Tolerancia: Garantía de Democracia
Publicado 1998/02/04 00:00:00
- Yalena OrtÃz
Las profundas transformaciones sociales que globalizan al mundo entero, la necesidad de conciliar (no sólo en teoría sino en la práctica), justicia social, crecimiento y democracia y el afán de disminuir las desigualdades, imponen un nuevo estilo de comunicación que no lacere ni las relaciones personales, ni divida una nación, ni ponga en riesgo la integración entre países? Este, sin duda, es uno de los desafíos de fin de siglo para hombres y mujeres.
La revista "Good Housekeeping" de 5/96 publicó un artículo que se refería al dañino sentimiento que cada 4 años estremece la intimidad de un importante número de hogares estaodunidenses cuando, atrapados por las emociones y distintas preferencias políticas que desata un período electoral, las parejas y sus familiares asumen posiciones distintas desuniendo los vínculos de amor y respeto existentes. En muchos casos, originan destructivos sentimientos que, ocultos en la profundidad del alma, desatan los hermosos lazos de fraternal afecto que existen entre amigos queridos. Hace 77 años, la mujer estadounidense demostró que no era indiferente al acontecer político, ejerció su voto y cambió el esquema donde se le ubicaba como un ser desinformado, apático y alejado de estos tópicos. Lo común en esa sociedad es el "mixed marriage": esposo demócrata y esposa republicana o viceversa. Si algo se enseña en el seno de esos hogares y así lo garantiza el sistema, es el derecho a ejercer y convivir en igualdad y libertad aún cuando los criterios sean distintos; por tanto, defender un punto de vista diferente no es un agravio sino un deber. La escritora chilena Marcela Serrano, casada con el Embajador de Chile en México, Luis Maira, sería un ejemplo latinoamericano de "mixed marriage" pues a pesar de ser militante de Concertación Política, su opinión sobre las decisiones del gobierno de Frei casi siempre difieren de las de su marido y, quien haya tenido el placer de leer a Serrano, bien puede concluir que su formación de escritora le proporciona todo los argumentos para debatir y sustentar sus diferencias políticas sin arriesgar su relación personal. Durante la reciente visita del Papa a Cuba, quién dudaría que el "peregrino del amor" no fue firme y crítico con sus señalamientos sobre la realidad cubana, quién dudaría que no fustigó las decisiones políticas (capitalistas y comunistas) que han ocasionado tanto dolor, división y pobreza al pueblo cubano y, de otro lado, quien dudaría que el "líder de la revolución" no fue tolerante de ese adverso pensamiento? ¿Quién dudaría que, a pesar de las severas y directas denuncias que el Papa hizo en suelo cubano, la actitud que asumió el gobierno de Cuba no fue siempre respetuosa? ¡Gran lección para todos!
La visita del Papa me obligó a pensar en mi Patria querida y sus visibles señales de deterioro social. Pensé en lo positivo que sería si nuestra sociedad civil, sector privado y gobierno, cargados de grandes dosis de tolerancia e independencia de pensamiento partidista, realizaran un diálogo nacional donde con desprendimiento se discutieran las distintas caras que tiene nuestro complejo cuadro social compuesto por la marginación, el desempleo, la inseguridad ciudadana, la corrupción y la exclusión social que, a diario, atenta contra nuestra incipiente democracia. Me pregunto si éstos tres sectores tendría la valentía de discutir con profundidad la agenda social y si se atrevería a diagnosticar por qué los ricos prosperan, por qué la clase media se extingue y por qué los pobres están, cada vez más, excluidos socialmente? Se atreverían a confesarse sobre la discriminación económica que nos desune? Se permitirían unir esfuerzos para frenar la incertidumbre que existe sobre el empleo? Estarían dispuestos los tres sectores a "panameñizar" las recetas neoliberales que asfixian a la mayoría? Tendrían la fortaleza para comprometerse con las necesidades de la gente? ¿Estarían dispuestos a iniciar medidas para contrarrestar el cáncer de la corrupción incrustado en el núcleo de cada uno de esos sectores sociales? ¿Asumirían el desafío de analizar los informes sobre corrupción y manipulación política que manchan nuestra Patria y que fueron denunciados por el Informe Anual de Derechos Humanos presentandos en Estados Unidos? (El Panamá América, 31/1/98, A2) Se comprometerían a gestar con libertad absoluta las iniciativas de transparencia?
En otras palabras, tendrían estos tres sectores el "corazón social y patriótio" para asumir un nuevo estilo de cultura humana en donde la tolerancia, el respeto y la independencia sean los ejes donde se geste un diálogo que permita aceptar las diferencias políticas y que busque diseñar, estructurar y ejecutar un programa que fortalezca nuestro amenazado sistema democrático?
Dos recomendaciones valiosas cerraban al inicio citado: 1. Jamás evadir las diferencias políticas; por el contrario, invitar al diálogo respetuoso, firme, directo y sin personalismos para fomentar la tolerancia que debe imperar en toda relación humana y 2. Aprender a mirar las diferencias políticas como parte del equilibrio que requiere y fortalece la democracia.
La reciente visita del Papa a Cuba es el ejemplo real e ideal para la primera recomendación que debe ser imitada tanto por gobernantes como por gobernados. Para quienes tenemos "mixed marriage", entendemos a profundidad el significado de la segunda recomendación y el ejemplo de Serrano sirve para nutrir sentimientos de solidaridad, pues comprendemos la riqueza y equilibrio que encierra esa diversidad de pensamientos que nacen de la respetuosa convivencia diaria... entendemos, la democracia como nuestro estilo personal de vida que consolida nuestro proyecto de amor y que, gracias a las diferencias no sólo políticas se renueva y fortalece día a día.
La revista "Good Housekeeping" de 5/96 publicó un artículo que se refería al dañino sentimiento que cada 4 años estremece la intimidad de un importante número de hogares estaodunidenses cuando, atrapados por las emociones y distintas preferencias políticas que desata un período electoral, las parejas y sus familiares asumen posiciones distintas desuniendo los vínculos de amor y respeto existentes. En muchos casos, originan destructivos sentimientos que, ocultos en la profundidad del alma, desatan los hermosos lazos de fraternal afecto que existen entre amigos queridos. Hace 77 años, la mujer estadounidense demostró que no era indiferente al acontecer político, ejerció su voto y cambió el esquema donde se le ubicaba como un ser desinformado, apático y alejado de estos tópicos. Lo común en esa sociedad es el "mixed marriage": esposo demócrata y esposa republicana o viceversa. Si algo se enseña en el seno de esos hogares y así lo garantiza el sistema, es el derecho a ejercer y convivir en igualdad y libertad aún cuando los criterios sean distintos; por tanto, defender un punto de vista diferente no es un agravio sino un deber. La escritora chilena Marcela Serrano, casada con el Embajador de Chile en México, Luis Maira, sería un ejemplo latinoamericano de "mixed marriage" pues a pesar de ser militante de Concertación Política, su opinión sobre las decisiones del gobierno de Frei casi siempre difieren de las de su marido y, quien haya tenido el placer de leer a Serrano, bien puede concluir que su formación de escritora le proporciona todo los argumentos para debatir y sustentar sus diferencias políticas sin arriesgar su relación personal. Durante la reciente visita del Papa a Cuba, quién dudaría que el "peregrino del amor" no fue firme y crítico con sus señalamientos sobre la realidad cubana, quién dudaría que no fustigó las decisiones políticas (capitalistas y comunistas) que han ocasionado tanto dolor, división y pobreza al pueblo cubano y, de otro lado, quien dudaría que el "líder de la revolución" no fue tolerante de ese adverso pensamiento? ¿Quién dudaría que, a pesar de las severas y directas denuncias que el Papa hizo en suelo cubano, la actitud que asumió el gobierno de Cuba no fue siempre respetuosa? ¡Gran lección para todos!
La visita del Papa me obligó a pensar en mi Patria querida y sus visibles señales de deterioro social. Pensé en lo positivo que sería si nuestra sociedad civil, sector privado y gobierno, cargados de grandes dosis de tolerancia e independencia de pensamiento partidista, realizaran un diálogo nacional donde con desprendimiento se discutieran las distintas caras que tiene nuestro complejo cuadro social compuesto por la marginación, el desempleo, la inseguridad ciudadana, la corrupción y la exclusión social que, a diario, atenta contra nuestra incipiente democracia. Me pregunto si éstos tres sectores tendría la valentía de discutir con profundidad la agenda social y si se atrevería a diagnosticar por qué los ricos prosperan, por qué la clase media se extingue y por qué los pobres están, cada vez más, excluidos socialmente? Se atreverían a confesarse sobre la discriminación económica que nos desune? Se permitirían unir esfuerzos para frenar la incertidumbre que existe sobre el empleo? Estarían dispuestos los tres sectores a "panameñizar" las recetas neoliberales que asfixian a la mayoría? Tendrían la fortaleza para comprometerse con las necesidades de la gente? ¿Estarían dispuestos a iniciar medidas para contrarrestar el cáncer de la corrupción incrustado en el núcleo de cada uno de esos sectores sociales? ¿Asumirían el desafío de analizar los informes sobre corrupción y manipulación política que manchan nuestra Patria y que fueron denunciados por el Informe Anual de Derechos Humanos presentandos en Estados Unidos? (El Panamá América, 31/1/98, A2) Se comprometerían a gestar con libertad absoluta las iniciativas de transparencia?
En otras palabras, tendrían estos tres sectores el "corazón social y patriótio" para asumir un nuevo estilo de cultura humana en donde la tolerancia, el respeto y la independencia sean los ejes donde se geste un diálogo que permita aceptar las diferencias políticas y que busque diseñar, estructurar y ejecutar un programa que fortalezca nuestro amenazado sistema democrático?
Dos recomendaciones valiosas cerraban al inicio citado: 1. Jamás evadir las diferencias políticas; por el contrario, invitar al diálogo respetuoso, firme, directo y sin personalismos para fomentar la tolerancia que debe imperar en toda relación humana y 2. Aprender a mirar las diferencias políticas como parte del equilibrio que requiere y fortalece la democracia.
La reciente visita del Papa a Cuba es el ejemplo real e ideal para la primera recomendación que debe ser imitada tanto por gobernantes como por gobernados. Para quienes tenemos "mixed marriage", entendemos a profundidad el significado de la segunda recomendación y el ejemplo de Serrano sirve para nutrir sentimientos de solidaridad, pues comprendemos la riqueza y equilibrio que encierra esa diversidad de pensamientos que nacen de la respetuosa convivencia diaria... entendemos, la democracia como nuestro estilo personal de vida que consolida nuestro proyecto de amor y que, gracias a las diferencias no sólo políticas se renueva y fortalece día a día.

Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.