Todos los matrimonios y todas las familias valen
"Matrimonio", es la palabra que para muchos mal llamados "pro" familias es la punta del iceberg. El significado de esta palabra, que ellos buscan pragmatizar, es una de las principales perfectas excusas de este grupo para protestar en contra de los derechos de una parte importante de nuestra sociedad y que por muchos años ha sido invisibilizados y avasallados por la sociedad: la comunidad LGBTQ+.
Los "pro"familias, quiénes protestarán este miércoles 11 de enero, ante la Corte Suprema de Justicia para sabotear la posibilidad de que el máximo Tribunal de Justicia de Panamá, reconozca el derecho de que las parejas homosexuales estén protegidas ante la ley, se argumentan diciendo que están en contra porque la palabra "matrimonio" proviene del latín "matrismunium", que significa cuidado de la madre por parte del marido, que la mujer tiene matriz y que por eso el matrimonio no es un derecho porque 2 personas del mismo sexo no procrean, que con su aprobación se dará lugar a aberraciones y que Jehová hará que llueva fuego sobre Panamá, o peor aún, que con su aprobación se dará lugar a la legalización de la pedofilia, que se destruirá la familia o que es su derecho de manifestarse (este último es completamente cierto).
Al parecer, para estos grupos el primer argumento y las palabras tienen un significado pragmático y fijo. O sea, que para este grupo, ¿las catorces veces que tienen intimidad con su pareja las 14 veces se deben engendrar? ¿En su trabajo ellos se dedican a torturar a punta de palazos a sus inferiores o compañeros de trabajo si tomamos en cuenta que la palabra "trabajo" en castellano viene del latín trepaliare? Una expresión popular que hace referencia a la acción de torturar con un tripalium. Y ojo, que el tripalium no era cualquier cosa: tres palos cruzados a los que se ataba al reo para, por ejemplo, asarlo a fuego lento, o cualquier otra sevicia que se le ocurriera al torturador. ¿Que por su trabajo o labor en vez de recibir dinero de salario prefieren recibir granos de sal? Sin olvidar lo incoherente del primer argumento.
-"Estoy en contra porque Dios dejó hombre y mujer. Eso es inmoral. Dios se va a enojar". Estimados señores seguidores del cristianismo, si ustedes quieren creer que un ser supremo nos hizo del polvo y de su soplo y que quieren creer que está bien vender a sus hijas a otro hombre a cambio de 200 pieles de pene, cosa que es aberrante, eso es decisión de ustedes. Pero no hablen de imposiciones, ni de moralidades cuando ustedes quieren imponer su religiosidad en un país donde la diversidad cultural y religiosa es indiscutible y los creyentes en Jehová tienen los pies igual de sucios que los demás.
-"Es que la cultura panameña es cristiana" ¿Fuentes? ¿De los deseos? Si bien nuestra Constitución reconoce que la rama Católica es de la mayoría de los panameños y no dice que sea un Estado Laico, no significa que la República de Panamá, sea un estado confesional. Prueba de ellos es que en el artículo 35 de la Constitución, establece uno de los límites primordiales para la paz social: la no alteración del orden público. Otra prueba, es que si nuestra cultura fuera cristiana, el panameño aborrecería los carnavales, no existiría el derecho del divorcio, el panameño dejaría de beber y la lista sigue.
"Es que se va a legalizar la pedofilia. Dejen a los niños en paz". Me pregunto, -¿Por qué nombran a los niños para atacar a las personas homosexuales y sus derechos, que para mí como hombre casado y con 2 nenas, son privilegios que solo las parejas heterosexuales tienen? ¿En qué cabeza cabe que 2 hombres o 2 mujeres se casen, ya con esto se va a legalizar la pedofilia cuando las parejas homosexuales solo quieren tener los mismos derechos que una pareja heterosexual? Países como Ecuador, Colombia, México, Suecia, entre otros, tienen el matrimonio igualitario y no han legalizado algo tan aberrante como la pedofilia.
Al parecer los mismos que dicen "protejamos a los niños" son los que en realidad promueven la pedofilia. Pero de manera inconsciente. Prueba de ello fue que en el 2018, salió la noticia de que el Tribunal Supremo de Finlandia legalizó la pedofilia. Esta noticia, publicada por el grupo conservador Hazte Sentir, fue desmentida poco después y que la noticia de la supuesta legalización fue en realidad una mala interpretación de una condena que dicho tribunal le puso a un hombre por violar a una niña de 10 años, cuya condena fue de 5 años. En el 2019, Finlandia aprobó una enmienda para castigar hasta con 12 años a los pedófilos y a los pederastas.
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