Epicentro
Sobre la importancia del pensamiento y las ideologías
Si el hombre deja atrás, a un lado, la creatividad de las ideas, el idealismo y la imaginación, tendríamos pronto -muy pronto- sociedades catatónicas, descansando muy pasivas sobre lo que ya ha sido creado, marchitando así la creatividad humana que es semilla de la propia evolución del hombre...
- Arnulfo Arias O.
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- - Publicado: 23/12/2019 - 12:00 am
En días pasados me inspiró ver a un Pepe Mujica desplegar su enorme talento humanista a una edad en la que ya muchos portan consigo el cansancio típico de la andadera; y llega él y despedaza ese prejuicio errado de la sociedad de la supuesta edad inútil en el hombre, en la que supuestamente dada tiene que aportar y se le debe condenar entonces a ser una carga para los demás.
Pero lo más importante es cómo Pepe Mujica responde a una pregunta, muy imprudente, aunque no mal intencionada, de una joven periodista de la Cadena Bloomberg, la cual se reduce básicamente a lo siguiente: ¿para qué sirven las ideologías si no se traducen en hechos concretos y palpables para el hombre?
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Lo mismo que preguntar, sin duda, ¿para qué sirven los sueños?; una pregunta que hoy en día está latente en gran parte de nuestra juventud, en medio de esta edad moderna en la que el materialismo domina, porque la idea está tan próxima a la realidad que parece saltarse ese necesario receso reflexivo del hombre.
Si se quiere saber algo, por ejemplo, no se adentrará uno ya en el proceso pausado de encontrar una respuesta; la misma estará allí de manera instantánea, a fracciones de botón.
Este mecanismo natural inquisitivo y que genera esfuerzo individual, siempre ha estado presente en proceso de humanización, parece estar ausente cada día más, hasta que inevitablemente podría llegar ese momento -muy temido- en el que estarían todas las respuestas, pero no estarían todas las preguntas, porque la iniciativa inquisitiva se iría haciendo menos exigente de un esfuerzo personal.
Volviendo, pues, a la inquietud de la joven periodista, la respuesta es que solo hay una realidad: todo, absolutamente todo, lo que no ha sido creado por un proceso natural, ha sido fruto de una idea del hombre.
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Toda edificación en este mundo, por precaria que esta sea, y todo invento, por tecnológico que sea, fue primero un diminuto impulso de la mente, que luego se vistió de realidad concreta.
Si el hombre deja atrás, a un lado, la creatividad de las ideas, el idealismo y la imaginación, tendríamos pronto -muy pronto- sociedades catatónicas, descansando muy pasivas sobre lo que ya ha sido creado, marchitando así la creatividad humana que es semilla de la propia evolución del hombre, desde la caverna oscura del ayer, hasta la luz eléctrica de hoy.
No pensar, no imaginar, no idealizar, causaría en el individuo esa esclavitud que es propia del consumo encapsulado y al que no se le cuestiona; causaría un tirón tan duro de una rienda que llevaría a la humanidad de ser jinete a ser la bestia, involucionada nuevamente.
En palabras resumidas de Mujica, he allí, básicamente, la importancia de toda idea creativa, de toda ideología y de todo ese proceso de pensar que para muchos resulta sólo inútil.
Abogado.
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