Sinónimo de amor
- Aquilino Ortega Luna
"Madre sólo hay una". Con frecuencia escuchamos esta expresión, pero qué poca importancia le damos a veces.
Mientras la tenemos cerca qué poco la valoramos, casi no le expresamos amor, y pensamos que con llenarlas de regalos el "Día de las Madres" que más que bendecirla buscan esclavizarla a los quehaceres de la casa, creemos que cumplimos nuestra responsabilidad de hijos.
La madre es más que regalos, es la principal expresión del amor de Dios en la tierra, es la máxima manifestación de amor entre los seres humanos. La madre es el ser capaz de negarse a comer para llenar el vientre de sus hijos, es una hermosa melodía que alivia los dolores más profundos, es el poema más hermoso de la vida que surgió en el punto más elevado de la inspiración del Creador. Es aquella mujer que canta inclinada sobre una cuna, mientras agoniza de dolor y se bebe sus lágrimas, es ese delicioso sonido, esa alegre sinfonía que calma todas las penas y llena todos los vacíos.
Una madre es toda bendición, suerte y bienaventuranzas para los hijos y toda la familia; es un sublime altar que debemos conservarlo puro sin enojos y conflictos, para que no deje ser nunca el templo del amor de Dios. Las madre es una eterna prolongación de la misericordia de Dios en la tierra, es el nombre de Dios en los labios y en los corazones de los niños, todo lo puro guardado por Dios en un corazón de mujer; eso es la madre.
La madre tiene una múltiple y tremenda responsabilidad; su destino más sublime está en procurar con inteligencia, amor, sabiduría y desvelos, hacer de sus hijos grandes hombres y es por ello que los hijos le deben todo, hasta los más pequeños suspiros del alma. Una madre es como un supermercado de sentimientos, hay de todo: amor, perdón, caridad, piedad, desprendimiento, bondad, liberalidad, y sublimidad. Es por ello que la madre es más que un simple ser humano. Es proporcionalmente la más grande creación de un Dios amoroso y sublime.
Para una madre la maternidad no sólo es la clave de la conservación del hogar, del matrimonio y de la felicidad hogareña, sino el compromiso de administrar todas las bendiciones que el cielo le da y en especial los hijos.
Madre sólo hay una y sin el divino crisol de la maternidad, la humanidad ya se hubiese extinguido. Una maternidad tan seductora que hace apartar a la madre del mundo, cuando sus hijos la requieren.
Los regalos son buenos, las expresiones de amor, las serenatas, las flores e inclusive los viajes; pero más grande y maravilloso en valorar a tu madre en la justa dimensión, es decirle que la quieres los 365 días de año, porque todo los días es el “Día de las Madres” para los hijos que tienen a su madre viva. Y los que no la tienen en vida, inmortalicen su recuerdo y aprovechan la fecha para recordar todas las cosas buenas que supo darles, porque es el único ser humano que tiene la facultad de vivir para siempre.
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