Opinión
Tendencias del Turismo Global
- Jaime Figueroa Navarro
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¿Hacia dónde se dirigen los turistas este año? Ante todo habría que subrayar el recobro de la industria pospandemia, tema superado ya en 2024. Contando con un robusto renacer, los sitios de mayor preferencia de los visitantes internacionales se han galvanizado alrededor de los países más desarrollados, con Europa a la cabeza, incluyendo adicionalmente a Estados Unidos, Japón, China y Australia.
La selección de Europa es irrefutable por su claramente establecido ambiente conducente al turismo incluyendo los más elevados niveles de seguridad, higiene y magnetos al visitante en un área relativamente compacta que convida a la visita de variados destinos. Y no hay mejor ejemplo que el vivido a carne propia. Nuestras vacaciones de verano el año pasado nos trasbordamos en el crucero Norwegian Dawn, version "back-to-back" a 13 países en 20 días, iniciando en el Reino Unido, con escalas en Irlanda, Francia, Bélgica, Holanda, Noruega, Alemania, Polonia, Lituania, Latvia, Letonia y Finlandia anterior a nuestro desembarque en Suecia.
Aquel quijoteo nos permitió respirar una vicisitud de paradisiacos hados, esponjando nuestros cerebros en la savia del corazón continental, para, a futuro, seleccionar nuestras escalas preferenciales y dedicarles mayor tiempo a una inmersión selectiva que permita disfrutar más a fondo su cultura, gastronomía y "joie de vivre".
América Latina y el Caribe han experimentado un robusto crecimiento, porcentualmente mayor al de los destinos a la cabeza de la preferencia global, sobremanera el Caribe, qué resultado de los gélidos extremos del hemisferio norte que provee el mayor número de visitantes, explota al máximo el atractivo de sus playas en los meses de temporada fría, aumentando particularmente el número de vuelos y la competencia aérea de tal manera que los pasajes resultan más conducentes a su visita.
Bien podría Panamá aprovechar el momento del inusitado interés por parte de la administración entrante en Estados Unidos en acaparar el Canal de Panamá, tema que nos ha brindado tinta gratuita en los editoriales de los medios de comunicación a nivel mundial, aprovechando de una vez por todas el momento para el lanzamiento de una campaña que convide al visitante a conocer a fondo la realidad de nuestro destino, para transformarle en un genuino magneto al turismo.
Para ello, resulta primordial un cambio profundo en el teatro de operaciones para resaltar nuestra creciente y arraigada estratégica posición geográfica. Desde su génesis, con Balboa a la cabeza, convidar al visitante al ascenso del cerro Pechito Parao en Darién desde cuya cima el jerezano vislumbró el vasto Mar del Sur, sobrepasando a Colón con el descubrimiento más trascendente de la historia, que enrumbaría al istmo como punto cardinal del comercio global. De paso, una inmersión ecológica que permite a los ciudadanos de un mundo cada vez mayormente caracterizado por las cárceles de concreto en que se han convertido las mayores ciudades del mundo al respiro y verdor de esta zona tan valiosa, preciosa y abandonada de la geografía nacional.
Paso seguido, la remodelación de las ruinas de Panamá Viejo y Portobelo, retrasando el Camino Real, para que el visitante pueda vivir, no imaginar, como era la vida en esa primera ciudad del Pacífico de las Américas, donde circuló la mayor cantidad de oro en la historia de la humanidad, estampando en ambos extremos, réplicas de galeones españoles y la posibilidad de una caminata de océano a océano acompañado de mulas con sacos embutidos de oro a cuestas. Y por ahí nos vamos, preñando nuestro destino de turistas, ávidos en conocer la realidad istmeña.
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