi mamá fue la última salinera del Salao de los Guabos, estero de Majagual".
Antropólogo
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