Soberanía alimentaria en tiempos de crisis
Tenemos la fortuna de que no se haya decidido bloquear el comercio internacional alimentario, de lo contrario, estaríamos viviendo otra cara de la crisis, la escasez de alimentos, y seguramente del arroz.
- Enrique Sánchez-Galán
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- - Publicado: 26/3/2020 - 12:00 am
En tiempos de crisis aflora la reflexión sobre la seguridad de las naciones en términos de agua potable, alimentación, salud, energía, protección, etc. La crisis actual, atribuida al COVID-19, es una situación ejemplificante de las consecuencias de la interconexión entre las naciones globalizadas.
Diversos países han decidido suspender rutas comerciales y de transporte, mientras otros han cerrado fronteras para detener el movimiento de personas de una latitud a otra y, con ello, reducir la difusión del virus. Afortunadamente, hasta el momento el intercambio de bienes y servicios en el mercado internacional se ha sostenido en su casi totalidad, pero no estamos exentos de que algo suceda.
En esta ocasión, las preguntas subyacentes que debería hacerse la nación serían ¿Cuál es nuestro grado de dependencia? ¿Nos hemos preparado para enfrentar las crisis? ¿Hemos subestimado el riesgo de crisis?
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Desde 2004, nuestro país no es autosuficiente en la producción de arroz y su importación es cada vez más necesaria; actualmente, una de cada cuatro cucharadas que engullimos es de origen extranjero. Es arroz es el alimento base del panameño, un rubro tan fundamental que de escasear provocaría una inestabilidad social considerable.
Sin embargo, la pérdida de la autosuficiencia de arroz no parece haber alarmado a los tomadores de decisiones. Al contrario, para enfrentar la crisis causada por el COVID-19, el presidente Laurentino Cortizo recientemente aprobó la importación de aproximadamente 2.3 millones de quintales de arroz en cáscara. Esta acción, aunque era la única respuesta expedita disponible, es también una señal de nuestra gran dependencia al mercado internacional.
Esto tiene que ser una lección de sobrevivencia para fortalecer la seguridad alimentaria nacional. En esta época, el modelo alimentario panameño garantiza la alimentación de base (p.ej.: arroz y cebolla) mediante la combinación de productos nacionales e importados.
No obstante, una nación estratega debería concentrar su esfuerzo en el fomento de la producción nacional, principalmente de los rubros más sensitivos, con el objetivo de mantener un poder endógeno frente a cualquier situación. Hoy tenemos la fortuna de que no se haya decidido bloquear el comercio internacional alimentario, de lo contrario, estaríamos viviendo otra cara de la crisis, la escasez de alimentos, y seguramente del arroz.
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¿Cómo los consumidores podemos apoyar el fortalecimiento de la seguridad alimentaria nacional? Debemos repensar nuestro sentido de colectividad, considerando a nuestros productores agropecuarios a través del consumo (demanda), privilegiando los productos nacionales sobre los importados, porque además de construir una relación urbano-rural más justa, contribuye a reducir nuestro grado de dependencia de las importaciones, ya que el aumento de la demanda de productos nacionales estimulará la producción.
De esta manera, edificaremos un modelo alimentario más soberano, capaz de soportar los embistes de las futuras crisis internacionales.
El autor es ingeniero en Agronegocios y Desarrollo Agropecuario
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