Temas globales de nuestros tiempos

Otra muestra más son las protestas sociales en Ecuador que se activaron en octubre recién pasado, a partir de una serie de medidas económicas adoptadas por el gobierno de Lenín Moreno, entre ellas, la eliminación de subsidios al diésel y la gasolina. Foto: Archivo.

Para nadie es extraño que en este momento la política internacional se está bipolarizando nuevamente, ubicando en un lado del cuadrilátero a los Estados Unidos y su esquina azul, aliada europea y japonesa, y en la otra la esquina roja, Rusia secundada por China y el resto del BRIC.
 
¿Un mundo en transición?

Siempre es un hecho el cambio; pero actualmente hacia qué o dónde.

Lo que sí, es que están agitadas las aguas y, por lo tanto, ante el caos, el orden, en este caso aplicado por quiénes.

Acaso por los mismos que se han dedicado en los últimos 40 años a enturbiar el panorama mundial.

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El mundo entero está en una disyuntiva que nos hace pensar en lo que antes solo resultaba una consigna y nos preguntamos hoy si ¿estamos viendo el fin del imperialismo?

¿Acaso es el fin del sistema capitalista o simplemente es el colapso del insostenible modelo neoliberal?

Como siempre, todo es cuestión de tiempo.

El imperialismo caerá, el capitalismo también y surgirán nuevos sistemas que pensamos que en el futuro no tan lejano, tendrán que darse en conglomerados o en asociaciones mixtas, en fin, todo siempre estará cambiando, pero será en un periodo más largo.

Lo que sí está ocurriendo es el evidente agotamiento del insostenible modelo neoliberal y esta situación es acelerada.

Este sistema especulativo se resquebrajó, quebró desde antes del 2009, año en que evidenció su caótica situación, este no puede atender las mínimas necesidades sociales, además, esa no es su naturaleza y la chalupa del salvataje se hunde.

Después del fracaso de E.U. en Medio Oriente, un factor determinante del colapso de la economía de la triada (E.U. Japón, Europa), con la llegada de Donald Trump, un fascista de tuercas y tornillos, la política exterior norteamericana, giró hacia América Latina, descuidada por Estados Unidos desde los primeros años de los 90 del siglo pasado.

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Latinoamérica, principalmente, países del cono sur (Brasil, Chile, Venezuela, Uruguay, Ecuador, Argentina, Perú, Bolivia) en ese tiempo que sin tanta injerencia por parte de E.U., ofreció la oportunidad de un veranillo democrático, pudo abrir espacios políticos de participación social, en lo que se denominó Socialismo de siglo XXI, un híbrido raro, pero efectivo, en cuanto a la inserción de los descamisados en el usufructo, nunca antes percibidos, de los grandes recursos que generan estas naciones.
 
No obstante, la ultraderecha fascista de EU y de América Latina, no conforme con esa circunstancia política, donde imperaba una democracia participativa incluyente, vista por estos reaccionarios, como un mal ejemplo contagioso, conspiraron y lograron socavar los logros obtenidos y nuevamente se produce la derechización de la región.

Lo que no calcularon bien fue su inmediato deterioro por las decisiones económicas fondomonetaristas que aplicaron y la rápida recuperación de la izquierda.

La ultraderecha pudo colocar sus adláteres como por ejemplo sucedió en Ecuador, Chile, Argentina, Brasil y ahora en Bolivia, surgiendo de inmediato los problemas políticos, sociales y económicos.

Se disparó la inflación y el gobierno debió pedir un préstamo multimillonario al FMI, sabiendo que estos vienen condicionados.

Además, la situación crítica de la Argentina es de vieja data y lo peor es que el mandatario Mauricio Macri, a pesar de haber prometido reducir la inflación y llevar a pobreza a cero, fue todo lo contrario, aumentaron sin parangón. (Recuperado de internet. Crisis en Argentina: 3 datos que muestran cómo se ha deteriorado la economía del país en las últimas semanas, Cristina J. Orgaz, BBC News Mundo).

Cabe decir que todas las crisis que se han generado en estos países son resultado principalmente de la aplicación de las recetas económicas del FMI y demás organismos financieros y otra muestra más son las protestas sociales en Ecuador que se activaron en octubre recién pasado, a partir de una serie de medidas económicas adoptadas por el gobierno de Lenín Moreno, entre ellas, la eliminación de subsidios al diésel y la gasolina.

Por su parte, estos mismos expertos explican que “Brasil parece haber recibido el embate de una tormenta perfecta de mala suerte y malas políticas, con tres aspectos principales.

Primero, el entorno mundial se deterioró de manera marcada, puesto que el desplome de los precios de las exportaciones de materias primas sigue siendo importante para la economía brasileña.

Segundo, el gasto privado nacional también cayó, quizá debido a una excesiva acumulación de deuda.

Tercero, las políticas, en vez de combatir la depresión, la exacerbaron, con austeridad fiscal y endurecimiento monetario incluso mientras la economía se estaba yendo a pique”. (Recuperado de internet. ¿Qué demonios le pasó a Brasil?, Paul Krugman).
 
Otro es el origen de las protestas en Chile, extendidas desde Santiago al resto del país y que aún continúan, fue el alza en la tarifa del sistema público de transporte de Santiago, que entró en vigor el domingo 6 de octubre de 2019.

Tras el aumento de las tarifas, centenares de estudiantes se organizaron para realizar actos de evasión masiva en el Metro de Santiago.

En el fondo, muy adentro, simplemente resonaron las postergaciones sociales en el país más largo del mundo.
 
Y ahora lo del presidente de Bolivia, Evo Morales, quien renunció el domingo 10 de noviembre, asediado por la derecha radical y ambiciosa que no reconoció su legítima victoria ganadas el 20 de octubre.

Al perder el apoyo de las fuerzas armadas y la Policía, Morales, simplemente, renunció para evitar un derramamiento de sangre.

Pero sabemos que Bolivia se ha convertido en una olla de presión social y lo que intenta la ultraderecha de ese país, es imponer las medidas económicas neoliberales y retomar todo el torrente económico de un país que dejó de ser pobre en tan solo 13 años.

Finalizamos en que pareciese ser que en menos de un mes, quizás influido por las enseñanzas pasajeras que al buen estilo de los 'reality show', van creando un permanente influjo descartable de información basura, también en el caso de Brasil, ya comenzamos a olvidar o a echar a un lado a pesar de que aún humea la Amazonia, después nos trasladaron a Chile y de inmediato a Bolivia.

¿Cuál será el próximo acontecimiento?

Pausa y volvemos.

Comunicador social.